Cargando...Ante la pregunta, ¿qué quieren de verdad las personas en lo que respecta a su futuro y vida reproductiva, y si creen que serán capaces de hacer realidad esas aspiraciones? nace el informe sobre el estado de la población mundial en 2025 bajo el título “La verdadera crisis de la fecundidad», un documento en el cual se presenta, entre otros aspectos, el cómo alcanzar la libertad reproductiva en un mundo de cambios.
El informe – el cual fuese presentado a la prensa nacional e internacional este lunes por el Fondo de Población de las Naciones Unidas durante un panel- arroja una luz muy necesaria acerca de las circunstancias particulares de un gran número de personas que no pueden formar la familia que desean. Siendo la precariedad económica, la discriminación de género, el escaso apoyo por parte de las parejas y las comunidades, la atención deficiente a la salud sexual y reproductiva, así como la falta de acceso a servicios asequibles de cuidado de los hijos y la educación constituyen hoy las principales trabas para, por un lado evitar un embarazo no intencional y por otro, empezar a formar una familia.
La verdadera crisis
Frente a un mundo en constante transformación, la fecundidad disminuye a gran escala. La realidad muestra que ya en varias naciones existe una diversidad demográfica. Precisamente, «la verdadera crisis de la fecundidad» explora dichos caminos a partir de una investigación progresista y contemporánea.
Al respecto Marisol Alfonso, jefa de la UNFPA explicó que en este informe – que recoge las opiniones de 14 países que sumados equivalen a más de un tercio de la población mundial—se cuestiona las diversas preguntas que nos hemos hecho para entender los comportamientos reproductivos. En este sentido, enfocado en esos procesos de toma de decisiones de hombres y mujeres sobre su reproducción.
En cuatro capítulos vinculados a temáticas como las políticas públicas, la igualdad de género, la fecundidad y otros se presenta que el concepto de diversidad demográfica no constituye un ente novedoso, sino que ya viene transitando a lo largo del planeta. A nivel territorial Cuba posee una situación demográfica en descenso (de más de 1,4 millones). Al cierre del 2024, existe un total de 9 millones 748 mil 007 habitantes debido al decrecimiento total y natural de la población, incremento del envejecimiento poblacional, alto salto migratorio externo, bajo número de nacimientos y el incremento de defunciones generales.
A propósito Juan Carlos Alfonso, vicejefe de la ONEI acotó que entre las problemáticas que más golpean hoy al país se encuentran que están falleciendo más personas de las que nacen, así como la disminución de la natalidad y la fecundidad. Solo 14 municipio tienen crecimiento natural progresivo.
Ante dicha crisis, el problema a solucionar no es tanto la fecundidad con sus niveles, sino todos los procesos que están detrás del hecho de que las personas puedan tomar decisiones sobre el tema. Marisol Alfonso expuso que el nombre del informe responde a esto último, la importancia de la toma de decisiones, pues “si no se dan las condiciones necesarias para ella los escenarios arrojan estos resultados». Hoy existe un incremento en la cantidad de personas que deciden que no quieren tener hijos.
De la “explosión demográfica” al “hundimiento demográfico”
Matilde Molina, subdirectora del Centro de Estudios Demográficos de la universidad de La Habana señaló que no podemos hablar de la toma de decisiones sino se refiere a las decisiones que responden a la salud sexual reproductiva. Con respecto a esto, en la Encuesta Nacional de Fecundidad realizada por la ONEI en el año 2022 y a la cual se entrevistó a más de 12 mil hombres y mujeres entre 15 y 54 años de edad se conoce que más del 70% de las féminas tienen hijos no siendo así con los masculinos.
Añadió además que estos resultados ubican la mirada sobre que nos está faltando para que las familias puedan realmente acercarse a ese ideal reproductivo, de ahí que exista una brecha entre lo real y lo ideal. De igual modo destacó que para la población cubana la decisión de tener o no más hijos se realciona en gran medida con elementos como la situación económica, la superación profesional, la oportunidades de empleo y otros. Cabe señalar que el tema económico constituye un punto clave en primera instancia que diferencia con la encuesta del 2009.
La especialista resaltó que el embarazo adolecentes constituye la mayor desarticulación de la fecundidad cubana debido a la disminución de la tasa de fecundidad, un problema asociado a su vez a las brechas de género y que se presenta en la actualidad como un elemento importante.
El informe aborda cuales son las políticas públicas más favorables. De tal manera, Marisol Alfonso comentó que las políticas se deben basar en evidencias porque aún cuando existe una marcada diversidad demográfica, estás “no pueden ser fórmulas iguales para todos los espacios”. De este modo, declaró que es necesario hacer que la maternidad y la paternidad sean asequibles para todas las familias; el mejoramiento de los servicios de apoyo al hogar como guarderías, la venta de alimentos y las licencias remuneradas; el énfasis en la prevención para evitar los embarazos no deseados, los abortos inseguros o las enfermedades de trasmisión sexual.
Entonces, surge la pregunta ¿Cuba necesita mayores nacimientos?
Antonio Aja, director del Centro de Estudios Demográficos de la Universidad de La Habana resaltó que el descenso poblacional es un hecho que se remonta desde años atrás, no obstante si es necesario para el país mayores nacimientos ante esto, la fecundidad adolescente es un problema social. Añadió además que en estos tiempos la migración es en uno de los factores fundamentales, pues es una realidad que en el archipiélago varias personas en edad fértil abandonan esta tierra ante mayores desarrollos.
Sin dudas, la fecundidad en la adolescencia crece diariamente, por eso hemos de chequear con más rigor las políticas públicas que señalan la prevención de este hecho. Matilde Molina precisó que se debe lograr una revisión de la implementación de las diferentes normas jurídicas y políticas del país (el programa de adelanto de la mujer, la política de niños, adolescentes y jóvenes, etc), para eliminar los indicadores de su aumento a partir de una mirada a todas la personas como se representa en el Código de las familias y enfocado en la distribución de los servicios.
¿Quien toma las decisiones?
Valorar el deseo de cuándo, cómo y cuántos hijos tener solo les corresponde a las familias, y aún cuando las condiciones varían es un decisión que no puede ser tomada a la ligera. Se deben evaluar entonces hasta aquel punto estamos creando las condiciones idóneas para que quienes andan vivir juntos la maternidad y la paternidad sean capaces de hacerlo y conserven la esperanza de un mundo mejor.
«Construyendo un mundo donde cada embarazo sea deseado, cada parto sea sin riesgos y cada persona joven alcance su pleno desarrollo»
