La quinta estrella del turismo cubano

La quinta estrella del turismo cubano

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Con una apuesta por lo óptimo, Cuba recibe la temporada invernal, perío­do de noviembre a abril, donde el país recepciona los mayores flujos de vi­sitantes foráneos, y también sus principales ingresos por concepto de exportación de estos servicios.

 

Foto: Ailén Castilla Padrón

No obstante el entusiasmo por su llegada, el importante período se aloja en un contexto de marcadas restricciones. Víctima preferida del bloqueo de los Estados Unidos, después del sec­tor externo, el turismo es el más perjudicado con medidas que le quitan vacacionistas.

Con esos y otros demonios debe lidiar el tu­rismo para recuperar números parecidos a los del año 2019, antes de la pandemia, ofrecer un destino competitivo y sacarle el mayor prove­cho posible a esta etapa.

Interesado en conocer cómo se comporta la temporada invernal Trabajadores viajó a desti­nos de Holguín, Ciego de Ávila y Matanzas.

Por el oriental territorio holguinero co­menzaron las novedades. De concretarse lo anunciado, allí crecerán en habitaciones con la próxima entrada en operaciones de dos hoteles, uno en El Ramón de Antilla y el otro en playa Yuraguanal, enclaves en desarrollo.

Sede de la Feria Internacional de Turis­mo FitCuba 2024, Ciego de Ávila actualiza sus productos, algunos gradualmente estarán a disposición de los clientes, promete Iyolexis Correa Lorenzo, delegada del Mintur.

Hoy 18 de diciembre, por ejemplo, Pullman Cayo Coco recibe su octavo cumpleaños con un look más atractivo. Eilén Buchillón Cepero, subdirectora comercial, enumera cambios en progreso para la infraestructura completa del hotel de 566 habitaciones.

 

El éxito del Blau Varadero está en el compromiso de los trabajadores con el hotel. Foto: Noryis

Más confort, imagen renovada y mayores op­ciones extrahoteleras en las noches de Varadero distinguen una etapa que refuerza con cuatro puestos de salud la ya segura atención médica en el balneario, con servicios especializados en la Clínica Internacional, resumió Nastia Valdés, delegada del Mintur en Matanzas.

Como en el resto de las instalaciones de este destino, Starfish Varadero añadió va­lores. Junto con la bella terraza aledaña al restaurante buffet está la puesta en marcha del Club Italiano. “Después de siete años, el 22 de diciembre tendremos aquí ese querido mercado”, asegura Wilmer Duarte Novoa, subdirector general.

 

Capitalizar el turismo desde la aviación

Con protagonismo de Sunwing Airlines y Air Transat, unas 74 operaciones semanales se anuncian para el Aeropuerto Internacional Frank País, superior al año 2019, destino donde la ocupación de los aviones de esas compañías canadienses se estiman en un 87 %, un dato muy esperanzador en arribos, a juicio de Car­los Álvarez, especialista comercial de la dele­gación del Mintur en Holguín.

Ciego de Ávila también prevé incremen­tos de vuelos procedentes de Rusia y Canadá, igual que en el Juan Gualberto Gómez, segun­da terminal en importancia de la nación.

Sucesos de esta etapa lo han sido el reinicio de las operativas internacionales en los aeró­dromos Sierra Maestra, en Granma, y Jaime González, en Cienfuegos, reflejo de la determi­nación de crear condiciones para la llegada de viajeros dondequiera que haya esa posibilidad, argumenta Joel Beltrán Archer Santos, presi­dente de la Corporación de la Aviación Cubana S.A. (Cacsa).

Hasta el momento las líneas aéreas que han estado viniendo superan lo previsto, quizás no en la cantidad de vuelos, sino en el total de estas, y eso se relaciona con lo que estamos haciendo, ma­nifestó. “El propósito es consolidar lo que tene­mos”.

Archer mencionó mejoras en los aeródro­mos, algunas de mayor magnitud que otras, pero todas con el fin de optimizar la infraes­tructura, condiciones y equipamientos que garanticen altas prestaciones de servicios.

El presidente de Cacsa reconoció que a pesar de insuficiencias por resolver, hay un proceso dirigido a capitalizar el producto turístico desde lo que compete a la avia­ción.

 

El encadenamiento productivo como alternativa

Dependiente de muchos poquitos para su éxito, la temporada invernal tiene hoy en los abas­tecimientos un punto crítico. En los hoteles se acabó la época de almacenes llenos. Como en la vida cotidiana, igual escasea el huevo que el azúcar.

En cada provincia el asunto se atiende con máxima prioridad. Llildrey Torres Her­nández, jefa de comercialización de la Agri­cultura matancera, asegura que martes por martes, en reunión con el Mintur, se chequea el cumplimiento de las demandas de un gran consumidor como Varadero, receptor número uno de clientes en Cuba.

Cualquier esquema de suministro de­pende del combustible. “La preparación de las entidades estatales y red de productores privados para la etapa, permite estar hoy en buenas condiciones”.

