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Vuelven los Parlamentos Obreros

Al comentar el inicio en los centros laborales de todo el país de la discu­sión del Programa de Go­bierno para corregir dis­torsiones y reimpulsar la economía, José Antonio Pérez Pérez, integrante de la Comisión Organi­zadora del 22 Congreso de la CTC, aseveró: “Si tenemos en cuenta que los trabajadores tendrán la oportunidad de realizar propuestas, si existe cla­ridad de que constituye el hilo conductor para superar la compleja si­tuación que enfrentamos, puede catalogarse como otros Parlamentos Obre­ros, similares a los desa­rrollados en 1994”.

La discusión del Programa de Gobierno ya se inició en los centros laborales de todo el país y transcurrirá hasta el 30 de diciembre. Foto: José Raúl Rodríguez Robleda

La organización de masas y los sindicatos tendrán hasta el 30 de diciembre para desarro­llar este proceso, el cual se hará en asambleas de afiliados y trabaja­dores, previo estudio y análisis en cada or­ganización de base del Partido. Para ello han establecido las coordi­naciones necesarias con las entidades naciona­les, los organismos de la Administración Central del Estado, las organi­zaciones superiores de dirección empresarial y los gobiernos municipa­les y provinciales para asegurar la calidad en las entidades de subor­dinación local.

“A los centros estraté­gicos (producción de ali­mentos, empresas expor­tadoras, recuperación del sistema eléctrico, entre otros) vamos a prestarles una mayor prioridad, al igual que en las entidades sin núcleos del Partido. Se han hecho coordinaciones para la participación de las formas de gestión no estatal a través de las es­tructuras sindicales que hay creadas o en áreas de concentración según co­rresponda”, comentó José Antonio.

Al abundar acerca del significado que tie­nen para los trabajado­res estos debates explicó que “debemos lograr la comprensión integral del Programa de Gobierno y las conexiones existentes entre los objetivos gene­rales, los específicos y las acciones; además de defi­nir en cada escenario el papel de la organización de manera concreta y con indicadores definidos. Tiene que existir una re­lación entre esos objetivos y las propuestas al plan de la economía del 2026 que acabamos de hacer”, precisó.

Al indagar sobre cómo se reflejan en ese Programa algunas de las inquietudes planteadas en el proceso orgánico al 22 Congreso, el dirigente detalló que todo lo rela­cionado con la estabili­zación macroeconómica, la diversificación de los ingresos externos del país, el incremento de la producción nacional con énfasis en los alimentos y bienes y servicios, así como el redimensiona­miento, desarrollo y ges­tión de la empresa estatal socialista y los restantes actores económicos dan respuesta a lo abordado en muchas conferencias municipales y provincia­les.

Asimismo, precisó que la implementación del mercado cambiario oficial y no el especulativo que rige hoy, tal y como es­boza el Programa, tendrá un impacto positivo en los trabajadores “a partir de que contribuirá a reducir gradualmente niveles de inflación, propiciará es­tabilidad en los precios y una mejor relación con los salarios. Además, permi­tirá recuperar el valor de la moneda nacional y ga­rantizar un mecanismo de gestión, control y asigna­ción de divisas más eficaz que tribute al desarrollo productivo y a las expor­taciones”.

Para evitar la forma­lidad de estas reuniones, José Antonio subrayó que debemos lograr análisis más precisos sobre la res­ponsabilidad que tienen los colectivos laborales en las condiciones adversas que caracterizan el con­texto nacional e inter­nacional. “Es necesario evaluar todas las reservas internas sin poner límites al crecimiento productivo. Si en cada lugar se logra vincular los objetivos del Programa de Gobierno con la planificación y la efi­ciencia, no será una asam­blea formal.

“Debemos promover interrogantes y sumar pro­puestas de cuánto más po­demos hacer para la mate­rialización del Programa, por ejemplo: potenciar la innovación para resolver problemas, incentivar la solicitud de tierras para el autoconsumo, elevar la productividad del trabajo, darles un mejor destino a las utilidades y seguir la batalla por disminuir los delitos y actos de corrup­ción, por solo citar algu­nos”, concluyó el otrora dirigente del sindicato azucarero.

El éxito de estos nuevos Parlamentos Obreros no es­tará en los números de par­ticipantes ni en la cantidad de planteamientos. Lo que esperan los trabajadores es una real y prometida mejo­ría a sus ingresos y a su ca­lidad de vida. Y este Progra­ma del Gobierno es de todos, por eso entre todos debemos edifi­carlo.

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