Desde el primer momento, en el que los miles de refugiados, procedentes del municipio de Río Cauto, llegaron a territorio tunero recibieron el apoyo directo de la población y de los trabajadores en los centros de protección habilitados en Jobabo, Colombia y Las Tunas.
Lo recuerda Wilkenis Tamayo Ruiz, miembro del Secretariado Provincial de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Las Tunas, y califica la respuesta rápida de ejemplo de cómo la unión y la solidaridad pueden hacer una diferencia significativa en momentos críticos.
Amplía que a la convocatoria de apoyo a los damnificados por el huracán Melissa en las provincias orientales, realizada por la CTC en el país, se sumaron trabajadores estatales y privados, y la población en sentido general para dar un abrazo solidario a los pobladores de esas comarcas intensamente azotadas el pasado 29 de octubre.
Dice que desde su llegada, el movimiento sindical en los territorios que los acogieron promovió acciones entre sus afiliados y el pueblo en cada uno de los territorios, para bridarles el apoyo que necesitaran porque sabía de antemano que las severas inundaciones arrasaron casi la totalidad de sus bienes del hogar y otras propiedades.
En estos momentos, cuando comienza el regreso seguro de muchos de los afectados a sus lugares de orígenes, los trabajadores siguen dando muestras de humanismo y de empatía con sus compatriotas, y por esa razón, desde el marte el organismo de dirección sindical acoge en sus sedes -provincial y municipales- la ayuda, la cual “bajo estricto control es clasificada y será enviada en contenedores a las regiones más siniestradas”, asevera Ruiz Tamayo.
Las donaciones contienen alimentos, ropas, zapatos, productos para la higiene personal y colectiva, materiales escolares individuales y de uso en bibliotecas, entre otros bienes que son expresión genuina de humanismo y respeto hacia las personas con mayores vulnerabilidades.
Reconoce la destacada participación de los trabajadores, los nuevos actores económicos, los trabajadores no estatales y los vecinos organizados por los consejos populares en sus demarcaciones, que en conjunto se movilizaron para recoger y distribuir estos recursos en el tiempo más rápido posible, como resultado de acciones comunicativas de sensibilización que informaron sobre las necesidades específicas de los afectados y cómo podían contribuir.
Dijo que las entregas forman una carga de amor del pueblo tunero para los afectados; y. adelantó que prevén hacer los envíos a las regiones que se decidan en correspondencia con los daños recibidos.
Enfatizó el importancia del respaldo comunitario en situaciones de esta naturaleza, porque “ayuda a mitigar los efectos del desastre y, también, fortalece los lazos sociales y promueve un sentido de pertenencia y responsabilidad colectiva.”, remarcó Tamayo Ruiz.
Estos actos solidarios, cultivados por la Revolución, se unen, además, a la presencias de hijos de esta tierra en zonas siniestradas como lo hacen trabajadores de las empresas de Construcción y Montaje Conalza Las Tunas y de Telecomunicaciones SA (Etecsa), miembros de las FAR y de otros sectores que ahora mismo laboran en la restauración de los perjuicios ocasionados por Melissa en otros territorios del oriente cubano.
