Icono del sitio Trabajadores

Lázaro Peña: Hace falta la revista, el periódico…

Le correspondió a Lázaro Peña liderear el movimiento sindical cubano en dos etapas históricas: la lucha contra el dominio neocolonial y, derrocado este, la construcción de una sociedad nueva. En ambas le concedió gran importancia a la prensa, como una vía para proporcionar educación y cultura a los trabajadores, y prepararlos para las misiones que en cada una de estas coyunturas les correspondía protagonizar.

Gracias a la gestión de Lázaro Peña se constituyó en 1938 la Asociación de la Prensa Obrera de Cuba (APOC), existente hasta 1948. A los siete años de creada, agrupaba a más de 30 publicaciones, con una tirada mensual superior a los 150 mil ejemplares. Para la superación técnica e ideológica de quienes intervenían en su redacción y edición, fue creado el Círculo de Escritores Obreros; a la vez, la Escuela de Orientación Gráfica organizó concursos literarios y periodísticos, y exposiciones dentro y fuera del país.

En noviembre de 1939 apareció el primer número de la revista CTC, que tuvo como director a Lázaro Peña. Llegó a ser órgano de la Confederación de Trabajadores de Cuba, cuyo congreso constituyente aconteció del 23 al 28 de enero de ese año. El secretario general de la central sindical promovió también el espacio radial La CTC en el aire. A ambos medios de difusión y a otras publicaciones de la época comprometidas con la causa de los trabajadores les entregó su firma y su palabra unitaria, aleccionadora y de combate.

Luego del triunfo revolucionario, en la clausura de un seminario de divulgación efectuado en 1973, expresó: “Nos hace falta la prensa, la revista, el periódico, el folleto, que ya no tienen que denunciar como en el pasado, el régimen de explotación, sino que ahora tienen que ser contribuyentes a determinar la acción de la clase rectora de nuestra sociedad, para construir el socialismo en el país. Nos hacen falta más que nunca”.

Y en esa intervención donde resaltó la tarea común de los medios de divulgación de contribuir a la educación revolucionaria, habló de la necesidad de una prensa específica del movimiento sindical “que tiene reconocido el derecho y conciencia del deber de actuar, por todos los caminos, en pro del crecimiento de la producción, de la productividad del trabajo, de la creación de conciencia en los trabajadores, de sus deberes al respecto; de unión de todos los trabajadores en la realización de esas tareas indispensables para alcanzar los objetivos socialistas en nuestro país”.

Habló entonces de la urgencia de crear un periódico y una revista que se compartieran las tareas del momento y del sueño de contar con un diario del movimiento sindical cubano.

Meses después de estas palabras, se aprobó en el XIII Congreso de la CTC una resolución que oficializó una publicación como la que quería Lázaro Peña, que ya se editaba, con una salida irregular, desde junio de 1970: nuestro periódico Trabajadores, que en 1980 se convirtió en diario y como consecuencia de los rigores del período especial se transformó en semanario. Más recientemente, como continuadora de aquella revista CTC fundada por él, nació una publicación con el mismo nombre, de frecuencia trimestral.

Ante dos fechas tan significativas de marzo como la desaparición física del líder indiscutible de los trabajadores y el Día de la Prensa Cubana, se redobla el compromiso de las dos publicaciones a las que aspiró Lázaro con el papel que dejó bien delimitado en aquella intervención, cuando se refirió a la formación tanto de los cuadros sindicales como de la masa trabajadora: “los conocimientos —dijo— son indispensables en su misión de controlar la gestión administrativa de las empresas, que son nuestras, para poder actuar como contraparte de la administración, que descubre deficiencias y que batalla porque se superen”. Para ello, subrayó, “no basta tener buena intención, hace falta saber y para saber es necesario estudiar. Y para que se materialicen esas realidades es, además, imprescindible actuar porque se creen las condiciones que lo aseguren”. Como parte de esas condiciones concibió la labor orientadora de la prensa.

Desde entonces, el escenario laboral cubano se ha complejizado; sin embargo las ideas de Lázaro Peña sobre la misión formadora de la prensa sindical conservan absoluta vigencia.

Compartir...
Salir de la versión móvil