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Con Filo : Un pedacito de nosotros

La historia de la joven que se sometió a una riesgosa operación para donar parte de su hígado a una niña a quien ni siquiera conocía ha conmovido al pueblo cubano, primero desde las redes sociales de Internet y luego en los principales espacios informativos de la Televisión Cubana.

 

Este hecho se materializó en el hospital pediátrico Willian Soler de la capital, el pasado 8 de septiembre. Foto: Luis Alberto Romero

Ese altruismo que ha demostrado Roxana Romero Rodríguez, ese es su nombre, constituye un ejemplo digno de los tiempos que corren.

Ahora cuando estamos a las puertas del referendo para respaldar con nuestro voto la nueva Ley del Código de las Familias, pensaba anoche en ese papel del amor y los afectos en la creación de sólidos lazos entre los seres humanos.

¿Por qué quién se atrevería a decirles a los padres de la niña que recibió el vital órgano que Roxana no es parte de su familia? ¿O quién le dirá a la pequeña cuando crezca que esa muchacha no es nada suyo?

Cuando todavía hay personas e instituciones que juzgan y se atreven a poner límites o encerrar en moldes preconcebidos al cariño, para determinar desde desconocimientos y prejuicios la fortaleza o no de determinados lazos familiares, esa entrega ejemplar de una parte de las entrañas para salvar a una criatura pone en crisis cualquier visión individualista y dogmática sobre las bases que constituyen nuestras familias.

Esas protecciones y garantías por las cuales tanto hemos luchado en este país tienen su expresión en leyes como el Código de las Familias, que solo interpretan y dan cauce a los mejores sentimientos de las personas, para que prevalezcan y puedan contribuir a la felicidad colectiva.

Por eso el referendo del próximo 25 de septiembre será también una forma de probarnos a nosotros mismos, para saber hasta qué punto hemos avanzado o no en nuestra comprensión de la bondad y la solidaridad, más allá incluso de nuestros propios intereses o dudas individuales.

Si no bastaran los argumentos técnicos, jurídicos y académicos para explicar la modernización de la legislación referida al derecho familiar en Cuba, la comprensión de que lo bueno para quienes nos rodean también tiene que ser bueno para uno, es una filosofía de la vida que ayudará a que nos sintamos personas más útiles y plenas.

Claro que pueden existir diferencias y hasta discrepancias en la manera en que entendemos el mundo y construimos nuestros vínculos familiares, pero eso no debería ser nunca motivo o pretexto para cuestionar el derecho ajeno a forjarse su propio camino de pertenencias y fidelidades íntimas.

Y sobre todo, es preciso seguir ese ejemplo que vimos ayer en el Noticiero de la Televisión Cubana, pues aunque no esté en la posibilidad de todo el mundo hacer algo tan sencillamente heroico como lo de la joven que cedió parte de su hígado para salvar una niña, sí está en nuestras manos la posibilidad de regalarnos mayores posibilidades de amor y afecto para todas las familias cubanas, solo con ofrecer un pedacito de nuestra comprensión, respeto y respaldo.

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