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10 de agosto: ¡Llegó el frio y la lluvia!

Fanáticos con paraguyas aguardan bajo la lluvia en la sede del tenis de los Juegos Olímpicos el miércoles, 10 de agosto de 2016, en Río de Janeiro. (AP Photo/Charles Krupa)
Fanáticos con paraguas aguardan bajo la lluvia en la sede del tenis de los Juegos Olímpicos el miércoles 10 de agosto de 2016, en Río de Janeiro. (AP Photo/Charles Krupa)

 

Río de Janeiro.- Después de casi una semana anunciándose, este miércoles apareció desde temprano y hasta vino acompañado de alguien más molesto para el trabajo y para todo. Nos hizo recordar que estamos en invierno y por tanto tenían que llegar sin pedir permiso.

El frío y la lluvia llegaron para ponerle a los Juegos el toque húmedo que les faltaba. Abrigos, chubasqueros, sombrillas, botas, enguatadas, bufandas, gorras y todo lo que protegiera salieron de las maletas y llegaron hasta las instalaciones. Para quienes venimos del Caribe es un poco molesto, para los europeos es algo más de su costumbre.

Sin embargo, lo más emocionante es que ni siquiera bajo los intermitentes chubascos y con termómetros por debajo de los 18 grados disminuye la afluencia de público a las competencias, los voluntarios pierden sus ubicaciones al aire libre o dejan de venderse entradas en el Parque Olímpico.

¿Será que los cariocas están acostumbrados a que esta lluvia es pasajera y el frío se resiste caminando y bien abrigado? ¿Será que pescar un catarro o una gripe no significa nada al lado de disfrutar una medalla olímpica y aplaudir a los campeones? ¿Será que no hay nada más importante para este país hoy que los Juegos Olímpicos, en medio de crisis política y más de una huelga?

Cualquier cosa puede ser, incluso tanto frío y lluvia también deja vientos demasiado intensos para el remo en el lago Rodrigo Freitas, donde por segunda vez hubo que suspender las regatas y reprogramar el calendario, lo cual compromete hasta las finales.

Los pronósticos de los meteorólogos anuncian que este clima será así hasta el domingo, cuando quizás vuelva el calor. Lo más distintivo de estas nuevas condiciones atmosféricas es que a medida que avance el día suben y bajan las temperaturas, cual cachumbambé indescifrable, lo que desordena a más de uno que sale con un abrigo al mediodía y regresa “congelado” en la noche.

Para nuestros deportistas, “este ambiente nos ayuda más”, “me encanta competir así”, dijeron varios de ellos en entrevistas hechas en la Villa Olímpica, donde hacían caso omiso a la fina llovizna. Sin embargo, los africanos parecían escurridizos a la prensa de sus países de la misma manera que huían de la lluvia.

Ya en la noche, la natación vuelve a llamar la atención de miles y aunque el Complejo Acuático está climatizado alguien recuerda que la diferencia de temperatura ambiente es el primer escollo a vencer por los tritones. Al menos para Michael Phelps esta volvió a ser una noche fría y mojada. Con ella llegó su título 21 y medalla 25 en Juegos Olímpicos y de momento alguien en la Sala de Prensa preguntó a todos: ¿Y quién dijo que hace frío en Río de Janeiro?

 

 

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