Icono del sitio Trabajadores

Proyecto Comunitario en La Conchita: Kárate y judo, disciplina y pasión

Matanzas.-— Cristofer Brito tiene apenas cinco años. Viste ya su judoguis blanco y tres veces a la semana llega de la escuela y le pide a su mamá que no se demore “porque no quiere llegar tarde al dojo”, donde ha comenzado a descubrir los primeros secretos del kárate y el judo.

Luis Alberto es dos años mayor que Cristofer y era hiperquinético, según cuenta su madre Yurelkis Tápanes. “Son apenas tres meses, pero ya se nota el cambio. Ha dejado el teléfono, la televisión y solo anda concentrado en la escuela y las artes marciales, porque quiere ser karateca”.

Eireles anda por las 14 velitas y estudia en la secundaria básica de Boca de Camarioca. Quiere ser campeona en judo o en kárate (confiesa que este último le gusta más) y cada tarde que entra al tatami “aprendo de la disciplina que debemos tener para lograr algo en la vida”.

Son apenas tres historias al azar de las más de los casi 75 niños y adolescentes que desde el pasado 11 de noviembre del 2023 dan vida, junto a sus profesores, al proyecto comunitario El Hombre de Maisinicú, nacido en el pueblo La Conchita, en Matanzas, a solo metros del peaje que da entrada a Varadero, y cuyo propósito es la enseñanza del deporte y la formación de valores en esas edades.

Un lelón a puro pulmón

Al lado de la nave abandonada de una empresa de la agricultura en el poblado yumurino, Jorge Luis León Marrero y Vladimir Carbonell García decidieron levantar su proyecto comunitario. Solo con un permiso de las autoridades para usar esa parte del terreno (que pudiera ser mayor porque lo necesitan y la construcción aledaña sigue inutilizable) levantaron paredes, pusieron techos de zinc y dieron vida a un lugar en el que se respira deporte con pasión, sentimientos con historia y a Cuba en lo más profundo.

Jorge Luis León Marrero, séptimo dan en kárate y tercer dan en judo, además de presidente provincial y vicepresidente nacional del estilo Jyoshinmon, es quien comanda esta idea hoy, pues al Sensei Vladimir, cuarto dan en kárate, le sorprendió la muerte meses antes de la inauguración oficial.

“Esto lo hicimos para La Conchita. Un proyecto comunitario para los niños y adolescentes porque aquí no hay nada. Los muchachos para practicar este deporte tenían que ir hasta Matanzas o Varadero. Además, en medio de un mundo tan convulso, queríamos aportar nuestro granito de arena en la formación de las nuevas generaciones

“Esto fue a pulmón. Nadie dio nada. Lo único que me dieron fue el permiso. Eso sí, debo agradecer a algunos alumnos míos que tenía en Matanzas, a los padres y a estos niños que venían cuando estábamos en la construcción y preguntaban cuándo abre. Y eso nos daba fuerza”, recuerda León, quien se para frente a una gigantografía de su amigo Vladimir, ubicada en el costado izquierdo del dojo y no puede contener las lágrimas.

Enseñanzas para la vida

Cuando uno conversa con niños y padres salta el agradecimiento por contar con un lugar físico, pero sobre todo por las enseñanzas que van dejando los profesores en cuanto a ética, conducta social y solidaridad. “Me gusta el judo y el kárate porque me dan disciplina, me enseñan a hacer cosas en la vida, y a querer más a mis amigos”, dijo con sus palabras el pequeño Luis Alberto.

Tres veces a la semana las clases son en dos horarios. De 5:30 a 6:30 de la tarde para los más pequeños y de 6:30 a 8:30 de la noche para los que sobrepasan los 10 años. “Aquí vamos a los conceptos básicos, que a veces no se les presta atención y es lo decisivo en las artes marciales. Los profesores son dos cinturones negros segundo Dan junto conmigo. Tenemos un programa de enseñanza que empieza por aprender a desplazarse, a defenderse y a conocer las raíces de estos deportes”, explica el líder del proyecto.

Evelio Benavides, director de la escuela de remos en Varadero, apoya desde el primer momento el proyecto y argumenta algunos planes a mediano plazo. “Ellos van a participar en encuentro preparatorios y en el transcurso del año todos van a ser evaluados, tener una categoría, un cinturón, y a partir de ahí se insertarán en los diferentes niveles. El 16 de marzo pensamos hacer un interclubes, que terminará con un pica-cake para los niños. Eso servirá para honrar el natalicio de Raúl Rizo, el padre del kárate do en Cuba”.

León aprovecha para acotar que el nombre del proyecto quiso honrar a Alberto Delgado, un joven que luchó por la felicidad de niños y adolescentes. “Les hablamos a los alumnos de quién fue y su hijo nos prestigió con su presencia en la inauguración. Vamos a ir este año al Mausoleo que lleva su nombre en Trinidad”.

Estímulos y futuro

Aunque este 11 de febrero andan cumpliendo tres meses de fundado, este proyecto comunitario ya ha recibido visitas ilustres como las del cuatro veces campeón olímpico de lucha greco, Mijaín López, el oro mundial de judo, Andy Granda; el subtitular universal Iván Silva, así como de las respectivas comisiones nacionales de kárate y judo.

“Nosotros queremos solo formar jóvenes para la sociedad desde el deporte. Estos deportistas y muchos otros que han venido a vernos son un estímulo para los niños, que los ven ganar por la televisión y poderlos conocer significa para ellos tocar un pedacito de su gloria”, comenta León.

“En el futuro soñamos con que nos puedan dar el área que colinda con el dojo. La idea puede ser tener aquí un centro de entrenamiento de judo, de kárate, y hasta de voleibol (si nos dieran la nave completa) Y se ahorraría el movimiento deportivo muchas cosas porque los equipos nacionales pudieran entrenar en condiciones diferentes, cerca del mar. Ya estamos en gestiones para hacer un gimnasio de fuerza”, aseveró.

Pocas veces, en estos tiempos de limitaciones económicas, uno sale tan lleno de entusiasmo e ideas de un lugar. Este proyecto comunitario no pretende ser referencia de nada ni de nadie. Con el trabajo se han ganado el cariño y el respeto de la comunidad, en especial de niños y jóvenes. Ojalá pudiéramos clonar tanta pasión por el deporte, por la vida y por Cuba. Los campeones llegarán luego. Y si no saliera ninguno, de seguro tendremos mejores personas para la sociedad.

Compartir...
Salir de la versión móvil