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RETRATOS: La maestría de una tabaquera

Cuando llegó a la fábrica de tabacos El Laguito, Nelsa Leonard Delgado era una muchacha “con ganas de liberación”, según afirma.  La joven de 19 años vio en el trabajo la posibilidad de independizarse y poder, además, ayudar a la familia.

Nelsa Leonard Delgado, más de 50 años en una fábrica de tabaco. Foto: Agustín Borrego Torres

Sin embargo, la inexperiencia y el desconocimiento del oficio le hicieron dudar más de una vez en permanecer en su puesto de labor. “Todos los días decía: esta es mi última jornada aquí. Por otra parte, yo estaba delgadita y mi mamá afirmaba que el olor del tabaco me iba a enfermar. Pero nada de eso ocurrió. En ese entonces, casi todas éramos mujeres y fuimos creciendo en el aprendizaje. Mire usted, todavía estoy aquí”.

Nelsa mira al pasado y sonríe. A sus 72 años asegura que venció todos los miedos y poco a poco fue “cogiéndole el golpe” al oficio, que no se aprende en un día. Hay quien quiere ser tabaquero y no puede, debe tener sangre para eso”.

Por sus manos han pasado miles y miles de los afamados puros Cohiba, la marca más cara y también exclusiva de cuantas se producen a mano en el país. Ella no deja de expresar su orgullo por esta entidad, que desde su creación tuvo cerca al Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz y a Celia Sánchez Manduley.

“Eché raíces aquí, estando en este centro me casé, tuve a mis dos hijos, soy abuela; me dieron la oportunidad de construir mi casa en Santa Fe. A veces mis hijos dicen que no puedo vivir sin este colectivo, y les respondo que es verdad: yo no sé si soy parte de la fábrica o a la inversa”.

El rostro disipa la sonrisa. “Con los años se pierde destreza, ya no podía cumplir la norma y empecé a trabajar en control de la calidad. En las máquinas de fumado se comprueba la capacidad de tiro que tiene el puro cuando se enciende. Eso es importante, pero a mí lo que me gusta es hacer tabacos, eso es mi vida”, asevera esta mujer que jamás en su vida ha fumado, no obstante disfrutar el aroma que se respira en todo el sitio que la rodea.

La destreza y sabiduría adquiridas por Nelsa en el torcido del tabaco hoy alimentan los conocimientos de nuevas generaciones. Habla con los más jóvenes, les confiesa sus secretos para que el puro quede con la máxima calidad. Son detalles y habilidades que enriquecen a los tabacos Cohiba, a lo cuales ella ha entregado su alma.

Nelsa Leonard Delgado, más de 50 años en una fábrica de tabaco. Foto: Agustín Borrego Torres
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