Funcionan unas 135 cooperativas no agropecuarias en el país

Funcionan unas 135 cooperativas no agropecuarias en el país

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Foto: Roberto Ruiz / Juventud Rebelde.
Foto: Roberto Ruiz / Juventud Rebelde.

Unas 135 cooperativas no agropecuarias funcionan nacionalmente hasta el momento en el sector del comercio, la gastronomía y los servicios luego de la aprobación de esas nuevas formas de gestión, anunciaron directivos del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN).

Los funcionarios del MINCIN, encabezados por Odalys Escandel , vice ministra primera, dieron a conocer además que en total han sido aprobadas alrededor de 345 de esas cooperativas, muchas de ellas aún en pasos previos antes de iniciar su funcionamiento.

De esa suma 102 están vinculadas a la comercialización de productos del agro en La Habana, Artemisa y Mayabeque,189 a la gastronomía y 55 a los servicios personales y técnicos.

En valoraciones a la prensa, los directivos indicaron que desde su creación, los resultados en las cooperativas comercializadoras de productos de la agricultura han sido favorables, mientras que en las gastronómicas se evidencian mayores ingresos a sus trabajadores, mayor oferta y calidad en el servicio.

Mercedes Fontanella, directora de gastronomía del MINCIN, indicó que los precios en esas unidades ―excepto cigarros y ron― responden a las exigencias de la oferta y la demanda.

Criterios periodísticos indican que en algunos de estos lugares venden la cerveza Bucanero y Cristal a 1,25 CUC y la Cacique a 24 pesos, mientras en centros aún no cooperativizados los precios son, respectivamente, de 1 CUC y 20 pesos.

“Todas reciben los mismos insumos que antes de incorporarse a la nueva forma de gestión, pero con un descuento, que en el caso de la cerveza en CUC llega hasta un 20 %, para que puedan garantizar sus ingresos a través de ese margen comercial”, dijo.

Los directivos del MINCIN informaron asimismo que está prevista la venta este año de poco más de 2 millones 27 mil surtidos de grifería y latiguillos, módulos de herrajes, fregaderos y lavabos, entre otros, los que a partir del segundo semestre tendrán una mayor presencia en las unidades de venta de materiales de la construcción.

“Con respecto a su comercialización, indicaron, la política no es recaudatoria, sino la de facilitar que la población acceda a ellos; de ahí las rebajas de precios a fin de contribuir significativamente al programa de ahorro de agua”, dijo Frank Silva, director de comercio mayorista y logística de almacenes del MINCIN.

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3 comentarios en Funcionan unas 135 cooperativas no agropecuarias en el país