Así y todo, entre otros renglones, “no se logra satisfacer solicitudes de cítricos ni tam­poco los altos niveles del plátano fruta, ha­bitualmente comprado a la empresa avileña La Cuba; Labiofam no hará yogur por falta de materia prima”, lamenta Torres.

Desde la delegación holguinera del Mintur, Carlos Álvarez opina que “si mi­ramos el comportamiento de lo que debería ofertarse según las categorías de las instala­ciones, se nota el déficit”.

Ante el difícil panorama, ya los hoteleros no se quedan a esperar qué cae en el plato, y recurren a formas privadas, incluidos nuevos actores económicos, gracias a las opciones del encadenamiento productivo.

“Para nosotros es una medida salvadora”, afirma Rolando Valencia, director de Brisas del Caribe, hotel de Cubanacán en Varadero, gestionado como marca propia, sin la ventaja de importar de un mixto.

Frutas, cerdos y corderos proveen produc­tores independientes, y del pescado se encargan dos cooperativas de créditos y servicios. “Para cualquier problema eventual tenemos a tres campesinos localizados. Ya está en el andén el que llamamos hoy”.

Raúl Aragón acaba de parquear el camión repleto de frutas, viandas y vegetales. Hace más de siete años optó por las ventas directas al tu­rismo. El hotel no le falla en los pagos. “Cuando me piden algo, si no lo tengo lo busco donde sea. Tengo el mismo sentido de pertenencia de los de aquí. Me siento un trabajador más”.

Los yumurinos no son la excepción. En ins­talaciones del municipio holguinero de Rafael Freyre, los panes, en vez de Servisa, los elaboran mipymes, y en el destino avileño trabajan con los Proyectos de Desarrollo Local, aliados para esti­mular la producción de alimentos y su presencia en restaurantes especializados y mesas buffet.

Un adversario en la gestión de compra son los altísimos precios, encaprichados en dispa­rar facturas, costos, presupuestos. Es un aje­drez de movimientos certeros para evitar que pierda la eficiencia.

En Starfish Varadero optaron por sembrar 60 matas de limón persa, un cítrico con valor de oro, cuando aparece. “Pronto recogeremos los primeros”, anuncia orondo Mario Wilmer Duarte Novoa. “Aquellas que están allí son de mango, a los rusos les encanta. En un año habrá cosecha. Muchos serán los beneficios”.

Cualquier alternativa es válida frente a los entuertos de los suministros. Nada, sin embar­go, justifica un menú malo, coinciden entrevis­tados. Se podrá cuestionar la variedad, pero no la calidad de la comida, quizás la variable peor percibida en las encuestas de quienes escogen el destino Cuba para vacacionar.

Cuando hay carencias se impone optimizar al máximo los productos, multiplicarlos, y eso solo es posible desde el conocimiento, con técnicas y sabiduría, razona Eddy Fernández Monte, pre­sidente de la Federación Culinaria de Cuba. “Hay que trabajar mucho con los jóvenes, sobre todo, para paliar el éxodo de fuerza laboral calificada y su repercusión en un área clave como es esta”.

Con Fernández concuerda Joel García, jefe de cocina en Paradisus Varadero, del grupo Gaviota. “La grandeza del chef está en hacer las cosas con lo que tiene a mano. Innovar, crear, es lo que toca. Lo importante es complacer al cliente, intentar hacer real lo soñado cuando nos eligió. Así gana él, nosotros y la economía del país”.

 

La alta no está segura con Transmetro

Si los abastecimientos son un problema en la temporada invernal, nada se compara con las quejas sobre Transmetro, impedida de cumplir medianamente con el traslado de la fuerza la­boral.

Al dependiente gastronómico Fabio Gon­zález Valdés, de Meliá Cayo Coco, le preocupa que salga perdiendo la calidad con los proble­mas del transporte en una provincia con gran­des distancias por recorrer. “Con lo agotado que termino, no es fácil ir y venir de pie”.

Igual piensa la holguinera Carmen María Zaldívar Hidalgo. “En una misma guagua mon­ta el personal de dos turnos, un peligro para la tripulación y nosotros”, alerta la trabajadora de Brisas Guardalavaca.

En el oriental territorio la información de los viajes se transmite por los grupos formados en la plataforma WhatsApp. A veces a las dos o tres de la madrugada todavía no se sabe si habrá o no ómnibus, advierte Ángel Expósi­to, secretario general del Sindicato Provincial de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo en Holguín. “Muchos viajan en lo que pase, ha­ciendo botella; es una incertidumbre total”.

En Varadero, el mayor en población laboral, el transporte es un caos, dice en tono de mo­lestia Maylén Alemañy, máxima representan­te del sindicato del Turismo en la provincia de Matanzas. “Y eso duele mucho porque a pesar de ingentes esfuerzos, análisis y chequeos, no se avanza”.

 

Ante la incapacidad de Transmetro para asegurar la transportación, en Matanzas, dirigentes sindicales proponen apoyar con ómnibus de Transtur. Foto: Noryis

“Por favor, no ponga mi nombre”, clama una dependienta del Iberostar Bella Costa. “Ayer llegué casi cuatro horas después de mi horario de entrada. Afecté al que espera por mí, quien tiene que trabajar más horas, y no se las pagan. Esto está duro”, se duele la matancera.

