Pocas veces se siente tanta conexión, se piensa con verbos en futuro, se trazan planes ambiciosos, se conocen de retos en materia de periodismo, se alimenta la esperanza de los amigos y se fomenta la unidad de un país desde sus medios de comunicación, como sucedió este fin de semana en el Festival Internacional Granma Rebelde.

La idea de convocar este encuentro nació, en primera instancia, por los aniversarios 60 de los rotativos nacionales Granma y Juventud Rebelde, fundados por Fidel como trincheras ideológicas para defender la Revolución. Como ese manantial que se cuela por donde haya espacio, la cita devino en fresco intercambio de publicaciones cubanas y de la izquierda mundial, imprescindible alianza para tiempos de redes sociales intoxicadas y satanización del socialismo.
Palabras para definir las 72 horas llegaron desde el diccionario de los participantes: necesarias, provechosas, interesantes, revolucionarias, felices; en tanto no faltaron quienes calificaron como un gran arsenal lo ocurrido en Línea y 18, en La Habana, pues allí se gestó el armamento más estratégico que puedan tener los periodistas: creatividad y compromiso para sostener una nación.
Para los amigos que nos acompañaron resultó sorprendente, en algunos casos, cuánto nos reinventamos para sobrevivir desde este lado del bloqueo. Y no faltó la solidaridad, la mano en el hombro y la frase de aliento por mantener sin fanatismo, sino desde nuestra identidad y valores, la lucha por un sistema social diferente, más justo y menos avasallador con el ser humano.
Muy modestamente, nuestro periódico tuvo su stand en este Festival. Allí recibimos el abrazo y el impulso de quienes nos leen como quería Fidel: por la información precisa, indagadora y polémica que nunca va en los informes oficiales. Agradecidos quedamos y más comprometidos con nuestro periodismo, ese que pretende reflejar la vida laboral de Cuba con todos sus matices.
Pocas veces se siente tanta vibra para soñar en grande. En el 2026 volveremos al Festival Granma Rebelde. Y al menos el arsenal nuestro llegará dispuesto a cargar más balas.


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