  1. Sr. Mastrapa Para Usted la cooperativa no es una forma socialista de producción, según dice porque busca maximizar las ganancias para sus gestores y la sociedad no es su prioridad. Con todo respeto y solo en busca de esclarecimiento deseo precisarle que lo determinante en una forma de producción es la manera en que se explote la fuerza de trabajo. El socialismo no hay que buscarlo en la forma de distribuir sino en la forma de producir. Este tema fue ampliamente abordado por Marx en varias de sus obras, pero los socialistas vulgares –así los llamó él- de su época y los posteriores del “socialismo real” se olvidaron de las esencias de la teoría Marxista. Aquí le copio algunos párrafos del artículo “El trabajo asalariado y el socialismo en Cuba” que espero ayuden al esclarecimiento del tema: Carlos Marx dedicó el Capítulo LI del III Tomo de su obra cumbre, El Capital, a establecer las diferencias y vínculos de dependencia entre las relaciones de distribución y las de producción. 150 años después muchos “socialistas” y “marxistas” siguen hablando del socialismo como un asunto relativo a la esfera de la distribución y no sustantivo al de las relaciones de producción.
    Allí escribió el fundador de la teoría revolucionaria: “…las relaciones de distribución son esencialmente idénticas a estas relaciones de producción, el reverso de ellas, pues ambas presentan el mismo carácter histórico transitorio…..Las llamadas relaciones de distribución responden, pues, a formas históricamente determinadas y específicamente sociales del proceso de producción, de las que brotan, y a las relaciones que los hombres contraen entre sí en el proceso de reproducción de su vida humana. El carácter histórico de estas relaciones de distribución, es el carácter histórico de las relaciones de producción, de las que aquellas solo expresan un aspecto.”
    En su afamada y muy conocida, pero poco estudiada y menos interiorizada Crítica al Programa de Gotha (2), “ El Moro ” –así le decían sus amigos- señala: “… es equivocado, en general , tomar como esencial la llamada distribución y hacer hincapié en ella, como si fuera lo más importante.
    … La distribución de los medios de consumo es, en todo momento, un corolario de la distribución de las propias condiciones de producción. Y esta distribución es una característica del modo mismo de producción. Por ejemplo, el modo capitalista de producción descansa en el hecho de que las condiciones materiales de producción les son adjudicadas a los que no trabajan, bajo la forma de propiedad del capital y propiedad del suelo, mientras la masa sólo es propietaria de la condición personal de producción, la fuerza de trabajo. Distribuidos de este modo los elementos de producción, la actual distribución de los medios de consumo es una consecuencia natural. …” y remata: “El socialismo vulgar (y por intermedio suyo una parte de la democracia) ha aprendido de los economistas burgueses a considerar y a tratar la distribución como algo independiente del modo de producción, y, por tanto, a exponer el socialismo como una doctrina que gira principalmente en torno a la distribución. Una vez que está dilucidada la verdadera relación de las cosas, ¿por qué volver marcha atrás?“
    En el Manifiesto Comunista, Marx y Engels expusieron: “…la condición de la existencia del capital es el trabajo asalariado”, debido a que el trabajo asalariado es la forma de organizar la producción para extraer la plusvalía al trabajador, razón de ser del capitalismo. De manera que la superación del capitalismo pasa por la eliminación de la condición de su existencia. Socialista será, por tanto, el partido que inscriba en su bandera: “Abajo el trabajo asalariado”
    Fue por ello que en su obra “Salario, precio y ganancia” (3) Marx escribió:
    “Creo haber demostrado que las luchas de la clase obrera por el nivel de los salarios son episodios inseparables de todo el sistema de salarios, que en el 90 por 100 de los casos sus esfuerzos por elevar los salarios no son más que esfuerzos dirigidos a mantener en pié el valor dado del trabajo y que la necesidad de forcejear con el capitalista acerca de su precio va unida a la situación del obrero, que le obliga a venderse a sí mismo como una mercancía. Si en sus conflictos diarios con el capital los obreros cediesen cobardemente, se descalificarían sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura.
    Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del esclavizamiento general que entraña el sistema de trabajo asalariado, la clase obrera no debe exagerar ante sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos, que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos pero no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado.
    Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador “Un salario justo por una jornada de trabajo justa”, deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: “Abolición del sistema de trabajo asalariado”.
    La socialdemocracia alemana después de Engels y particularmente Kautsky y luego Berstein, se olvidaron de la “abolición del trabajo asalariado” y aceptaron el punto de vista según el cual se considerada una política socialista, la distribución de la renta nacional de manera que, además de los salarios, ayudara a mejorar las condiciones de vida de los trabajadores y representara una más amplia distribución de la riqueza acumulada por la sociedad, sin tener que enfrentar un cambio en la propiedad sobre los medios de producción ni en la organización asalariada del trabajo.

  2. Sr Mastrapa, es evidente que Usted tiene un gran confusión respeto a lo que son formas socialistas de producción. Que las condiciones en que se desenvuelve el incipiente cooperativismo en Cuba, no le permitan actuar con toda libertad en el mercado, importar, comprar a mas bajos precios, etc. no tiene nada que ver con el caacter socialista de esa forma de producción. Las UBPC tampoco eran cooperativas auténticas. Y estas no podrán serlo mientras estén subordinadas a una economía centralizada donde existan precios de monopolio del estado y regulaciones burocraticas que crean las cooperativas a patir de los intereses del estado y no de los trabajadores asociados librement para producir.

  3. Lastimosamente esta forma de gestión significa mayor encarecimiento para la sociedad y maximizacion de la ganancia para los gestores, obviamente no es una forma socialista, la sociedad no es la prioridad

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