Hombres y mujeres que nunca dejaron su tierra y algunos que por algún momento partieron a otras tareas, pero volvieron para rescatar lo casi perdido, no solo el terruño, sino también los recuerdos y el compromiso familiar.

Fue ese el denominador común de muchos de quienes intervinieron durante el análisis en las comisiones donde examinaron este viernes los temas productivos y económicos; de organización y funcionamiento, y de trabajo político ideológico. Todo se imbrica. Lo demostraron cada una de las exposiciones.
En la primera comisión hubo un énfasis particular en la importancia de la contratación, algunos dirían que vital para que funcionen bien todos los procesos, al igual que el conocimiento de la legislación. ¿Las dominamos, las aplicamos bien? Se preguntó William López, presidente de la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Enrique Moreno Martínez, de Río Cauto, Granma.
El máximo representante de la Anap, Félix Duarte Ortega, refirió que, en el último quinquenio, han entrado en vigor 42 normas jurídicas, entre leyes y decretos leyes, a fin de fomentar el desarrollo del sector agropecuario, sin incluir las decenas de medidas aprobadas para el sector empresarial, con vistas a dar más autonomía, más poder de gestión y de decisión.

De los planteamientos escuchados hasta el momento se evidencia que una de las tareas perentorias para los próximos meses será la mejor preparación de los dirigentes en los buros de la organización a todos los niveles, acotó.
Esa idea fue respaldada por Miguel Alejo López, del matancero municipio de Pedro Betancourt, quien ratificó el objetivo con el cual asisten al evento: no a pedir, sino a debatir qué hacer para eliminar las deficiencias que impiden producir más alimentos y cumplir con las variadas obligaciones asumidas.
Para aquellos que suman la asistencia a varios congresos de la organización es obvio que hay procedimientos y experiencias que siempre dieron resultado y desaparecieron de la noche a la mañana, y urge rescatar. Tal es el caso de los gestores de acopio, caminantes hasta los surcos para pactar con el campesino sus compromisos de entrega en cantidad y variedad.

Una y otra vez salió al ruedo la mayor autonomía que tienen las cooperativas, no siempre aprovechadas en todo su potencial, uno de los motivos por los cuales existen los que con los mismos recursos que otros sobrepasan planes y avanzan, mientras aquellos, desde el otro extremo de la guardarraya que los separa, tienen resultados equidistantes.
Tales exposiciones vinieron como anillo al dedo a Heriberto Martín Campos, presidente de la CCS Enrique Campos Caballero, en Guantánamo. Por él hablaron su formación, la sapiencia de los años, la moral que predican.
“Es imposible en el semidesierto trabajar sin la ciencia y la técnica. El Presidente Díaz Canel ha visitado en varias oportunidades a una de nuestras fincas que es ejemplo de consagración y aportes. Ahora, sin fertilizantes, obtuvieron rendimientos superiores a las 40 toneladas de plátano por hectárea (ha); y antes, cuando había de todo para las atenciones culturales no se llegaba a esa cifra. ¡Ah! Hemos interiorizado que debemos partir de una selección adecuada de la semilla, garantía de sostenibilidad de la finca y de altos rendimientos”, afirmó.

Le ganamos al marabú
“Hace ocho años, la cooperativa de producción agropecuaria (CPA) Carlos Bastida que dirijo estaba lista para ser disuelta. Me dieron la responsabilidad de asumir su dirección y no me puedo quejar, cumplimos los planes de siembra y producción y el mayor reconocimiento es que llevamos siete años recibiendo la bandera de colectivo Vanguardia Nacional”, expuso sin ambages Enrique Chaveco Chacón.
Casi sin darle importancia a una proeza, menciona que en esa CPA del municipio granmense de Cauto Cristo le arrebataron 300 ha al marabú.
“Una cooperativa ̶ precisó ̶ , no desaparece por problemas de recursos sino de incompetencias en la dirección” y sus siguientes palabras fueron un llamado silencioso a fortalecer una estructura que considera, al igual que sus abuelos, como lo más parecido al socialismo.
«Por eso hay que fortalecerla”. Y lo dijo el niño que vio la luz eléctrica por primera vez a los 12 años, que se hizo profesional gracias a la Revolución y que ha hecho y sigue empeñado en sumar iniciativas para diversificar renglones y atender mejor a los campesinos, y que aseguró no tener miedo a pagar estimulaciones altas si están respaldadas con producción.