Julio Enrique Morales Verea, secretario ge­neral del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Hotelería y el Turismo (SNTHT), reitera la difícil situación con portadores energéticos, una causa objetiva de peso a la hora de evaluar lo del transporte, insiste. Sin embargo, “perci­bimos problemas organizativos que empeoran el actual panorama”.

Según Morales Verea, además de las que­jas por el traslado, los empleados lidian con la escasez de insumos, motivada por la falta de financiamiento, en una coyuntura, alerta, en la que también se deben cuidar recursos, la ma­teria prima y combatir delitos e ilegalidades.

Agregó que se recibe esta importante tem­porada sin solucionar irregularidades asocia­das a los ingresos laborales. “Hay insatisfac­ciones con la aplicación de sistemas de pago y algunas que otras normativas mal instrumen­tadas por administraciones”.

Ejemplo recurrente el del Royalton Hica­cos, probablemente el hotel mixto más pre­miado de Cuba, aún la espera de un lauro me­recido: los beneficios económicos, resultado de las riquezas que crearon.

Alexis Veloso, secretario general del Buró Provincial del SNTHT en Ciego de Ávila, aña­de preocupaciones vinculadas a los uniformes, medios de protección y a la responsabilidad material, planteamiento viejo sin solución, agravado con el incremento de los precios.

Aunque hay situaciones por resolver, Mo­rales resalta el compromiso de los trabajadores con la temporada de alza turística, el cumpli­miento de los planes y de los ingresos por con­cepto de exportación de servicios.

“Tenemos también la convicción de que el proceso orgánico de nuestra Tercera Conferencia Nacional fortalecerá las estructuras de base sindi­cales, y convertirá la asamblea de afiliados y tra­bajadores en espacio de debates de la gestión eco­nómica, del ahorro, la calidad, del diseño de nuevos productos y de cómo frenar el éxodo laboral”.

 

El cliente interno es el más importante

La clave del éxito en las operaciones del Pullman Cayo Coco son los trabajadores, al igual que en el Gran Muthu Almirante Beach, el hotel de ma­yor ocupación de los de Cubanacán en Holguín, donde Sergio Miguel Figueredo López, a car­go de las redes sociales, inunda Facebook con rostros de dependientas, bartenders, camareras, cocineros, un detalle que mucho motiva.

 

El premiado bartender holguinero Geovanis Céspedes pone todo su talento al servicio de los clientes del Gran Muthu Almirante Beach. Foto: Sergio Figueredo

Todas las iniciativas le parecen pocas a Laura Tandrón para premiar la entrega coti­diana de los trabajadores del Blau Varadero. Para la subdirectora general, los clientes inter­nos son lo más valioso. “Su capacidad de resi­liencia es admirable. Por eso debemos procurar siempre que sientan que estamos por y para ellos”, opina el español Pau Coll, director gene­ral de la encantadora instalación.

Desde Sol Palmeras, leal a la petición de Fi­del de mantener la misma calidad de hace 33 años cuando lo inauguró, se escucha la voz del dirigente sindical Arnaldo Díaz Hiedra: “La quinta estrella de un hotel la ponen los traba­jadores. Que nadie lo olvide”.

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7 comentarios en La quinta estrella del turismo cubano

  1. Hay que priorizar todo lo relacionado con el Turismo que ingresa divisas frescas al pais, si fallamos en no disponer en el hotel de todo lo que anunciamos y hace que uno se embuye y viaje a Cuba, el turista no repetira y hara comentarios negativos. Ya me ha ocurrido.

  2. hace falta garantizar la transportación de los trabajadores no solo del turismo de todas las entidades que tienen a su mando los problemas fuertes de este país, todos son importantes pero salud, turismo, eléctricos, y que se cumpla con la contratación de cada uno

    • Saludos Alina. Gracias por comentar. Es cierto, las transportistas deben honrar sus contratos para el traslado de los trabajadores en todos los sectores, incluidos los mencionados por usted. Pero en este caso estamos tratando los problemas afrontados por los del turismo, el sector que hoy más ingresa divisas frescas al país. Si el turismo avanza, todo lo demás también avanzará. Gracias

  3. Mis saludos y agradecimiento por los comentarios.
    Por su abnegación durante largas jornadas lejos de sus hogares principalmente en la cayería, los trabajadores del sector turístico requieren más atención y solución a sus inquietudes relacionadas con el salario, la transportación y el histórico planteamiento de la responsabilidad material, debido a utensilios y otros objetos que se pierden en los hoteles y su personal tiene que pagar altas sumas de dinero y contraer deudas por varios años, aunque no sean responsables directos de esos extravíos.
    Sobre el asunto leí una información publicada hace cinco años que el tema será estudiado y que por el momento lo mejor será crear mejores estrategias de vigilancia y control para evitar la pérdida de recursos que repercuten tanto en el confort de las habitaciones como en el bolsillo de los trabajadores.
    Dichas estrategias son ideales.
    Por su parte, el problema siempre tiene respuestas o justificaciones, no soluciones.

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