El constructor que quiso edificar el futuro

El constructor que quiso edificar el futuro

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En el III Congreso de los Constructores celebrado en 1972, Fidel Castro propuso dedicar el 5 de diciembre el Día del Constructor, en homenaje a Armando Mestre Martínez, asaltante al Moncada y expedicionario del Granma.

 

Armando Mestre Martinez. Foto: Archivo

 

Años después se supo que esa fecha, en que ocurrió la sorpresa de Alegría de Pío, no había muerto Mestre sino unos días más tarde.

En entrevista a Otto Hernández Garcini, nos explicó que debido a que una parte de los expedicionarios había sido asesinada en parajes intrincados y no se conocía exactamente el lugar donde habían caído, Fidel y Celia Sánchez le encomendaron la misión de descubrirlo y para ello se trasladó al terreno de los hechos y entrevistó a pobladores del lugar.

Es oportuno recordar que después de la llegada del yate Granma el 2 de diciembre de 1956 a las costas cubanas, murieron 21 expedicionarios entre el 5 y el 15 de ese mes, solo uno cayó en combate los demás fueron ultimados cobardemente por la soldadesca. Su promedio de edad era de 26 años. Mestre tenía al morir 29.

Esta investigación constituyó para Otto, nos confesó, no solo una experiencia inolvidable sino un honor. En sus indagaciones, un campesino le indicó un caminito del monte Macagual donde fueron asesinados seis expedicionarios. Otto localizó al médico que hizo el certificado de defunción de los seis cuando los llevaron al cementerio a enterrarlos.

“El hombre vivía en Niquero. Lo entrevisté y pude reconstruir lo ocurrido, por los testimonios de los lugareños y el tipo de heridas que tenían los combatientes. Los llevaron hasta allí en una camioneta, bajaron a tres y un militar que portaba una ametralladora no esperó a que los otros llegaran a tierra: les tiró una ráfaga y por eso los balazos impactaron en la parte inferior del tronco y las piernas; después se viró hacia atrás, les tiró a los que bajaron primero, a quienes los disparos penetraron en el pecho. Los caídos allí eran Andrés Luján Vázquez, Santiago Hirzel González, Félix Elmusa Aggaise, José Ramón Martínez Álvarez, Armando Mestre Martínez y Luis Arcos Bergnes. Eso fue el 8 de diciembre.”

 

Decidido a luchar por la justicia

Armando Mestre Martínez, nació en La Habana, en el barrio de Cayo Hueso. Tuvo una infancia pobre y llena de privaciones, desde los 8 años se destacó como atleta escolar y ganó medalla de oro en una competencia de carrera entre diversas escuelas celebrada en los terrenos de la antigua Casa de Beneficencia. Ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de la Víbora, aunque tuvo que optar por las clases nocturnas para trabajar por el día.  Llegó el momento en que tuvo que dejar de estudiar para dedicarse a la construcción como albañil.

Se sumó a la Juventud Ortodoxa, pronto conoció a Fidel Castro y participó en la Marcha de las Antorchas en homenaje al centenario del natalicio del Apóstol José Martí.

Seleccionado entre los hombres que protagonizarían el asalto al Moncada, al no obtener el éxito esperado, se retiró junto con otros combatientes a las montañas. Fue detenido y sometido a juicio y cuando el fiscal le preguntó si había participado en aquel suceso, respondió enérgico:

“Sí, participé, tuve el honor de que se contase conmigo para pelear”.

Y al indagar cómo lo habían convencido, contestó:

“El doctor Fidel Castro no tuvo que convencerme, desde el primer momento estuve decidido a tomar ese camino”.

Fue confinado al mal llamado Presidio Modelo de la entonces Isla de Pinos, y cuando la presión popular obligó al tirano Fulgencio Batista a decretar la amnistía de los moncadistas, salió en libertad.

Fue fundador del Movimiento 26 de Julio y organizó células de la organización en Arroyo Naranjo. Al llamado de Fidel partió para México y retornó a la patria a bordo del yate Granma.

 

 

Junto a Fidel y otros combatientes del Moncada en el vivac de Santiago de Cuba. Foto: Archivo

Después del desembarco los expedicionarios fueron sorprendidos por el ejército en Alegría de Pío y ello provocó la dispersión de los combatientes. El 8 de diciembre fue asesinado por los militares junto con otros de sus compañeros en el camino de Macagual y sus cuerpos fueron tirados en la puerta del cementerio de Niquero.

Mestre se convirtió en el mártir de los constructores que cada año le rinden homenaje, y los trabajadores del sector que acumulen méritos durante su trayectoria laboral después de 20 años de trabajo o antes de ese tiempo muestren una ejecutoria excepcional, son merecedores de la medalla otorgada por el Sindicato nacional de Trabajadores de esa rama, distinción que lleva el nombre del hombre que quiso construir un futuro mejor para su pueblo, pero le truncaron la vida a los 29 años.

 

 

Medalla Armando Mestre otorgada por el Sindicato Nacional de la Construccion a los trabajadores con una destacada trayectoria durante 20 años de labor o antes de ese tiempo por méritos excepcionales.

Acerca del autor

Graduada de Periodismo en 1974 y Master en Ciencias Políticas de
enfoque Sur, Al graduarse pasó a atender temas históricos e
ideológicos y viajó a varios de los antiguos países socialistas. Al
pasar al periódico Trabajadores, escribió para el Suplemento de
salud durante varios años y realizó la cobertura del segundo
contingente de la brigada médica en Guatemala. Posteriormente fue
jefa de la edición digital y subdirectora editorial hasta mayo de 2025
que se jubiló y se recontrató en la publicación. En el transcurso de
su ejercicio profesional Ha ganado premios en concursos
periodísticos y de humorismo.

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