La pasión por el estilo unió los caminos de Nayley Torriente Hernández y Brenda Liz Martínez Sierra. La primera, con marcados rasgos que desde la niñez le advirtieron al mundo que sería este su objetivo. La segunda descubrió antes de terminar sus estudios en Ingeniería Química, que solo la moda podría satisfacer sus intereses profesionales.

Sus historias no son las únicas. Como ellas, otros jóvenes —entre los que hay cuadros, reservas y funcionarios del Ministerio del Comercio Interior (Mincín), y trabajadores por cuenta propia— asisten cada día al Centro de Gestión del Conocimiento (CGC) para la capacitación en oficios como de peluquería, barbería, manicuras, masajes físico-faciales, comercio.
De las aulas para el mundo
El 30 de junio del 2017 surge el CGC del Comercio Interior, un espacio dedicado a capacitar la fuerza de trabajo del sector.
La labor no ha sido fácil. Así dijo a Trabajadores la directora de la institución, Doctora en Ciencias Odelaisis Deliz de los Santos, pero han logrado a partir del aprendizaje de estas técnicas y la formación vocacional “contribuir en la transformación del criterio y la mirada que tiene hoy la población sobre la actividad que realiza el organismo”.

Sus palabras son corroboradas por Xiomara Ordóñez Rodríguez, quien funge como subdirectora docente de la Escuela Ramal Evelio Rodríguez Curbelo del CGC, para quien la pedagogía forma parte de su vida y sin sus alumnos no sería quien es.
“Mi día empieza aquí, rodeada de libros y plumones. No quiero otra cosa, y todo lo que he tenido y en lo que he trabajado ha sido en este sector”, señaló.
En la actualidad el Centro continúa formando a los estudiantes en cualquiera de las actividades y carreras complementarias de la esfera. Al respecto, Ordóñez Rodríguez manifestó que la entidad está certificada por los ministerios de Educación y de Educación Superior como una estructura docente que brinda cursos de superación en las especialidades de belleza, gastronomía, cocina, comercio, logística, etcétera.
Se combinan la presencialidad y el trabajo a distancia que permiten multiplicar la labor investigativa, el uso de las nuevas tecnologías y la autopreparación del estudiantado. Asimismo, existe una retroalimentación constante vinculada con las nuevas políticas del Mincín.
“La fluctuación del personal capacitado es una deficiencia que nos golpea, pero no nos derrumba. Siempre buscamos alternativas que nos permitan impartir las conferencias. Para ello contamos con la asistencia de especialistas de nuestro organismo”, precisó.
Xiomara nos habló desde el corazón y también desde su experiencia, pues cuenta con más de 40 años vinculada al comercio. “Ya me queda poco tiempo para jubilarme, sin embargo, todavía crece en mí el deseo de continuar en las tareas de formación profesional de las futuras generaciones”.
Con un paso adelante
Es admirable el claustro de profesores que encontramos en el CGC, al que también pertenece Aimee Graffo, defectóloga de profesión. Para ella, la ciencia, el mundo del saber constituyen la ruta a través de la cual conducir el estudio de las acciones y productos comerciales.
“Nosotros trabajamos la línea de la innovación, y esto compone una respuesta a las necesidades del país, resulta la opción que hemos extendido a otras regiones como Villa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba”, declaró.
De esta forma, ofrecen servicios científico-técnicos a otros organismos estatales y privados, en cuestiones relacionadas con el área de almacenes como la asesoría logística y la gestión empresarial. Además, cuentan con un Laboratorio Central de Calidad de los alimentos, el cual examina los compuestos químicos de los productos que son vendidos a la población.

Graffo subrayó que los principales estudios son sobre el perfeccionamiento de la cadena de suministro, la capacitación del capital humano, el uso de la inteligencia artificial en los procesos y la modernización de la economía, por solo citar algunos ejemplos.
No todo marcha bien. Ante las complejas condiciones económicas en la nación sufren las consecuencias de la fluctuación del personal, los bajos salarios y el limitado acceso a otras áreas tecnológicas para la investigación. No obstante, construyen en cada jornada una solución orientada hacia el desarrollo y el mejoramiento de los servicios para la sociedad.
El CGC participa en varios proyectos vinculados a programas nacionales y sectoriales que tributan a estudios básicos y al desarrollo de un comercio de avanzada que satisfaga al consumidor.
La meta continúa siendo la enseñanza y la investigación, dos pilares que convierten al proceso profesional una apertura viable al mundo del comercio. Sin duda, la labor está dando frutos y hoy esta fusión se extiende hacia otros rincones del archipiélago.
El agradecimiento de quienes reciben clases de las diversas especialidades es generalizado y queda explícito en las consideraciones de Maydelis de la Caridad Acanda Díaz, alumna del curso de estilismo.
“Aquí se desviven por enseñarnos —aseguró—, y aunque algunos poseemos las técnicas básicas, es gracias a la esmerada instrucción de todo el colectivo de la escuela Bella Caribe que perfeccionamos nuestros conocimientos”.
Y con esa impronta arribó el CGC a sus primeros ocho años, con la satisfacción de erigirse como un colectivo vanguardia cuya fortaleza radica en el cariño, compromiso y fidelidad de quienes forjan la próxima cantera de profesionales.

