La entrevisté para el semanario Pionero hace muchos años, cuando era una niña trovadora que desde el movimiento de aficionados volcaba sus sueños en la guitarra. Andando el tiempo, Miriela Mijares Márquez se graduó como Licenciada en Español y Literatura, hizo voto eterno con las raíces culturales de la cubanía, emprendió una larga carrera como cantautora, creó la agrupación musical Estilo propio con integrantes de su familia y amplió hasta el infinito la nómina de sus hermanos al fundar en el 2016 el Festival Internacional de Música La Guarapachanga, junto con numerosos creadores, entre ellos el maestro tresero cubano, Pancho Amat.

Ese cónclave sublime acaba de cristalizar su décima edición, una semana de ensueño iniciada en la capital con dos conciertos (uno en la Casa Vitier García Marruz, en La Habana Vieja, y el otro en Casa de las Américas), continuada por tres días en Viñales para terminar en la ciudad de Pinar del Río. De conjunto, una agenda imposible de enumerar al detalle, preñada de acciones enaltecedoras de nuestra identidad.
Con participación de artistas de México, Colombia, España, Puerto Rico y Cuba, el Festival exploró y privilegió las potencialidades de ese imprescindible instrumento que es el tres; del danzón, baile que identifica a nuestro país; y de la décima, estrofa nacional. Todo ello con la intervención gananciosa de maestros en esas especialidades junto a noveles cultivadores que aportan novedosos matices a su ejecución.
Me fascinaron los cuatro encuentros de treseros, el último de los cuales fue una noche de magia gracias a las cuerdas pulsadas por tres iluminadas del género: Yarima Blanco, Jany Quiñones y Enid Rosales, que pusieron sus instrumentos a dialogar en la búsqueda de nuevas expresiones para finalizar la velada con la incorporación de todos los artistas de esa modalidad presentes en la sala, que subieron a escena para aportar lo suyo, encabezados por esa cátedra viviente que es Pancho Amat.
El concilio, entre otros homenajes, rindió tributo al emblemático pinareño Miguelito Cuní, quien popularizó el tema musical (de la autoría del guantanamero Juan Rivera Prevot) que da nombre al Festival; al singularísimo Polo Montañez en el aniversario 70 de su nacimiento; y al aniversario 25 de la creación del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y de los talleres de repentismo infantil.
Al Guajiro natural se dedicó uno de los encuentros que más me conmovieron en Viñales, con una conferencia sobre su vida y obra a cargo de la entusiasta periodista Marisol Ramírez Palacios, acompañada por el emblemático escritor Lorenzo Suárez Crespo, así como la actuación de Miriela Mijares con Estilo propio y el Grupo de Polo Montañez. Todo un intenso conjuro desde el arte para traernos de vuelta al autor de Flor pálida y sentarlo sonriente entre nosotros.
Talleres para adolescentes y jóvenes en torno a diversas manifestaciones artísticas y literarias se trenzaron a lo largo del programa.
Mención aparte merece el encuentro teórico, en el Centro Argeliers León, de Pinar del Río. Allí expusieron dos avezadas conferencistas del territorio, Doris Céspedes y Anelys Acosta, acerca de figuras cimeras de la cultura en la provincia, cuyos legados es imprescindible preservar, así como contamos con el aporte infaltable del poeta Lorenzo Suárez Crespo, apoyado por su esposa Irma Rodríguez, para conocer la extraordinaria experiencia de la Casa de la Décima Celestino García en defensa del Punto cubano, patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad.
El aniversario 25 del Centro Iberoamericano de la Décima y el Verso Improvisado y los talleres de repentismo infantil fueron abordados por el destacado poeta repentista Luis Paz Esquivel, Papillo. Del mismo modo se conocieron novedades de los desempeños actuales en la vertiente escrita de la estrofa nacional.
Este coloquio cerró con broche de oro: el querido intelectual Abel Prieto Jiménez, presidente de Casa de las Américas, con su libro Apuntes en torno a la guerra cultural, presentado por el escritor Ernesto Limia, su prologuista, momento aderezado por valiosas reflexiones de estos autores acerca de la colonización de nuestro pensamiento y nuestro espíritu en que se empeña tercamente el imperialismo, apreciaciones que fueron seguidas por la entrega del volumen a los asistentes, con fraternas dedicatorias de quien lo escribió.
Pinar del Río, una de las provincias más afectadas hoy en día por la difícil situación energética que padece el país, tuvo esta semana también muchas fallas en el suministro de energía eléctrica. Muchísimas. Pero ahí estaba La Guarapachanga derramando claridades desde el crecimiento de la espiritualidad, desde la preservación, y también el rescate, del arte y la literatura que nos definen como nación.
Estaba La Guarapachanga, con luz propia compartida.


