Bajo las alas del amor

Bajo las alas del amor

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (10 puntos, 2 votos)
Cargando...

Sancti Spíritus.— Cuando Daniel leyó y rotuló sobre la hoja de papel aquellas primeras palabras —entre ellas, mamá—, Jeydi Gutiérrez Suá­rez se sintió titulada nuevamente, aunque para entonces ya acumulaba años de experiencia docente. “Con un diagnóstico de lesión estática en el sistema nervioso central, deriva­da de una parálisis cerebral al nacer, enseñarlo a leer y a escribir fue un logro infinito. Se lo debo a la cons­tancia y a la dedicación, caracterís­ticas inherentes a las madres.

“El corazón de una madre es la fuerza para todo en la vida y uno hace las cosas por amor a ellos”, refirió Jeydi. Foto: Cortesía de Jeydi Gutiérrez Suárez

“El corazón de una madre es la fuerza para todo en la vida y uno hace las cosas por amor a ellos. Aun­que tengas momentos duros, la ma­dre los olvida a los diez minutos”, refirió la espirituana, sin interrum­pir una rutina que incluye tareas do­mésticas y una respuesta inmediata a las disímiles demandas de su joven hijo.

“Desde mi graduación trabajé en la escuela primaria Federico Engels, de la ciudad de Sancti Spíritus. Por un tiempo fui la maestra ambula­toria de mi niño. Cuando llegó a la edad de secundaria básica me sus­tituyó una colega especializada en ese período y yo me reincorporé a mi centro.

“Hace dos años el niño comenzó con problemas de salud y me acogí a la ley de madre cuidadora. Se me paga como una asistente social. Ya no ejerzo mi profesión, sin embar­go, recibo una remuneración y sigo acumulando años de trabajo para la jubilación.

“Cuando una estudia, se prepa­ra y está adaptada a tener una vida social, te sientes útil a la sociedad. La decisión de abandonar la carre­ra que tomó años de esfuerzo resul­ta compleja. Son momentos difíciles que la vida nos pone en el camino y es duro enfrentarlos.

“Pero no hacemos nada con ser mucho en la calle y poco en la casa. Estos niños son muy dependientes de la madre y nadie comprende ni lleva a cabo el cuidado de ellos como la mamá. Me siento contenta de estar para él. Tengo momentos de estrés, de agobio, y también de felicidad, de recompensas con su actitud.

Siento la satisfacción personal de que dejé algo que valía en la vida, una profesión, por otra que vale mucho más. Lo que uno haga por ellos siempre es poco porque los hijos son lo más importante, in­dependientemente de la forma en que nos toquen en la vida”.

Compartir...

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu