Habrá que inventar nuevas palabras para describir lo vivido por quienes estuvimos en el cono del huracán. Después del susto ha quedado el desconsuelo. Ya lo sabíamos, pero tenerlo tangible es peor que lo imaginado. 24 horas después las personas van saliendo del estupor y poco a poco van poniendo manos a las muchas obras. Trabajo y recuperación son desde ya dos palabras que no necesitan inventarse porque son una realidad.