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Trabajadores celebra el Día de la Cultura Cubana

De izquierda a derecha, Agustín Antonio Villafaña; Alberto Núñez, director de Trabajadores; Nereyda López, secretaria general del SNTC; y Pedro Romero, en un momento de su actuación. Foto: Agustín Borrego Torres.
De izquierda a derecha, Agustín Antonio Villafaña; Alberto Núñez, director de Trabajadores; Nereyda López, secretaria general del SNTC; y Pedro Romero, en un momento de su actuación. Foto: Agustín Borrego Torres.

 

Este 20 de octubre la nación celebra su Día de la Cultura, un acuerdo instituido por el Consejo de Ministros el 22 de agosto de 1980, para conmemorar el trascendental acontecimiento del año 1868 cuando las tropas mambisas comandadas por el Padre de la Patria, Carlos Manuel de Céspedes, liberaron la oriental ciudad de Bayamo, ocasión en que sus habitantes entonaron por vez primera nuestro himno nacional, La Bayamesa, compuesto por Pedro Figueredo e instrumentado por Manuel Muñoz Cedeño.

Con motivo de la efeméride, Trabajadores festejó en su redacción aquel importante acontecimiento de espiritualidad colectiva —valiente expresión de las ansias de independencia del pueblo cubano—, con la presencia de dos exponentes de nuestra cultura. Agustín Antonio Villafaña Rodríguez, ceramista, grabador, pintor, diseñador y dibujante, fundador del célebre Grupo Terracota 4, de Isla de la Juventud —particularmente dedicado a la artesanía artística— y creador del reconocido proyecto artístico comunitario El Yeti, que radica en la casa-taller homónima en el municipio habanero de Playa.

Le acompañó el trovador Pedro Romero, uno de los cantautores cubanos contemporáneos más destacados, quien en el año 1994 organizó —y desde entonces dirige— el grupo musical Sol de Cuba, hacedor de una variedad de géneros nacionales e internacionales que ha ganado palmas en Cuba y en numerosos países de todos los continentes por su labor altamente profesional.

Durante el breve y emotivo encuentro, la secretaria general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, Nereyda López Labrada, junto con Ana Mercedes Borroto, quien ocupa similar cargo en el municipio de Plaza de la Revolución, entregaron al centro un diploma de Reconocimiento “por su apoyo incondicional al trabajo cultural del país”.

El maestro Villafaña, miembro del Consejo Nacional de la CTC, quien también fuera combatiente internacionalista en Angola, y presidente de la delegación de la Uneac en Isla de la Juventud, así como presidente del Consejo Municipal de las Artes Plásticas, y director del proyecto artístico Taller KSA, en ese territorio, expuso a nuestro colectivo algunas de las características de su obra artística, e igualmente se refirió a su proyecto El Yeti, en el que durante casi 20 años se han formado decenas de artistas de todas las generaciones, con el apoyo de otros reconocidos artífices.

Este sensible y prolífico creador de la plástica es merecedor de la Distinción Por la Cultura Nacional, Miembro de Honor de la AHS y de la Orden Juan Marinello, además de un sinfín de lauros a su obra plástica —está considerado entre las 10 figuras cultoras de la cerámica artística más importante de la isla—. Ha realizado más de 30 exposiciones personales y 200 colectivas, en Cuba y en el extranjero. Prometió dejar su impronta en la galería de arte de Trabajadores, donde se atesoran muestras de distinguidos y emergentes pintores.

Por su parte, Romero, con el singular carisma que le caracteriza, prefirió hablar de su arte a través de la música, motivo por el cual nos regaló dos encendidas piezas de su amplio repertorio, en el que se incluyen números tan pegados como Se me va la vida y Qué hago con la canción, que han sido interpretados por figuras muy conocidas como Vania Borges.

Compositor con una peculiar y honda poética de corte costumbrista y social, Romero ha obtenido infinidad de lauros, entre ellos el Gran Premio y el Premio de la Popularidad en los concursos Adolfo Guzmán. “Mis canciones tratan de expresar el día a día con amor y poesía, a veces lo logro, otras no”, ha dicho el singular músico quien se presenta como solista o acompañado de Sol de Cuba para exponer un quehacer que abarca todos los géneros del pentagrama cubano e internacional. La inigualable sonoridad de esta agrupación —la cual prometió llevar a Trabajadores— está esencialmente fundada en la manera en que asumen la música popular cubana a la que le incorporan elementos de la contemporaneidad universal y novedosos arreglos que atraen la atención y la simpatía del público.

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