Guantánamo, 30 de noviembre de 1956: Recordando una fecha histórica

Guantánamo, 30 de noviembre de 1956: Recordando una fecha histórica

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El 30 de noviembre del 2024, 15 días antes de su fallecimiento, el comandante Julio Camacho Aguilera una vez más expresó su preocupación, para que se recordara con la debida fuerza los hechos que se desarrollaron ese día en la provincia de Guantánamo, esperando el desembarco en Cuba de Fidel Castro Ruz en el yate Granma, así como a los dos compañeros que fueron masacrados por su participación en aquella gesta.

Comentaba que, “hubo una serie de acciones armadas en Guantánamo en la región de Ermita, hoy Costa Rica”, que pertenece al municipio guantanamero El Salvador. Allí, entonces molía el central azucarero Ermita, que tras el triunfo de la Revolución en 1959 se renombró y en la década del 2000 se decidió paralizar su marcha.

“Guantánamo es una provincia que tiene mucho mérito, la huelga fue total y duró 6 días en apoyo al desembarco. Fidel llega y ha recibido un apoyo tremendo de los guantanameros, de los ferroviarios, los trabajadores del comercio, toda la ciudad se paralizó dirigida por Antonio (Ñico) Torres. Tenemos dos asesinados como consecuencia del 30 de noviembre”, no hablaron, los mataron días después.

Narraba que los fusiles empleados aquel día en las operaciones, los dejaron en la Sierra Canasta al resguardo de un compañero llamado Luis Raposo, pero fue delatado y apresado, torturado salvajemente y castrado, no obstante, “resistió y no se perdió ni un fusil, todo lo recuperamos”. Dice que Raposo tenía un ayudante, del que no conoció la soldadesca del tirano Fulgencio Batista, y después ese compañero los llevó al lugar donde Raposo guardo las armas el 30 de noviembre.

También mencionaba a otro compañero, Arnaldo (Arnol) García que tenía 25 años de edad. “Es el que me lleva a mí en el intento de tomar el cuartel del central Los Reynaldos, en aquel tiempo Baltony, que no lo pudimos tomar, tuvimos que regresar, pero tomamos el tren y quemamos el puente”. Baltony era un central azucarero que como Ermita cambió su nombre en 1959 y en los años 2000 se cerró, estaba ubicado en Songo-La Maya que actualmente pertenece a la provincia de Santiago de Cuba.

En Ermita, Camacho y un grupo de compañeros tomaron de madrugada el cuartel de la Guardia Rural y el de los Guarda Jurados. Después, en su recorrido hacia Baltony ocuparon la pista de aviación del batey, continuaron y antes de llegar al lugar señalado, Arnol cortó el tendido telefónico e interrumpió también el telegráfico entre Guantánamo y Santiago de Cuba. Finalmente decidieron no tomar el cuartel de Baltony porque ya aumentaba el movimiento de los guardias y era una acción que no habían previsto antes.

Decidieron regresar y quemar el puente del ferrocarril de Belona que trataron de hacerlo arder por uno de sus extremos, entonces, siguieron al tren al que acababan de dar paso obligando al maquinista a cambiar los chuchos para que avanzara por la vía central tomando velocidad y descarrilándose junto con sus casillas cargadas de ganado. El maquinista cumplió la orden de lanzarse del tren al tomar velocidad.

Señalaba que a las dependencias militares que los rebeldes tomaron, “el enemigo mandó fuerzas grandes desde un lugar que se llama Cuneira”, que se encuentra a pocos quilómetros de la ciudad capital Guantánamo. Entonces, “nosotros nos dispersamos en pequeñas guerrillas, y yo dejé organizada una de 8 hombres bajo el mando de Miguel Beltrán”, que era jefe de una de las células de Guantánamo.

El día transcurrió sin conocerse nada sobre Fidel ni de las acciones en Santiago, y desde la Sierra Canasta, Camacho propuso a los que se suponía no estaban identificados por el ejército batistiano dejar las armas para guardarlas y regresar a sus lugares de origen.

Para Camacho la fecha resultaba muy importante, “esperando la llegada de Fidel, aunque no se logró porque Fidel llegó el 2 de diciembre, pero nosotros creíamos que llegaba el 30 de noviembre”, dice que las acciones, “se llevaron a cabo en todo el país, porque hubo alzamiento hasta en Pinar del Río, aunque no tomaron cuarteles”, comentaba.

“Lo más importante es que se esperaba la llegada de Fidel, era el propósito honrado de aquellos jóvenes, porque Arnol muere con 19 años de edad, Luis Raposo era muy joven también y hay que ver como resistieron, las torturas y tenían dominio de todo”. Arnol fue baleado por la Guardia Rural cuando intentaba en Ermita cumplir la tarea de recoger las armas que habían utilizado aquel día.

“Es algo meritorio que la juventud de hoy sepa lo heroica que fue la juventud de aquel momento, que supieron resistir hasta perder la vida, pero no sacrificaron la organización, ni sacrificaron delatando a ningún compañero”. Todas las armas se recuperaron, insistía recordando una fecha tan importante.

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