El lamento de la tierra continúa

El lamento de la tierra continúa

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...

Un pequeño bosque de marabú tupido, de un color verde cetrino, crece en los alrededores de la comunidad agrícola Combate de Isabel María. Desde un tercer piso se observa la plazoleta trasera, algún ganado menor y la barrera circundante de la planta filosa.

El lamento de la tierra continúa
Comunidades agrícolas en Cuba. Fotos: Del autor

Aquí deberían crecer las plantaciones de frutales. Al menos se esperaba que en el año en curso estarían en producción cientos de hectáreas de mango, en esta zona intermedia entre los asentamientos de Las Ovas y Briones Montoto.

La vieja escuela secundaria básica en el campo fue una de las tres convertidas en comunidades agrícolas en la provincia de Pinar del Río.

Esta es una historia que comenzó en el 2012, o quizás tiempo atrás, cuando cerraron las enormes estructuras y partieron los estudiantes. Cinco años han transcurrido desde aquella fecha, al aplicarse la novedosa idea de convertir en viviendas las armazones abandonadas, para atraer a las personas a la tierra.

Un patrimonio formidable de unas 3 mil 333 hectáreas (ha) entre las comunidades, apunta Yoel Calzadilla Sánchez, director general de la empresa Cítricos Troncoso, responsable de dichos centros. Pero cientos de hectáreas aún permanecen bajo el dominio del marabú.

“No tenemos maquinarias. También la sequía nos afectó bastante. Hemos perdido vianda y hay mango y guayaba achicharrados al sol, aunque tenemos una finca dando mango”, cuenta Anyelinn Valdés Acosta, especialista de Tierras de la unidad básica de producción cooperativa (UBPC), a la cual se vincula la comunidad. De noche, añade, un enemigo sale del marabú y destruye plantaciones: los búfalos, imparables, dañan los cultivos.

Ahora conversamos en las oficinas, ubicadas en el primer piso de la comunidad. De las 80 viviendas apenas 42 se hallan habitadas, según información de las autoridades provinciales de la Agricultura. Muchas de las restantes sufren deterioro. Algunas nunca se habitaron.

La UBPC tiene 67 ha de mango sembradas. Dentro, intercaladas, se cosechan cultivos varios. Pero no se atisba nada del despegue productivo que muchos aguardaban.

Las comunidades dependen de Cítricos Troncoso, entidad que estuvo al borde del colapso económico. Hoy se encuentra en reconstrucción y en busca de financiamiento. ¿Fue factible responsabilizar a una empresa en problemas con estos tres grandes experimentos?

“La dificultad fundamental ha sido el completamiento de la fuerza. No ha existido la maquinaria suficiente para limpiar el terreno. La solución definitiva en sistemas de riego y en el desbroce de las áreas no está definido”, afirma Calzadilla Sánchez.

Necesidad de fuerza de trabajo

Las antiguas escuelas fenecen a ambos costados de la carretera rumbo a la localidad de Briones Montoto. Muchas semejan armarios sin ventanas. Varios kilómetros adelante se encuentra Combate Tumbas de Estorino, otra de las comunidades. En el trayecto se observan matas de mango de regular tamaño y la ausencia del marabú.

Es sábado y los niños juegan en los pasillos. Yariel Ramos, de 24 años, se apresta para salir hacia su finca de 5,1 ha, pero acepta dialogar. Se siente contento con las condiciones confortables del hogar, y de cómo marchan los cultivos, en especial el mango.

No es nativo del lugar, pero se asentó y con el tiempo obtuvo tierras limpias cuando las recibió. Por eso “ha echado palante” y no quiere regresar a su pueblo natal.

Tumbas de Estorino tiene habitadas 79 viviendas de un total de 80, con la mayor parte pertenecientes a propietarios de fincas, aunque todos se vinculen a otra UBPC, la Oscar Sánchez. Posee, además, mercado y bodega; y un mejor funcionamiento.

Mucho se usaron el hacha y el machete en los comienzos, en el 2012, recuerda Omar Raymond Hernández, administrador de la comunidad. El poblamiento, lento durante una etapa, se aceleró posteriormente. La maquinaria pesada ayudó al desmontar decenas de hectáreas y el comienzo resultó más auspicioso.

“Esa UBPC era más fuerte. Está en un lugar con condiciones más propicias para que la gente viva, y cuenta con una mejor administración. Fue la primera que desmontamos, con casi unas 200 ha de tierra. Los sistemas de riego no se han completado, pero se les ha dado alternativas con sistemas más pequeños”, asevera Ortelio Rodríguez Perugorría, subdelegado de la Agricultura en la provincia.

Gerardo Rodríguez Collazo, actual administrador, nos recibe en sus oficinas. Para él, la comunidad y el programa de desarrollo de frutales concebido con esta es una “fortaleza” que ha paliado la migración de los trabajadores a otros empleos.

