“En cada uno de esos artículos están nuestros más puros sentimientos de solidaridad y el enorme deseo de mitigar en parte algunas de las necesidades materiales de nuestros compatriotas del oriente cubano, tan afectados por el huracán Melissa, que azotó despiadadamente ese territorio el 29 de octubre pasado.”
La afirmación de Ana Rosa Pérez Rodríguez lleva una carga tremenda de emoción y resume el sentir de los 368 afiliados al Sindicato de los Trabajadores No Estatales del Turismo en Las Tunas, a quienes guía como secretaria general del Buró que los agrupa y representa, el primer órgano de dirección de su tipo fundado en Cuba en este sector.
“No lo entendemos como un acto heroico, el aporte que hacemos refleja los principios de solidaridad y humanismo que hemos cultivado en nuestro gremio, y cuando la Patria llama, todos decimos presente”, confirma Ana Rosa con la satisfacción recreándoles las mejillas.
“Nos motiva, además, el interés de apoyar los esfuerzos del Estado y de ellos mismo por lograr la recuperación en el menor tiempo posible”, remarca.
En la valija van más de mil piezas de ropa para bebecitos, niñas, niños, hombres y mujeres; zapatos y artículos de aseo ofrendados por arrendadores de habitaciones y viviendas, y asociados a la Cooperativa No Agropecuaria de Alojamiento (Miatur), paladares, restaurantes y mipymes vinculados con el turismo, hombres y mujeres comprometidos con sus emprendimientos y solidarios con los más vulnerables.
La entrega es un gesto de amor en tiempos de huracán que alivia, en cierta medida, las heridas que provocan las carencias materiales y una muestra de acompañamiento en momentos de dolor, de ansiedad y desesperanza ante tanta destrucción y tantas pérdidas.
A muchos Melissa les arrebató todo o casi todo, pero la fuerza destructiva de sus vientos, marejadas y lluvias fraguó un sentir nacional e internacional que, paso a paso, va cercenando el dolor causado por los destrozos que provocó el potente meteoro, y le va devolviendo a las personas y a la zonas siniestradas la esperanza de la resurrección.
En la valija van, también, el saludo afectuoso y el cariño de los integrantes de las 16 secciones sindicales, en las que se organizan estos actores económicos que han convertido el apego a la ley y el sentido del momento histórico en el principio que los anima a ser parte indisoluble de su pueblo. Es también un mensaje de que pueden contar con los cubanos en los desafíos propios de reconquistar el bienestar colectivo.