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El compromiso de Villafaña

“Mantenerse en casa, constituye un refugio para continuar y culminar nuevas obras de mi labor artística, como las series: Un pedacito de oro, dedicada al aniversario de La Edad de Oro, y titulada La Edad del Oro, tributada a los 167 años del natalicio de José Martí, compromiso pendiente con el Apóstol y con mi bisabuelo, el Sargento Montero, miembro de las tropas de Pedro Agustín Pérez, quien fue designado a escoltar a Martí en su desembarco por Playitas”.

Así explicó el reconocido creador de las artes visuales, Agustín Antonio Villafaña Rodríguez, director general del estudio- galería Casa Yeti (Casa Verde), quien agregó que durante este tiempo de recogimiento debido a la Covid-19 igualmente se ha dedicado a la realización de otra serie, Cucar por Rojo, recreada en las vivencias y añoranzas derivadas de las afectaciones por la pandemia, así como, a la  elaboración de varios conjuntos de dibujos, como Fantasma, Tromposo y Buscaperros.

El prolífico pintor,  grabador, ceramista, diseñador y dibujante nacido en Yateras, Guantánamo, el 13 de junio de 1952, miembro de los consejos nacionales del Sindicato de la Cultura —del que es fundador y asesor desde el año 1977—, de la Central de Trabajadores de Cuba y de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), dijo que “a pesar de este momento difícil de recogimiento social y de mantenerme en casa, y además, de la edad y las limitaciones que imponen los procesos de crisis de las enfermedades: cardíacas, pulmonar, hipertensión, reumatológicas, alérgicas, entre otras, la situación por la que transito no ha impedido las motivaciones, las iniciativas, los impulsos creativos, el florecer de los oficios y las tareas de mantenimiento”.

Con su habitual sentido de la amistad, Villafaña apuntó que en su agenda,  por estos días, igualmente “se suman los procesos nacionales e internacionales, la información, divulgación y promoción, que generan un incentivo para romper con el cautiverio, el refugio y la inercia que propician un impulso a la investigación, creación, consultas, proyectos y encuentros próximos y futuros.

“Ha sido determinante —añadió— la oportunidad del recogimiento familiar para los propósitos y tareas individuales, profesionales, vínculos y soluciones. Todo ello ha acrecentado el cariño, la protección, la reflexión sobre el presente y el futuro en la preparación de aportes en la etapa de la post pandemia, y sobre todo, algo muy importante, mirarnos por dentro y asistir a la posibilidad de asumir, propiciar y solucionar la restauración física y material, todos en casa, todos participando”.

El también fundador e integrante de otras instituciones culturales como el Grupo de Cerámica Contemporánea Ky-13, el Centro Latinoamericano Altamira, en Chile, la Asociación Hermanos Saiz —de la que es miembro de honor—, del Fondo Cubano de Bienes Culturales y la Asociación Cubana de Artistas Artesanos, expresó su “agradecimiento a todos los protagonistas que de alguna manera facilitan nuestra permanencia, estabilidad y recuperación. Principalmente, a los médicos y enfermeras, a los científicos, a nuestro sistema de salud, así como a la familia, los vecinos, las amistades, los compañeros, las instituciones y organizaciones de masas, entre estas los consejos nacionales de Artes Plásticas y de Casas de Cultura, el Ministerio de Cultura, la Uneac, el Sindicato de la Cultura y la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana, las cuales han protagonizado un gran gesto de demostración humana, cubanía y actitud revolucionaria».

“También he trabajado en el reordenamiento de proyectos e iniciativas de desarrollo local para el sector, así como en apuntes de sugerencias y propuestas para el aprovechamiento de las potencialidades del movimiento plástico como estructura y desarrollo de la fuerza creadora”, precisó Villafaña.

Acreedor de la Distinción por la Cultura Cubana y del Premio Nacional Olga Alonso por la Obra de la vida, como profesor, instructor y artista plástico, este creador con obras adquiridas por importantes museos y entidades de Italia, Venezuela, Chile, Estados Unidos, México, Argentina y Cuba, y por coleccionistas privados  e institucionales de más de 20 países, señaló que durante este tiempo para él ha sido muy importante “la labor de orientación, consultas, apreciación, de atención a alumnos y creadores vinculados a la enseñanza y cursos del proyecto Yeti, que incluye aplicación, análisis de obras, nuevos ejercicios, recomendaciones y propiciar participaciones en iniciativas promovidas por la manifestación”.

