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Cienfuegos.— Las mañanas aquí suelen ser ardientes. Al andar, se empapan de sudor la ropa y el espíritu. No obstante, el ánimo no decae, pues caminamos en busca de una tradición en la que el esfuerzo es luz que educa. La añeja arquitectura de la Eide Jorge Agostini se yergue y vence al tiempo. Acá el magisterio y el deporte delinean un relato, donde los alumnos, paso a paso, adoquinan el camino de su futuro.
Luego de agotar dos vasos de agua fría y degustar un buen café, comenzó nuestro diálogo con Marisela Pedroso Hernández, quien hace 14 años dirige la instalación. “Exhibimos resultados positivos tanto en lo académico como en lo atlético. La matrícula es de 800 muchachos en 29 disciplinas. Gozamos del 100 por ciento de la cobertura docente. El curso pasado la totalidad pasó de grado”.
Refiere con seriedad que un punto clave en el buen hacer es el claustro de profesores. “Todos cumplen. La profesionalidad y la entrega los distinguen. Estamos orgullosos de su labor”.
Varias son las fortalezas en las que se escuda la escuela en materia competitiva. La tradición desempeña un papel fundamental.
“En general alcanzamos resultados positivos. Aun así disciplinas como el remo, el polo acuático, el bádminton y el patinaje acaparan protagonismo”, afirmó.
Aunque tenga esas agudezas existen parcelas que precisan de una estrategia más contundente. Es necesario profundizar en la preparación de los deportes de combates y en el atletismo, que todavía no tributan lo soñado.
El centro atesora múltiples lauros. Se destaca el mejor del país en el acápite docente en el período 2017-2018. “Los galardones ratifican que se trabaja seriamente. Este año recibimos la Bandera 80 Aniversario de la CTC, premio que recogieron algunos de los mejores colectivos de Cuba”.
Ser mujer es un don de la naturaleza. Sin embargo, en ocasiones su faena está en la mirilla de quienes erróneamente dudan de su reconocida capacidad.
“No debo negar que existen suspicacias. No obstante, el colectivo, incluyendo los hombres, me respeta. Han comprendido que juntos podemos alcanzar los objetivos trazados. Confieso que a veces se dificultan algunos procesos. No es fácil repartirse entre la casa, las preocupaciones familiares y el trabajo. Aun así seguimos adelante”, certificó con significativo orgullo.
Nutrirse de experiencias valiosas garantiza no solo aprendizaje, también certifica que las canas se respetan. “Laboramos estrechamente con atletas retirados porque son patrones para los alumnos”.
Pedroso Hernández aseguró que las autoridades provinciales apoyan la institución. No podría ser de otra manera, más aun conociendo que a las buenas semillas se les debe regar y atender con esmero.
Desde los pupitres se esculpen medallas
Diadelys Argüelles Torres es una apasionada de la instrucción. Como jefa de enseñanza de secundaria básica en el centro conoce de la importancia que reviste una sólida formación académica.
“Los estudiantes saben que no es fácil su responsabilidad. Resulta complicado ser atleta y alumno, pues deben vencer todas las asignaturas y cumplir con los horarios establecidos. Aquí la exigencia es vital. En lo personal me gusta mi trabajo. Diariamente se aprende, más cuando se está frente a niños que tienen sus peculiaridades y necesitan de una atención educativa esforzada”.
Plasticidad y belleza
Todavía parece esa grácil joven que nutrió las filas del equipo nacional de gimnasia artística en los años 80 del siglo pasado. Ahora Judith Díaz Escobar vuelca esa experiencia en la categoría femenina de 11-12 años.
“Nos enfocamos en la parte coreográfica de los ejercicios a manos libres y en la viga de equilibrio. En el pasado éramos séptimos u octavos en los Juegos Nacionales Escolares. Hoy alternamos entre el segundo y el tercero. Hemos mejorado las condiciones de trabajo y la captación de talentos, puntos claves en ese progreso”.
La Eide Jorge Agostini no solo honra a Cienfuegos, también al hombre, que a mediados del ya lejano siglo XX, florete en mano, defendió los colores patrios.