Incluso han regresado miembros anteriores y se sumaron otros nuevos. La distribución se encuentra entre 7 y 8 ha por hombre, hasta llegar a las 314 ha de frutales sembrados entre mango y guayaba, con algo de piña. La cifra es casi 5 veces mayor que la de su vecina, Combate de Isabel María.

A pesar de la escasez de precipitaciones y las dificultades, los resultados vienen. Las primeras 12 hectárea —sembradas en el 2011—, han entrado en producción con un rendimiento entre 7 y 8 toneladas por hectárea, y estiman que se incorporen próximamente unas 18 más.

La sequía es combatida con las pipas construidas en la UBPC, con capacidad de 10 mil litros. Donde no llegó la maquinaria el desmonte y preparación del suelo se hizo con medios propios. Pero en cierto punto la inercia inicial y el esfuerzo colectivo se detienen.

“La maquinaria es un problema serio, cuatro tractores y ninguno hace la actividad fundamental de los frutales, que es la limpieza, porque tienen problemas. La empresa nos brinda el servicio con estos equipos, pero nos sale más caro”, añade Gerardo.

Los trabajadores en su asamblea decidieron no crecer en más áreas sembradas para evitar un fracaso que resultaría costoso. “Lo que no podemos es sembrar sin condiciones y que eso se revierta en un fracaso”, concluye.

Mientras, la Benito Juárez, en el municipio de Sandino, podría cambiar su propósito inicial. No obstante poseer ciertas condiciones en cuanto a riego, la más grande de las tres comunidades apenas posee 12 apartamentos ocupados y las autoridades valoran su conversión en un campamento para reclusos, explica Ortelio.

“Esa UBPC tiene otras áreas que sí producen. Estamos haciendo un llamado con el objetivo de incorporar gente, como último intento”, agrega el directivo.

Ortelio señala que, en sentido general, no se han acometido las inversiones millonarias que requieren estas áreas para sistemas de riego. Asimismo la maquinaria de desmonte de la provincia debe asumir, además, otros compromisos. “No vale la pena seguir desmontando sin la fuerza de trabajo necesaria”, confiesa.

Desde Cítricos Troncoso, Yoel apunta que la solución no se encuentra en el corto plazo. Las comunidades quizás sean punto de despegue para una industria en reconstrucción, pero “buscar financiamiento y desarrollarlas es la solución”.

Mientras no llega el remedio la vida continúa en estas escuelas reconvertidas. Los niños corretean por los pasillos donde antes caminaban estudiantes. Sus padres miran al cielo añorando las precipitaciones salvadoras de los meses lluviosos, y esperan que los búfalos no hayan regresado la noche anterior.

Compartir...

Un comentario en El lamento de la tierra continúa

  1. PERO SE DEBE REFLEXIONAR PROFUNDAMENTE: agricultores, ejecutivos, obreros, campesinos, todos directivos y anapistas. AQUÍ LES AÑADO algo que comenté en otro de manera sugerente garanticen las tierras para el próximo milenio. «Revisé CD-ROM y leí Multimedias contenedores de trascendentales trabajos en Convenciones/Congresos Científicos (por ejemplo aquí en C. de la Habana, en/el IDICT´2016: están en provincias en Filiales Idict/CiGest-Citma). Releí motivado por Comentarios mencionados y publicados aquí y accioné al verlos por la gran importancia que proyectan para el rol ambiental-agroecológico y de interés para todos. Aparecieron sencillas orientaciones/esquemas aplicativos en la Agricultura y ANAP. PROPUESTAS directas de arbolados y paisajes productivos, o como les llamó el autor Juan Isidro Sánchez Leyva (de Occidente u Oriente, no recuerdo y es significante que están sus artículos): propone al campesino y agricultores “INTERARBOLADOS” o Ita EN MONOCULTIVOS dentro de cultivos varios (dígase yuca, boniato, hortalizas, maíz, otros); caña de azúcar, granos-frijoles, frutales y otros. Considerándolo excelente para PROTEGER la Naturaleza económica de la nación y es lo que necesita nuestros campos, guajiros, fincas, cooperativas, agricultores, ejecutivos y Cuadros de la agricultura; y, Empresas Agroindustriales ya sean de Granos u otro renglón, incluso hasta maderables-forestales como acertó el autor. Dado el Plan de nuestro Estado como medidas de Enfrentamiento y mitigación del cambio climático global (CCG), me atrevo a señalar que deben ejecutarse, como planteó la Ministra-Citma en Mesa Redonda, que son acciones de urgencia (y digo más: no esperan, es ya: es demasiado tiempo) no debemos esperar por proyectos u otros que tenderán a surgir como los de juan isidro para influir sobre medios ambientales agrícolas que tanto los han dañado, amén de desastres causados por Monsanto y otras Transnacionales agrícolas en el mundo; gracias a Dios y a Fidel no es nuestro caso. El Ccg ya lo siento y aún más será en campos agropecuarios nuestros y las vastas sequías. Peor es la desertificación que creció/crece sin darnos cuenta por falta de árboles/deforestación en cooperativas y fincas; y mucho peor en ganaderas.»

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu