Entre el entonces Ministro del Trabajo Carlos Prío Socarras y el recio dirigente sindical de origen humilde, negro y comunista se entabló el siguiente diálogo:
“Aracelio, Ven acá, ¿Tú te crees que eres el dueño de los muelles o qué?
Y la respuesta fue contundente “¿Y tú te crees que eres el dueño de Cuba, o qué carajo?

Era el reflejo de las numerosas conquistas que para los obreros había obtenido quien ocupaba el cargo de secretario general del Sindicato de Estibadores y Jornaleros del Puerro de La Habana, y al constituirse la Confederación de Trabajadores de Cuba integró su comité ejecutivo.
Enfrentó decididamente el poder de las empresas navieras yanquis, al punto que la prensa de Estados Unidos llegó a llamarle el Zar Rojo del Puerto de La Habana.
Aracelio logró aumentos salariales en el puerto y el pago del descanso retribuido, y la semana de 44 horas con pago de 48. Además, se implantó la lista rotativa para que todos los estibadores pudieran tener trabajo. Al declararse durante la Segunda Guerra Mundial la rada habanera como puerto único, consiguió un subsidio por paro portuario a los obreros del resto del país. Ante la introducción de ferries y sea trains, innovación que modernizaban el traslado de las cargas, y significaban una reducción de la fuerza de trabajo, obtuvo la aprobación de un reglamento que establecía una proporción entre la carga, el número de trabajadores necesarios y los jornales, para evitar despidos.
Fueron algunas de las conquistas bajo su liderazgo por los obreros portuarios, que le atrajeron el odio el gobierno servil a Estados Unidos y de las compañías navieras que ambicionaban explotar a su antojo el sector portuario del país.
Por ello, el 17 de octubre de 1948 cuando Araceli se encontraba reunido con un grupo de compañeros en el local del Sindicato Portuario para elaborar un pliego de exigencias al Ministro del Trabajo, irrumpió de forma violenta en grupo de matones y le disparó por la espalda. Murió poco después en el hospital.
El ya en funciones presidente Calos Prío Socarrás, de acuerdo con Estados Unidos, había planeado el crimen. En aquel momento los autores, quedaron sin castigo, pero después del triunfo revolucionario al menos dos de ellos fueron juzgados y condenados.
La vida ejemplar de Aracelio y su entrega incondicional a los suyos continúa inspirando a los trabajadores portuarios.
Acerca del autor
Graduada de Periodismo en 1974 y Master en Ciencias Políticas de
enfoque Sur, Al graduarse pasó a atender temas históricos e
ideológicos y viajó a varios de los antiguos países socialistas. Al
pasar al periódico Trabajadores, escribió para el Suplemento de
salud durante varios años y realizó la cobertura del segundo
contingente de la brigada médica en Guatemala. Posteriormente fue
jefa de la edición digital y subdirectora editorial hasta mayo de 2025
que se jubiló y se recontrató en la publicación. En el transcurso de
su ejercicio profesional Ha ganado premios en concursos
periodísticos y de humorismo.






Buen artículo, me acordaba de Aracelio pero no de su historia revolucionaria