El huracán Melissa afectó considerablemente todo el oriente de Cuba y hacia allá se han volcado, con vistas a la recuperación, las fuerzas principales del país junto a las propias de los territorios dañados. En este acercamiento reflejamos, a partir de nuestros corresponsales, las tres provincias que presentaron los mayores perjuicios: Santiago de Cuba, Granma y Holguín, aunque también Guantánamo y Las Tunas sufrieron los impactos del meteoro
Mucho por hacer después de Melissa
Betty Beatón Ruiz
Santiago de Cuba.— Aún se siente la desgarradora sensación de desamparo que deja el paso de un ciclón. Quienes la han vivido la tendrán siempre grabada en el alma. Pero tras la sacudida interior otra fuerza, que también sale de bien adentro, impulsa el poner manos a las obras.
Así acontece en esta provincia, por donde entró a tierra el evento meteorológico. Brigadas especializadas de Etecsa y la Unión Eléctrica, soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, trabajadores de todos los sindicatos, vecinos.se unen para desdibujar lo que Melissa trastocó en el lienzo de un territorio que otra vez fue impactado por la naturaleza. Y nuevamente se empeña en levantarse.
Ante todo la vida
Lianet Suárez Sánchez
Granma.— El pueblo granmense enfrenta un complejo proceso de recuperación tras el impacto de Melissa, que azotó estas tierras como un devastador huracán categoría tres.
La respuesta coordinada de las autoridades incluyó desde masivas evacuaciones preventivas hasta operativos de rescate en zonas inundadas, particularmente en el municipio de Río Cauto, donde las crecidas han mantenido en alerta las brigadas de emergencia.
En medio de un panorama no deseado satisface el hecho de que no se reporten pérdidas de vidas humanas gracias a las medidas pertinentes de la Defensa Civil y al actuar oportuno y coordinado de las autoridades locales.
Melissa dejó a su paso daños significativos en infraestructuras, viviendas y en la agricultura, los que aún se cuantifican por su magnitud. De acuerdo con fuentes oficiales, en el municipio capital son atendidos con máximo esmero 27 centros de evacuación, voluntad que se replica en los demás municipios de la provincia.
Unas 126 mil personas permanecen en estos albergues seguros, donde además de alimentación y determinados recursos materiales reciben el abrazo de las brigadas artísticas del territorio que llevan hasta allí su quehacer con pasión.
El municipio de Río Cauto enfrentó una de las situaciones más críticas, con inundaciones sin precedentes que obligaron a evacuar a más de 800 personas de comunidades ribereñas. El corte de la vía fundamental de acceso hasta Bayamo conllevó que más de un centenar de estas fueran acogidas en Las Tunas.
Trabajadores de rescate y unidades militares realizaron al menos 413 operaciones con embarcaciones, helicópteros y otrosvehículos especializados para evacuar a residentes varados, adentrándose en aguas que en algunos casos alcanzaron la altura de la cintura.
El proceso de recuperación enfrenta múltiples desafíos en Granma. En los cultivos, incluidos el café y las viandas, se reportaron afectaciones considerables que impactarán en la economía local.
Mientras comienza la evaluación del camino hacia la normalidad, el trabajo coordinado de instituciones, la participación comunitaria y el espíritu resiliente de su pueblo se erigen como los pilares fundamentales para superar este difícil momento, como expresó Yudelkis Ortiz Barceló, presidenta del Consejo de Defensa Provincial, quien enfatizó que lo más importante es mantener la vida.
La buena tormenta
Lianne Fonseca Diéguez
Holguín.— El huracán Melissa instauró preocupación desde que se asomó por el mar Caribe. Sin embargo, a la par del temor inevitable que causaba, mientras nos enfilaba sus cañones de viento y lluvia, provocó aquí una respuesta gubernamental y ciudadana mucho más elevada que su intensidad ciclónica.
El Consejo de Defensa Provincial colocó una lupa a cada una de las características del monstruo hidrometeorológico, advirtió de sus peligros, accionó a tiempo en cada frente decisivo. Fue como un padre protegiendo a sus hijos ante una amenaza letal.
Nadie pudo evitar que Melissa estampara su retorcida huella en árboles, viviendas, sembradíos, tendidos eléctricos y de comunicaciones e inmuebles de la economía y los servicios de los 14 municipios. Mas la fe y la voluntad humanas sí pudieron conspirar para lograr la mayor victoria posible: el resguardo de la vida, incluso en aquellos sitios donde la elevación de las aguas puso en extremo peligro a más de una comunidad.
Recorrer la provincia es ver cómo las historias de compromisos con la protección de la población y los recursos económicos antes, durante y después del meteoro abundan más que los árboles caídos.
“Hay que ponerle una medalla en el pecho”, dijo la evacuada Yoania Tamayo refiriéndose al cocinero Pedro Maya Pita, quien, mientras que en la mañana del miércoles el fenómeno meteorológico abatía la ciudad, se fajaba con carbón y leña para garantizar la alimentación de las 512 personas protegidas en el Complejo Educacional Lucía Íñiguez.
Muchos lo vieron luchar contra el cansancio de varios días frente a los alimentos y cuentan que aún con el viento persistente por las aberturas superiores de la cocina, él continuaba atizando el fuego para colar café, hervir la leche de los niños, ablandar frijoles, elaborar congrí y ponerle la mejor sazón al picadillo.
Tras Melissa otras manos estaban rápidamente dispuestas para rehacer desde la solidaridad. Elier Castro Fernández, al frente de una brigada habanera que llegó hasta la Ciudad de los Parques para colaborar en el restablecimiento de las comunicaciones, fue directo ante la prensa: “Estaremos aquí mientras nos necesiten”.
Esa respuesta reconforta al igual que las imágenes de resiliencia observados por esta periodista en el municipio de Mayarí, donde los trabajadores, como en otros lugares, conforman un hormiguero al que no hacen falta convocatorias.
Allí, en el este holguinero, donde Melissa hizo un intenso recorrido, directivos y trabajadores del almacén central de la unidad empresarial de base de la Empresa Productora y Distribuidora de Alimentos salvaban 100 toneladas de harina que quedaron a la intemperie luego de que el techo de la instalación sucumbiera.
También los “castores” de la Ecoi 16, vanguardias nacionales, estaban dispersos por el Consejo Popular Primero de Enero recogiendo escombros y atentos, como siempre, a otras necesidades del territorio. Su líder, Carlos Abréu Junco, dio la clave de tanto desvelo: “Sí, tenemos una tarea concreta, pero también somos el pueblo”.