Hubiera bastado aquel grito: TRABAJADORES, de una de las colmeneras tras los versos sencillos de Martí: «tiene el leopardo un abrigo/ en su monte seco y pardo/ yo tengo más que el leopardo/ porque tengo un buen amigo», para inspirar una crónica y sentir que somos parte, una mínima parte, del corazón de una nación.

Habría que repetir mil veces gracias al ingenio de Tim Cremata para unir la historia de 55 años y regalar una Gala sin discursos, sin protocolo, pero excesivamente hermosa, emocionante y sorpresiva, sin apenas tiempo para pestañear porque en una hora disfrutamos de La Colmenita, Sampling, Oralitura Habana y Buena Fe.
A estos tres últimos la amistad nos regaló su arte y el lujo de tenerlos siempre en una ocasión especial. (Podrán ver pronto todo el espectáculo en la Televisión Cubana).
Hubiera bastado que la Sala Covarrubias se llenara con nuestros trabajadores, familiares, invitados, los sindicatos nacionales y trabajadores de diversos sectores para oxigenar tantas horas, días, semanas y meses de desvelo organizando un cumpleaños que lo queríamos diferente.
Y fue diferente. Y solo quedaron pocos asientos vacíos en el Teatro. Y entre risas, lágrimas y el pecho apretado todos fuimos a la historia, al presente y al futuro del periódico que le debemos a Lázaro Peña y a Fidel Castro.
Si ahora puedo escribir esto es porque este 5 y 6 de junio ya pasaron.
Los sentimientos y agradecimientos a muchos nombres haría interminable mi lista y prefiero hacerlo de esta manera, cual fiel osadía de un periodista que hoy solo dirige un barco que hace 55 años navega dentro del periodismo cubano con color naranja y un puerto seguro: contar la vida de los trabajadores cubanos, con los reflectores encendidos para sus heroicidades y también sus dolorosas sombras.
A todo el colectivo, a todos nuestros lectores, a esos que creen en nosotros y confían diariamente en nuestra página web (www.trabajadores.cu) y en la edición impresa de cada lunes, le entregamos por estos días esa alma noble y comprometida que permiten estos 55 años de existencia.
Seguiremos la Fiel Osadía que desde este 2025 nos acompaña como Premio y como inspiración.
Hubiera bastado aquel grito:TRABAJADORES, de una de las colmeneras tras los versos sencillos de Martí para respirar agitados y sentir que los ojos se humedecen también cuando una palabra como esa puede significar también amor.