El desafío que significa producir alimentos
El enorme reto que significa la producción de alimentos por los cooperativistas y campesinos individuales fue resumido por José Ramón Monteagudo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe de su Departamento Agroalimentario.
“No es solo el cumplimiento de un plan, de una meta, es un desafío producir los alimentos que necesitamos para diversos destinos: para satisfacer las necesidades de la población, el consumo social, el turismo, la industria del procesamiento, sustituir importaciones, incrementar las exportaciones y también para la alimentación animal, cuyo déficit constituye uno de los principales problemas que tenemos hoy para obtener más proteína de origen animal”, subrayó.
Entre otras acciones a realizar recalcó que es un imperativo “lograr resultados superiores en el uso y protección de la tierra, como han planteado los compañeros aquí. Hay que librar una verdadera batalla contra la tierra vacía o deficientemente explotada; trazar una estrategia de las características y del potencial productivo de cada cooperativa y ganar una mayor diversificación de cultivos.
Sobre esto último puntualizó que este año se están impulsando los cultivos que menos exigencia tienen de los paquetes tecnológicos como la yuca, el plátano y el boniato.
Reiteró que la batalla económica solo la podemos ganar con el concurso de todos, no solo con los mejores productores, y destacó la importancia de recuperar producciones como la tabacalera y la arrocera; la ganadería, que en un 80 % está en manos del sector cooperativo, y la acuicultura, por solo citar algunos ejemplos.
Frente a las limitaciones impuestas por el bloqueo y nuestras deficiencias necesitamos la voluntad de los anapistas y exhortó a potenciar los movimientos políticos y productivos, que tanto prestigian al sector.

Jornada final
El proceso asambleario que comenzó en septiembre del 2024 está a punto de concluir, precisamente en la fecha en la que se celebra el Día del Campesino Cubano.
Las sesiones en el Palacio de Convenciones de La Habana pusieron fijador a una agenda abultada porque falta mucho por hacer, estrategias que corregir, actores que sumar en pos del bien común.
Relatoría de las comisiones, la información oficial de quienes integraran el comité y el buró nacional de la Anap en los próximos cinco años, y la entrega de reconocimientos individuales y colectivos y por provincias se agolparán en la jornada de clausura.
Acerca del autor
Desde 2005 el periodismo me abre las puertas en Radio Artemisa, con la posibilidad de reorientar mi carrera al cursar estudios en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí. Soy licenciada en Educación, en la especialidad de Defectología, y ya había cumplido varias tareas, incluso en la Unión de Jóvenes Comunistas.
Los resultados en el medio radial me condujeron a que, en 2011, al crearse la provincia de Artemisa, ocupara la responsabilidad de Corresponsal Jefa de la Agencia de Información Nacional, nombrada poco después Agencia Cubana de Noticias.
En ese mismo tiempo, alternaba como parte del ejecutivo de la Unión de Periodistas de Cuba, en el territorio, y posteriormente me desempeñé como su Presidenta; hasta que, en agosto de 2014 la dirección del Partido me designó directora del su Órgano Oficial, el periódico El Artemiseño, labor que continúo desempeñando.
Las funciones de dirección siguen aportando a la pasión por el periodismo, de ahí que mantenga publicaciones del acontecer de mi provincia en mi órgano de prensa Artemiseño, y en medios nacionales de comunicación, con mayor estabilidad, y representando tanto de compromiso como de orgullo, en el periódico Trabajadores.





