Los días del 2025 van quedando en ese recuerdo del que quizás poco hablaremos en el futuro, por duros y desgarradores que han sido estos meses. Hemos vivido un año de epidemias, de un ciclón atravesado para el oriente, inflación galopante, dolarización parcial, medidas atrevidas para recuperar el valor de los salarios y varias constantes en el alma de nuestras familias: apagones, escasez, emigración y pocos momentos felices.

Los días del 2026 se acercan y no prometen ser mucho mejores ni de abundancia ecónomica, pero sí nos convidan a recuperar el ímpetu de lucha que un día nos hizo acabar con el analfabetismo, derrotar a los yanquis en Girón, ser internacionalistas por convicción, vencer la COVID-19 con nuestros científicos, ganar el segundo lugar en un Clásico Mundial de Béisbol y creer que la justicia social es más placentera cuando el egoísmo y el dinero no se adueñan de ella.
Habrá que trabajar más y reunirnos menos. Habrá que priorizar la salud y la alimentación sin utopías. Habrá que recibir más inversión extranjera sin temores y burocracias. Habrá que lograr sindicatos más representativos de sus sectores y menos de sus administraciones. Y habrá que conseguir ese liderazgo sin copia en la vida cotidiana y en todas las organizaciones e instituciones.
Porque eso también necesita la gente: confianza y resultados. Decir la verdad con crudeza y salir por la solución al mismo tiempo. Las redes digitales, que de sociales ya tienen bien poco en manos de quienes nos adversan, seguirán intentando vender el país que no somos y solo una comunicación oportuna, sin disfraces y con la mayor creatividad será la vacuna ideal para quienes amanecemos todos los días empeñados en defender la Cuba de Martí y de Fidel.
Precisamente del Comandante en Jefe aprendimos que nada es imposible para los que luchan. Su ímpetu, en el año del centenario de su natalicio, debe ser inspiración para los revolucionarios, a quienes jamás les pueden faltar la felicidad y la sonrisa de estar vivos no por un milagro, sino por resistencia y heroicidad.

