Pasión por el Derecho

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Aunque febrero nos abanica el rostro aún late en el Sistema de Tribunales Populares en Cuba el aniversario 50 de constituido, efeméride que nos impulsó a más compromiso y renovaciones necesarias, ante la entrada en vigor de nuevas leyes.

“Hay procesos que me han sacado las lágrimas”, dice Noarys Hernández Torres, presidenta de la sala Civil de Amparo de los Derechos Constituciones del Tribunal Provincial de la Isla de la Juventud. Fotos: Yesmani Vega Ávalos

Las cuales demanda de esos profesionales del Derecho, pleno conocimiento y dominio de sus contenidos, a la vez que pone a prueba su inteligencia, creatividad, capacidad de adaptación y modos de pensar y actuar, para asegurar a nuestro pueblo, como nos corresponde, un ejercicio cualitativamente superior de la justicia.

Así expresó Noarys Hernández Torres, presidenta de la sala Civil de Amparo de los Derechos Constituciones del Tribunal Provincial del territorio, al hacer uso de la palabra en el acto por la efeméride, desarrollado en el teatro del Centro Municipal de Higiene y Epidemiología.

Para celebrar la fecha, instituida el pasado 23 de diciembre, los profesionales de esta fuerza aún andan de debate porque están conscientes de la necesidad de entregarle al pueblo tenga un sistema judicial más moderno y acorde a su tiempo, pero siempre velando por el estricto cumplimiento de la justicia.

En el año 1973 quedaron constituidos los Tribunales Populares en Cuba, respondiendo a la iniciativa del compañero Blas Roca Calderío, quien, en septiembre de ese año, en su condición de presidente de la Comisión de Estudios Jurídicos, propuso la instauración del sistema establecido por la Ley No. 1250 a promulgar ese 23 de diciembre, en ocasión de conmemorarse el aniversario 132 del natalicio de Ignacio Agramonte y Loynaz, destacado jurisprudente y Mayor General del Ejército Libertador Cubano.

Así se independizó al fiscal del órgano jurisdiccional, creando su propia institución: la Fiscalía General de la República; además de unificar, en una sola, las diferentes jurisdicciones existentes hasta entonces, con lo cual se garantiza una aplicación más uniforme de la justicia en Cuba.

Muchos rostros enorgullecen este pelotón encargado de impartir justicia, garantizar el orden social, la convivencia armónica, la legalidad, la defensa de los derechos humanos y la eficacia del Derecho como respaldo a los anhelos y necesidades del pueblo.

Arisneldo Leyva Salazar, juez y además presidente del Tribunal Municipal de la Isla, sabe del compromiso de este gremio y a solo unos días del 2024 resalta seguirán respetando el sentido de lo justo, el interés social de las decisiones judiciales colegiadas, el ejercicio de mandato del pueblo para juzgar y decidir en su nombre, la inteligencia, entereza, sensibilidad, actuación racional y transparente, sentido común y responsabilidad institucional, siempre apegado a la Ley.

Voces del sistema de tribunales

Noarys Hernández Torres, presidenta de la sala Civil de Amparo de los Derechos Constituciones del Tribunal Provincial del territorio amplía: “En mis 27 años de profesión jamás olvidaré un proceso penal donde tenía que ampliar en calidad en la materia penal; se trataba de una violación a una menor de quince años, eso me marcó, a punto de decirle al juez; ‘permiso, deme un chance’, veía en esa menor a mi hija. Un delito fuerte que demandaba el extra de preparación”, expresa emocionada.

De izquierda a derecha, Gretchen María Aguilera Maceo, intercambia con Noarys acerca de los retos de esta fuerza para apoyar al país.

“Contamos con jueces y trabajadores de los tribunales de Justicia en la Isla de la Juventud con experiencia y un quehacer con los jóvenes, con compromiso de superación profesional, preocupación por la investigación e innovación, dirigida a gestionar la calidad en la función jurisdiccional, en función de un desempeño diligente y ágil de la tramitación y solución de los asuntos”, continúa.

“Tenemos apego a los procedimientos establecidos con el respeto a las garantías y derechos de las partes; velamos por la adopción de decisiones acertadas, comprensibles debidamente fundamentales, argumentadas y justas; además del cumplimiento efectivo y oportuno de las decisiones judiciales firmes y el compromiso ético en lo laboral, personal y familiar·, concluye la directiva.

Gretchen María Aguilera Maceo, jueza de la sala Civil de Amparo de los Derechos Constituciones del Tribunal Provincial de la isla de la Juventud:

“De mis 39 años, llevo dieciséis de trabajo y he sentido en mi labor como jueza la impronta de muchos del sistema de tribunales. Mi etapa de adiestramiento la hice en la sala Civil de Amparo de los Derechos Constituciones del Tribunal Provincial del territorio. Recuerdo un proceso que me llevó al insomnio” destaca la joven.

“Fue una adopción de una niña de nueve años donde el tribunal debía conceder, admitir o no esa pretensión de la persona solicitante. Un conflicto incómodo y difícil al ser una pequeña huérfana de madre, su abuela materna quería su protección y su madrastra también”, prosigue.

“Escuchamos las partes y dictamos un fallo ajustado al hecho y a derecho: cederle a la abuela ese beneficio. Días de debate porque por un lado la anciana tenía una edad avanzada y problemas de salud, mientras su madrastra había tenido un comportamiento inequívoco en la educación de la menor”, aclara con lágrimas en los ojos.

“Como joven tengo he bebido de mis maestros y tengo el compromiso de seguir elevando la calidad en la prestación del servicio público de las partes con mayor justicia social, sensibilidad en la atención y orientación a la población y sus derechos; proteger las conquistas revolucionarias como la libertad de las personas, el derecho a la vida y al trabajo”, sigue el hilo de su diálogo.

“También la tranquilidad ciudadana, el orden interior; los derechos de la familia, los niños y niñas, el adulto mayor y los discapacitados; los derechos patrimoniales, laborales, la protección de la economía laboral; el esparcimiento sano y saludable de los adolescentes y jóvenes.

“La preservación de los derechos de la mujer contra todo tipo de violencia, el respeto a la identidad de género y todos los derechos consagrados en la Constitución de la República de Cuba, como los servicios de educación, salud, cultura y la seguridad social”, finaliza Gretchen.

Ambas son símbolos de amor por su trabajo, de entrega y pasión por el Derecho y bajo la guía de las savias extraídas del pensamiento político del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, cuando dijo: “No se trata de defender solo la justicia, que es un derecho nuestro. Se trata de defender la soberanía del país, se trata de demostrar que nosotros tenemos derecho a gobernarnos y que nadie tiene que trazarnos pautas desde afuera”.

 

 

 

 

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