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MEMORIAS DE UNA EPOPEYA: El que debe vivir

Selección Alina Martínez Triay

 

Abel Santamaría Cuadrado era un joven de una gran visión política y un  innato optimismo. Su identificación con Fidel era tal que horas antes del asalto al Moncada el jefe de las acciones hizo pública entre los revolucionarios la designación de Abel para que lo sustituyera como jefe del Movimiento si él moría en combate.

 

 

En la granjita de Siboney Abel sembró una mata de mango y le dijo a su hermana Haldeé:

–Dentro de tres años esta mata tendrá mangos y verás como voy a comerlos.

En vísperas del 26 de julio expresó jubiloso: –¡Qué sorpresa le va a dar Fidel a la gente en Cuba con la Revolución!

En el hospital civil no recibió la orden de retirada y cuando el fuego comenzó a centrarse              sobre ellos se dio cuenta que era el único que quedaba en la acción. Decidió quedarse en el hospital y atraer el fuego del enemigo para proteger la salida del grupo de Fidel.

En un momento dado llevó a aparte a Haydee y Melba y les dijo: Estamos perdidos. Ustedes saben tan bien como yo lo que va a suceder a los otros. Ustedes como mujeres tienen más probabilidades de sobrevivir. No se arriesguen. Tiene que quedar alguien para contar lo que pasó aquí.

Y agregó: Bueno, aquí nos van a matar, pero oigan bien, Fidel es el que no puede morir, el que debe vivir es Fidel.

Fuentes: Mocada: la acción Colección revolucionaria tomo 2
Rojas, Marta;. Le generación del centenario en el juicio del Moncada

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