Lamentó que debido a la propagación mundial del nuevo  Coronavirus “quedaron truncos algunos sueños, compromisos, proyectos personales, familiares y colectivos. Además, de puentes y comunicaciones estratégicas para la vida, la profesión y el futuro…, pero no perjudicados, ni limitados, ni perdidos y mucho menos estoy desilusionado porque este tiempo me ha facilitado la reflexión, el estudio, la capacitación, reordenar estructuras y conjugar propósitos que fluyen a viejas y nuevas ideas.

“Tuvimos que suspender o posponer —indicó— intercambios sociales, compromisos docentes, ejecución de estrategias, oportunidades, acciones fundamentales para un orden y posibilidades incluyentes, pero nada comparable, con salvar la vida, la vida es continuidad porque estamos vivos, es solo una parada irremediable en el itinerario, o un instante de reflexión del valor de la existencia”.

Con evidentes muestras de optimismo, Villafaña subrayó: “Cuando retornemos a la normalidad, la cultura  será un elemento estratégico dentro de la fase de recuperación. Será el comienzo de un período para restablecer lo perdido, incorporando toda la experiencia, capacidades, logros, destinos, sugerencias, resultados, iniciativas y proyecciones positivas con una visión más amplia de lo que soy capaz, porque las vías estratégicas y victorias que nos impuso vencer la pandemia, son imprescindibles”.

Con unas 70 exposiciones personales, nueve de ellas con el célebre Grupo Terracota 4 —del que fue fundador en el año 1985—, además de 500 colectivas en diferentes países, y autor de más de 30 murales en importantes sitios de varias naciones, dijo que tras el paso de la Covid-19 seguirá “propiciando un trabajo más comprometido, continuaré enriqueciendo y ampliando las potencialidades personales y colectivas, y aportar y favorecer nuestro proceso social, económico, cultural y político».

“Me comprometo —aseguró— a exhibir y promover las obras que han sido testimonio, realidad, historia y vivencias personales y colectivas para la apreciación de nuestro pueblo; así como a mantener y enriquecer la labor hacia el barrio y la comunidad, a través de la institución fundada hace más de 20 años en el municipio Playa: Comunidad artística creativa Yeti-Uneac-DMC (Dirección Municipal de Cultura), por los creadores en beneficio de niños, jóvenes, adultos y artistas para su preparación, formación y orientación, como compromiso de satisfacer las demandas artísticas y culturales de nuestro pueblo”.

En su extraordinaria relatoría de deberes como revolucionario, el artífice graduado de las escuelas provincial José Joaquín Tejada y Nacional de Arte Cubanacán, además del  Centro Europeo de la Terracota, en Florencia, Italia, donde concluyó su especialización en cerámica en el año 1984, dijo, que cuando esta pesadilla haya concluido, reactivará su vida para “conservar mis aportes y deberes como creador, profesor y promotor en el impulso y colaboración a las instituciones y organizaciones que tienen el legado de defender, vigilar y propiciar el desarrollo de la Cultura Cubana».

“Asimismo, le daré un abrazo, un beso y un cariño enorme que abarque a todos los que han hecho posible seguir vivos y amándonos”.

Por último aconsejó “a todos los cubanos y a sus familias a hacer el mayor esfuerzo, con valentía y amor, por cuidarnos, protegernos y cumplir todas las medidas orientadas por el Ministerio de Salud Pública, el Consejo Nacional de Defensa y la Dirección de nuestro país, a observar y asumir con disciplina las decisiones, esfuerzos y dedicación para que no falte la solución, ocupación, derechos, salud, atención, apoyo, beneficio y reconocimiento para todos. El país nos necesita ahora para continuar juntos la construcción de una nación mejor, digna, justa y próspera, en honor a todos los esfuerzos históricos y las conquistas de la Revolución».

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