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Lázaro Peña en el corazón (+ Video)

Más de una vivencia atesora Roberto Cuesta Piz de Lázaro Peña González (1911-1974). Lo conoció cuando apenas tenía unos 20 años, pero ya sabía de él por referencias de un familiar que pertenecía al Partido Socialista Popular y que comulgaba las propias ideas comunistas del líder de la clase obrera cubana.

 

Para dirigir el movimiento sindical, tomé muchas de sus experiencias y los principios que él defendió, afirmó Roberto Cuesta Piz, al referirse a Lázaro Peña. Foto: Agustín Borrego

 

Con 81 años Cuesta Piz se desempeña como administrador del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Administración Pública (SNTAP), al que le ha dedicado toda su vida en una u otra tarea. A esta organización se vinculó siendo muy jovencito mientras laboraba en el otrora departamento de áreas verdes de servicios comunales de la llamada Junta Económica Municipal de Marianao.

Allí empezó su trayectoria en el SNTAP, primero en la base, hasta que en 1972 integró la comisión organizadora del segundo congreso de este sindicato (1973), cuando resultó elegido miembro  de su secretariado nacional, responsabilidad que desempeñó durante 32 años.

El camino recorrido le permitió a Cuesta Piz conocer las ideas y el actuar del Capitán de la clase obrera cubana, como lo definiera en su sepelio el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 12 de marzo de 1974.

“Para mí Lázaro Peña es un paladín del movimiento sindical cubano e internacional, pues defendió con ahínco los derechos y los deberes de los trabajadores y, por supuesto, de nuestra sociedad en aquel entonces.

“Sus enseñanzas fueron un aprendizaje, así como su manera de analizar los asuntos. Él tenía una forma muy peculiar de dialogar con las masas, hablaba de hacerlo a diario para conocer que piensan y sienten los trabajadores. También defendía la idea de la necesaria afiliación a los sindicatos, con independencia de la condición ideológica que tuviera la persona”.

Entre las anécdotas que narra con orgullo, se encuentra la del año 1963, cuando en el teatro Blanquita (hoy Karl Marx) tuvo lugar un encuentro entre el antiguo Sindicato Nacional de la Enseñanza y el SNTAP, actividad en la que participaron los secretarios generales de ambas organizaciones, Jorge Gaspar García Galló y Jorge Lezcano Pérez, respectivamente. Lázaro Peña asistió a esa actividad y elogió la fraternidad allí expresada.

Años después, en 1964, Lázaro llegó a una reunión donde se chequeaba la captación de los trabajadores para que cursaran el 6° grado. Ese día Cuesta Piz solicitó la palabra para plantear una  inquietud relacionada con la asistencia diaria a ese encuentro, pues en aquel entonces atendía los centros desde Marianao hasta la localidad de Santa Fe y consideraba que era más práctico reunirse una vez a la semana.

“Era de los más jóvenes de los presentes, y entonces Lázaro se dirigió al secretario general de la CTC regional de Marianao y le dijo: `deja trabajar a ese muchacho, puede solicitar la información por teléfono`”.

Cuesta Piz narra estos hechos con una memoria prodigiosa. Menciona sucesos, años, personalidades, dirigentes sindicales de la época, pero entre lo más profundo de su corazón tiene los recuerdos de Lázaro Peña, un paradigma de revolucionario y comunista, cuyas enseñanzas le han servido en su vida personal  y profesional.

“Tomé muchas de sus experiencias y los principios que él defendió para dirigir el movimiento sindical, sobre todo en este sindicato de la Administración Pública que es tan heterogéneo, pues abarca Organismos de la Administración Central del Estado, trabajadores de los servicios comunales, judiciales, bancarios, de las organizaciones de masas, sociales y organismos políticos.

“Su legado debe servir como acicate para estos tiempos. Nuestros dirigentes sindicales deben ser como el Capitán de la clase obrera, quien consideró que el sindicato es la contrapartida de la administración, pero siempre desde una posición revolucionaria y armónica”.

 

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