Una populosa calle de La Habana Vieja –la zona histórica y fundacional de la capital cubana- es el escenario. Resulta difícil –tal vez imposible- pasar por alto o no detener el paso para contemplar o simplemente darle un vistazo a quienes integran una agrupación artística con un espectáculo apto para todas las edades.

Familias que pasean, turistas y transeúntes son los principales espectadores de un espacio de sano entretenimiento denominado Pasacalle de La Habana Vieja y que forma parte del folclor callejero fundamentalmente en el bulevar de la calle Obispo y se extiende hasta las cercanías de la Plaza de Armas en tan emblemático municipio.

Sus protagonistas van y vienen sobre zancos. Visten ropaje llamativo por sus diseños y colores de variada gama. De igual manera es el maquillaje, resaltan los sombreros y otros atuendos en sus disfraces, todo lo cual crea un ambiente de fantasía juglaresca.
Al verlos, los pequeñines sonríen y hasta algunos motivados por la curiosidad infantil instan a sus padres a acercarse a esas personas de increíble estatura. No faltan tal vez los que expresan miedo u observan con cierto recelo aquellas figuras gigantescas que bailan y actúan, pues también la música convoca al disfrute y a poner el cuerpo en movimiento al ritmo de una conga.

El Pasacalle invita a disfrutar de cerca de esta fiesta cultural, de su andar con toda su policromía y diversión.
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.




