Cargando...A la prepotencia y obcecada hostilidad con la que el imperialismo yanqui pretendía amedrentar, obstaculizar y destruir la realización de un programa de transformaciones políticas, económicas y sociales en Cuba, el Gobierno Revolucionario respondió con la nacionalización de importantes propiedades norteamericanas el 6 de agosto de 1960.
Firme y decidida fue la determinación con la cual la pequeña isla caribeña enarboló como escudo infranqueable su legítima soberanía. Por entonces, el vecino del norte llevaba a cabo medidas unilaterales entre las que sobresalían la suspensión de la cuota azucarera al mercado norteamericano y del envío de combustible a través de sus entidades monopolistas, por solo citar dos golpes de alto impacto económico.
Aquel memorable día decenas de miles de hombres y mujeres del pueblo junto a delegados e invitados al Primer Congreso Latinoamericano de Juventudes colmaban el Estadio Latinoamericano, en La Habana. Allí el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, por entonces Primer Ministro, hizo la clausura del evento en horas de la noche.
Una gran ovación antecedió su discurso. El máximo dirigente de la Revolución, entre otros temas, se refería a la situación en Latinoamérica y a las agresiones económicas planeadas por los imperialistas. Estaba afónico y su voz quedó apagada hasta perderla por unos instantes.
«¡Que se cuide, que se cuide!, ¡que descanse, que descanse!», coreaba el pueblo, mientras Fidel persistía en continuar y que recobraría la voz.
El Comandante Raúl Castro se encontraba a su lado. Tomó los micrófonos e informó los POR CUANTO de la Ley No.851, de 6 de julio de 1960, que autorizaba al Primer Ministro y al Presidente de la República, para decretar la nacionalización, por vía de expropiación forzosa de los bienes o empresas, propiedad de personas naturales o jurídicas nacional de los Estados Unidos de Norteamérica
Raúl interrumpió la lectura para anunciar “una mala noticia para el imperialismo yanqui” y le comunica al pueblo que a Fidel le está volviendo la voz y convocó a entonar el Himno Nacional.
Fidel enumeró las entidades norteamericanas. A medida que las mencionaba el público atento a tan trascendental acontecimiento proclamaba al unísono “¡se llamaba!”.
Fueron nacionalizadas 26 empresas entre ellas la mal llamada Compañía Cubana de Electricidad, la sucursal de la transnacional Internacional Telephone and Telegraph (ITT), las compañías refinadoras de petróleo Texaco, Esso y la comercializadora Sinclair, además de los 36 centrales azucareros que tenía Estados Unidos en la Isla.
Le pregunta a la multitud si está o no de acuerdo o no con el documento que acababa de dar a conocer e invita que levanten la mano los que suscriban esta decisión.
Con una extensa ovación y los brazos en alto, el pueblo refrendó categóricamente la determinación del Gobierno Revolucionario.
Ese día, el Comandante en Jefe expresó: «Cuba jamás volverá a ser lo que fue. Cuba jamás les hará el juego a los intereses del imperio yanqui. Cuba estará siempre al lado de los pueblos oprimidos».
Acerca del autor
Graduado de Licenciatura en Periodismo, en 1976, en la Universidad de La Habana. Hizo el servicio social en el periódico Victoria, del municipio especial isla de la Juventud, durante dos años.
Desde 1978 labora en el periódico Trabajadores como reportero y atiende, desde 1981 temas relacionados con la industria sideromecánica. Obtuvo premio en el concurso Primero de Mayo en 1999 y en la edición de 2009. Es coautor del libro Madera de Héroes.
