“Me gustaba la Biología en general, en un tiempo pensé en ser veterinaria, pero el trato con los animales implicaba ciertas cosas que no me gustaban- un mohín en la comisura de los labios combinado con el gesto de negación de la cabeza reafirman sus palabras-, y elegí los árboles, me gradué como Ingeniera Forestal.”

No era un mundo ajeno para Martha Margarita Bonilla Vichot, hija de un silvicultor, nació en Las Pozas, comunidad del municipio Bahía Honda, en ese entonces, perteneciente a la provincia Pinar del Río, a la que retornó luego de vivir un tiempo en Camagüey por obligaciones profesionales del padre.
Sus estudios universitarios los cursó en la Unidad Docente de Cajálbana, ubicada en el actual municipio de La Palma, en aquel entonces Consolación del Norte, al graduarse pasó a formar parte del claustro del centro.
Con 72 años sigue ejerciendo la docencia, ahora como jubilada reincorporada, su aporte a la formación de profesionales y la huella dejada en los educandos la hicieron acreedora de la condición de Profesora Emérito de la Universidad Hermanos Saíz Montes de Oca (UPR).
Son muchas las anécdotas y vivencias que atesora a lo largo de su vida como profesora, pero sin duda tener a su padre en el aula, formándose en curso para trabajadores como ingeniero forestal es uno de los recuerdos que le ilumina el rostro y el orgullo de afirmar que culminó como los mejores de su año, aunque admite la cohibía un poco.
Menos agradables son los de las largas caminatas a inicios de los años 90, cuando todavía la carrera no se había trasladado hacia la actual sede en la UPR, el dividir un pan a la mitad para asegurarles el desayuno a todos y acompañarlo apenas con agua endulzada, pero el cariño que recibe en los encuentros de egresados compensa tales esfuerzos.
Incluso cuando se trata de alguien que cometió una indisciplina grave y lo expulsó del aula, “eso yo casi nunca lo hacía, pero a veces es una medida necesaria”, y 20 años después el sancionado lo recuerda como una experiencia que contribuyó positivamente a su formación.
Asegura que el respeto hacia los educandos ha sido la regla número uno a seguir, que sean hombres y mujeres de bien, por eso cuando los encuentra, aunque no estén ejerciendo la profesión, si los sabe obrando en consonancia con los valores que les inculcó le da la misma satisfacción.
Para ella a la par del conocimiento es importante formar en la responsabilidad y el amor por lo que se hace, no importa si se trasladaron hacia otros sectores y funciones, le emociona que lo hagan bien.
La mayoría de sus compañeros de trabajo en la Facultad de Ciencias Forestales y Agropecuarias, antes fueron sus alumnos, con algunos compartió después en condición de condiscípulos durante procesos de superación, desde el 2001 ostenta el título de Doctora en Ciencias Forestales.
Aunque pudo haberlo hecho antes en Alemania, prefirió posponerlo para criar a su hijo, la familia es esencial para una mujer nacida en una prole de ocho hermanos, casada por 37 años, abuela de un nieto de cinco meses y cuidadora principal de la madre nonagenaria, que por mucho tiempo fue pilar para su realización profesional.
El reconocimiento que recibió el pasado mes de marzo como Profesora Emérita, asegura que no es sólo para ella, sino para quienes la formaron y han acompañado a lo largo del camino.
Lleva tres lustros al frente de la publicación digital Revista Cubana de Ciencias Forestales, “pero ya hay que ir pensando en el relevo, porque no voy a estar siempre aquí”, aunque de alguna forma su permanencia podría ir más allá de la memoria de los que han compartido su tiempo si logra publicar los libros de Dendrología y Arbolado urbano, textos que contribuirían a la formación de nuevos profesionales de la rama forestal.
La profe Martha Bonilla, no es sólo una docente consagrada, es de los educadores que calan hondo en sus discípulos e inspiran en ellos afecto, respeto y admiración, muchos de los hombres y mujeres que este 21 de junio celebran en Cuba el Día del Trabajador Forestal, estuvieron en su aula.
Acerca del autor
Licenciada en Periodismo (1995 Universidad de Oriente). Trabajó como periodista en Tele Cristal (Holguín) hasta marzo del 2003, directora y guionista de televisión.
Periodista del semanario Guerrillero (Pinar del Río) desde mayo del 2003 hasta la actualidad, corresponsal del semanario Trabajadores en esa provincia desde septiembre del 2020.
Creadora audiovisual y cinematográfica independiente.



Ejemplo de ser humano, la Dra Marta Bonilla Villoro goza del respeto, admiración y sincero cariño de todo aquel que por diferentes motivos llega a ella, primero como alumnas de la UPR y luego colegas en diferentes facultades doy fe de eso; gracias Yolanda por esta publicación, “Honrar, honra”🌹