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Laura deja huellas en el Orquideario Soroa

Laura llegó no como cualquier visitante admirado de tanta belleza y conservación, sino con sus ráfagas de viento capaces de dejar huellas imborrables en unos minutos. Ahora hachas y machetes, junto a una voluntad probada en eventos climatológicos anteriores, se disponen a resarcir los daños y devolver la hermosura del entorno.

Fotos: Humberto Lister

Con un Triplay Americano, conocido como árbol hormiguero de años en este lugar, que cayó encima de una Cycas revoluta, se bate —junto a otros— Alexey Revol Soroa, jardinero del área de Reproducción, pues afectó estructuras de jardinería por el grueso de sus ramas y la altura de su tronco.

Del otro lado, en los viveros, donde el día antes evacuaron a unas 350 plantas de la colección que estaban en macetas, Yosdani Piloto, desafía las alturas para restaurar parte del techado de tela de sarán afectado por Laura, mientras hay quienes devuelven a sus sitios plantas guarecidas en refugios naturales del propio jardín, resguardada para evitar posibles interacciones entre ellas.

“Hay premura por regresar cada orquídea a su lugar, pues la humedad del suelo, además de las plagas o babosas pueden afectar la conservación, explicó José Lázaro Bocourt Vigil, director del Orquideario, al tiempo que rememora los huracanes Gustav e Ike, de 2008, “con los que sufrimos pero aprendimos”, reconoce con nostalgia.

“Conocemos los lugares más vulnerables a los fuertes vientos y las persistentes lluvias para minimizar su impacto, hay crecimientos emergentes de ramas, que canalizan el aire, pero a pesar de no estar tan cerca de punta La capitana, por donde tocó tierra en el aledaño municipio de San Cristóbal, hubo árboles legendarios que pedimos y otros con daños parciales” asegura.

Unas 48 horas sin electricidad en el laboratorio tras el paso de Laura es la mayor preocupación. “Pueden contaminarse más de 300 frascos de vitroplantas en vigilia, incluso con especies endémicas y muchas horas de sueño dedicadas a estudiar e investigar, al no contar con grupo electrógeno. El Ministerio de Educación Superior, al cual pertenecemos prevé inversión en paneles solares”, señala.

Aunque ya Covid-19 ajustó la entrada al Orquideario Soroa, (de lunes a viernes hasta las 4:00 P.M., y otras medidas rodeen el entorno, ahora es Laura quien cierra las puertas, al menos una semana, y los pone a trabajar bien fuerte.

No hay tiempo que perder, cada quien tiene su tarea y van despejando de ramas y hojas las áreas de uno de los sitios más bellos de la provincia. Alistan el lugar donde también quinceañeras y novios apuestan por su festividad; el sitio donde el amor por las orquídeas marca cada paso.

 

 

 

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