La Nakba no es un evento del pasado, es un proceso continuo de colonización, apartheid y limpieza étnica que sigue desgarrando a Palestina, dijo Noemí Rabaza, vicepresidenta primera el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) en acto celebrado para recordar los 77 años del atroz suceso.

Fiel a su tradición antimperialista y vocación por la justicia, Cuba alza su voz una vez más para denunciar el genocidio, sentenció.
En 1948, tras la creación oficial del Estado de Israel, los sionistas expulsaron a más de 750 mil palestinos de sus tierras por medio de operativos de grupos armados que masacraron comunidades enteras. Como resultado de esas acciones que los palestinos llamaron Nakba (catástrofe), gran parte del territorio árabe quedó sometido al control israelí. La ocupación se ha mantenido durante más de siete décadas y ha empeorado desde el 7 de octubre de 2023, con la mortífera guerra de Israel contra Hamás en Gaza.

“La Revolución cubana ha sido testigo de la complicidad de los poderosos: los mismos que bloquean a Cuba son los que arman y protegen al régimen sionista”, dijo Rabasa, quien condenó la violencia contra la población civil, los ataques brutales e intencionados a hospitales y ambulancias, los bombardeos y la destrucción de la infraestructura civil, así como el desplazamiento forzado.
“Exigimos el alto al fuego y la entrada inmediata de ayuda humanitaria, la libertad de todos los prisioneros, el cese de la ocupación y el genocidio”, apuntó.

Al encuentro asistieron representantes de organizaciones de la sociedad civil cubana; del Comité Internacional Paz, Justicia y Dignidad con los Pueblos; estudiantes del Instituto Superior de Relaciones Internacionales Raúl Roa; activistas de la Asociación de Amistad Cubano- Árabe; miembros del cuerpo diplomático árabe, así como estudiantes y residentes palestinos.

En nombre de estos últimos intervino Mohammed Dalloul, quien agradeció la solidaridad y reconoció que Cuba comprende perfectamente la lucha de su pueblo, y lo hace como pocas naciones, pues también es víctima de un bloqueo genocida.
