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Una entrega que no cabe en bolsas

Las donaciones llegaron en bolsas, pero lo que contenían no se mide en objetos. Ropa, zapatos, útiles, libros, artículos de aseo… sí. Pero también memorias, afectos, gestos que no se compran ni se contabilizan. Desde Villa Clara, glorias deportivas, trabajadores del Inder, Medicina Deportiva y la Peña Deportiva Camilo Cienfuegos de TRASVAL se movilizaron para apoyar a las familias afectadas por el huracán Melissa en el oriente cubano.

Raybel Sedano Moreno director de deportes de en Santa Clara y Maritza Prado Gallardo presidenta de la comisión de atención atletas, entregando en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba de Villa Clara las donaciones para los hermanos del oriente cubano.

La entrega se realizó en la sede de la Central de Trabajadores de Cuba, pero el recorrido comenzó mucho antes: en casas, escuelas, centros laborales, y sobre todo, en la voluntad de quienes no esperaron a ser llamados.

«Esto no es un evento. Es una actitud», dice Maritza Prado Gallardo, presidenta de la Comisión Municipal de Atención a Atletas, mientras enumera nombres que no caben en una sola lista. Glorias del boxeo, la natación, el hockey, el polo acuático. Médicos, entrenadores, familias enteras que se organizaron desde sus rutinas para hacer espacio a la urgencia de otros.

Desde su hogar, aún convaleciente, Dania Rosa Sile Delgado no quiso quedarse al margen. «Maritza vino hasta aquí, yo no podía moverme, pero sí podía aportar. Recogí lo que podía servir a otros, porque cuando el dolor toca a una parte del país, el resto no puede quedarse quieto».

La doctora Linnet Concepción Fernández, madre de dos niños, encontró en su casa más que objetos: encontró motivos que puede ayudar a otros «Hay cosas que uno guarda por costumbre, pero cuando piensas en lo que otros han perdido, todo cobra otro sentido. Lo entregamos con el mayor deseo de ayudar. Somos una familia integrada, consciente de la situación que se vive».

Desde la Dirección de Deportes, Manuel Antonio Ardiles Larrondo lo vivió como una enseñanza heredada. «Mi esposa y yo decidimos hacer ese pequeño aporte. Es lo que aprendimos desde niños: compartir, aunque sea lo mínimo, cuando alguien lo necesita más».

Explico Maida Rodríguez Aguilar, gloria del hockey, no esperó una orden ya ella tenia su paquetito listo para donar. «Cuando hay una catástrofe, no hace falta que te toquen la puerta. Uno sabe que tiene que estar. No se trata de lo que sobra, sino de lo que se entrega con el alma. Y eso no se mide».

La entrega fue colectiva, pero cada gesto tuvo nombre propio. Desde el Centro Provincial de Medicina Deportiva, Carlos Manuel Suárez acompañó la jornada junto a su equipo. Desde la Peña TRASVAL, se sumaron voces, manos y convicciones.  

«No es la cantidad, es la calidad y el amor con que se hace. Hay evidencias, hay fotos, pero lo que importa es que cada objeto llegue a quien lo necesita».

La jornada sigue abierta. Aún se reciben aportes, aún se convoca. Porque cuando el gesto es auténtico, no necesita etiquetas. Solo caminos abiertos para llegar a tiempo.

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