Más de cinco mil artemiseños reunidos y la bandera cubana ondeando de mano en mano, advertían el inicio de la celebración del 26 de Julio en Caimito, Artemisa; sin embargo, fue el andar apresurado y el saludo afectuoso del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien sumó aplausos sostenidos y tras ellos, las notas del himno nacional.
En la epopeya del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, junto a Santiago de Cuba y Bayamo, aparece el nombre de Artemisa, desde donde salieron a combatir más jóvenes que de cualquier otro lugar de Cuba, y entre ellos Ramiro, el hijo de Ofelia, el penúltimo de sus otros cuatro hermanos, el fiel amigo de Ciro Redondo, Julito Díaz, Rigoberto Corcho…
A él, y a sus compañeros, que tal como sentenciara Fidel Castro, “no están olvidados ni muertos”, dedicaron una gala político cultural con talento artemiseño, en su mayoría, en presencia de la Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba, con amigos de 11 países que cumplen su programa de actividades en el caimientense Campamento Internacional Julio Antonio Mella.
Gladys Martínez Verdecia, miembro del buró político como Ramiro Valdés, y secretaria del Partido en Artemisa, reconoció los esfuerzos del pueblo por no detenerse, sortear dificultades y marchar unidos, entre tanto, recordaba que es la única manera fiel de revivir al líder del Moncada, Fidel, en sus 100 años este 2026, tal como esa generación no dejó morir al Apóstol en su centenario.
De manos de Ramiro y de Martínez Verdecia, Caimito fue reconocido por sus resultados, sobre todo los relacionados con la mortalidad infantil y materna en cero, y el de ser de los municipios sin déficit presupuestario, con utilidades superiores a igual etapa de 2024, ventas totales sobrecumplidas al 71.4 por ciento y la circulación mercantil en un 16.6 por ciento.
El moncadista, quien fuera vecino también del barrio de La Matilde como la mayoría de los asaltantes, y donde se erigió el Mausoleo a los Mártires de Artemisa, sitio donde reposan los restos de sus compañeros; el merecedor de dos medallas de héroe: de la República y del Trabajo, al término del acto fue hasta los más pequeños con su modesto saludo, quizás revindicando su frase de que “la Revolución es un relevo de generaciones”.
4-Junto a los caimitenses el compromiso a no detenerse ante las adversidades como aquella Generación del Centenario