A los 89 años, después de una vida ejemplar y en absoluta austeridad, el expresidente uruguayo Pepe Mujica ha pasado a la inmortalidad.

En el 2016 tuve el privilegio de conocerlo. Entre varios colegas lo «acosamos a preguntas». Con sus respuestas crecía ante mi la figura del pacifista, guerrillero, francotirador de ideas, latinoamericanista profundo, político intachable, anciano adorable…
Les comparto el resumen que escribí entonces. Son lecciones de esa ética que el Pepe ha dejado como legado a la humanidad, sobre todo a los jóvenes, su público preferido.
El peligro es confundir mercadería con felicidad


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Un ejemplo del que debieran inspirarse muchos dirigentes. Descanse en Paz.