Iban y venían propuestas entre el auditorio, reunido en el teatro de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), donde estaba una representación del Sindicato de las Comunicaciones, la Informática y la Electrónica del Municipio Especial Isla de la Juventud.
Se trataba del debate del anteproyecto del Código de Trabajo, que comenzó ayer en toda Cuba y se extenderá hasta el 30 de noviembre.
Reineiro, Rubén, Yudit, Alejandro y otros hablaron de la seguridad y salud en el trabajo para mejor protección del trabajador; de las micros, pequeñas y medianas empresas, las cooperativas, los titulares de proyectos de trabajo por cuenta propia, de desarrollo local y formas de gestión no estatal aprobadas, donde sus empleadores establecen relaciones laborales con los trabajadores para desarrollar su actividad.
No faltó en el debate la protección de la fuerza de trabajo; brotaron términos como estabilidad laboral, lo cual protege el carácter indeterminado y la continuidad de la relación de trabajo y la seguridad jurídica de la persona en el disfrute de sus derechos; y que la terminación de la relación de trabajo por tiempo determinado está sujeta a las causas previstas en este Código.
Asimismo el de Protección Mínima, otro tópico, que expresa los derechos y las garantías establecidas, que no pueden ser disminuidas por el contrato individual de trabajo o el convenio colectivo de trabajo suscrito por las partes.
También conceptos como igualdad y no discriminación, que engloban el disfrute de oportunidades laborales y un trato justo, sin discriminación por razones de sexo, género, orientación sexual, identidad de género, edad, origen étnico, color de la piel, creencia religiosa, situación de discapacidad, origen nacional o territorial, y cualquier otra condición o circunstancia personal que implique una distinción lesiva a la dignidad humana.
En este caso el empleador tiene la obligación de adaptar los entornos laborales a las necesidades de las personas en situación de discapacidad y promover su inclusión laboral.
La igualdad de remuneración resultó tratado con énfasis, pues es vital recibir igual salario por trabajo y valor, sin discriminación entre hombres y mujeres.
Y si otro asunto hizo reflexionar al auditorio fue el articulado donde se recoge que la participación se concreta en la responsabilidad individual, colectiva, directa e indirecta por los trabajadores, las organizaciones sindicales y empleadores, en los procesos de planificación, regulación, gestión, negociación colectiva, toma de decisiones y control en la administración y gestión de las entidades empresariales estatales y unidades presupuestadas.
Cerró con la coincidencia de prohibir el trabajo forzoso y se ratificó la prohibición del trabajo de los niños, niñas y adolescentes y la discriminación, la violencia y el acoso en el ámbito laboral.
Seguirán los intercambios en el resto de los sindicatos, sin dudas, el anteproyecto del Código de Trabajo será «inyectado» con el latir sindical por el bien de Cuba.