Cargando...Santiago de Chile.- Las redes sociales acercan y remueven sentimientos tanto para los protagonistas de los Juegos como para quienes lo fueron y hoy lo disfrutan desde un post, una foto, la comunicación con sus ex compañeros, las imágenes televisivas o simplemente desde las medallas que cuelgan en las salas de sus casas.
Con dos de ellos, la ciclista Lisandra Guerra y el canoísta Serguei Torres, he podido no solo conversar y rememorar sus actuaciones en estas citas continentales, sino también beber de confesiones pocas veces compartidas, porque las medallas se roban los titulares de las coberturas periodísticas y los héroes o campeones del pasado apenas se mencionan en estadísticas o referencias.
Guerra me escribió con esa sensibilidad que la recuerdo desde que debutara en Rio de Janeiro 2007 y no parara de aportar títulos y podios hasta Lima 2019. «Joe, le deseo todo el éxito para todos nuestros atletas, aunque sí te soy sincera para mi todos y cada uno de ellos ya son campeones. Es una lástima que no hayamos clasificados más atletas para el ciclismo. Eso me duele mucho…»
De cumpleaños precisamente el pasado 31 de octubre, la velocista matancera es una diosa dentro del ciclismo de pista en América y mundial. Aún lleva en su cuerpo astillas de la pista del velódromo de Guadalajara y me parece flotar junto a ella con la plata del keirin de la capital peruana. Ese día su niño Thiago andaba enfermo en Cuba y la mejor medicina fue esa medalla que pudo ver en la televisión.
Con Serguei la conversación se generó desde La Coronela. Sentado frente al lugar en que remó varias veces la distancia de La Habana a Chile en jornadas de entrenamiento, me dejó un audio imperdonable. «Aquí estoy viendo a la gente remar y te juro que uno siente nostalgia. Parece mentira que se estén celebrando los Juegos Panamericanos y yo estoy aquí».
Del campeón olímpico de Tokio 2021 hay más de una anécdota detrás de esos cuatro oros y un bronce que acumuló en los mismos Juegos que participó Lisandra. Pero prefiero quedarme con la regata de Lima 2019, cuando en medio de una frialdad increíble ganaron el oro y el público que se dio cita aquella mañana pidió fotografías y autógrafos por encima de las vallas que separaban las gradas del canal a los dos cubanos: Serguei y su compañero Fernando Dayán Jorge. Ese día todos coreaban sus nombres, como si los conocieran de toda la vida.
Quizás ellos, por su sempiterna modestia, no comentarán estas líneas, nacidas desde la necesidad de no olvidar jamás a quienes tantas emociones nos hicieron vivir y tantas crónicas inspirar. Son desde la distancia y la lejanía inspiración y ejemplo. A Lisandra la vemos pedalear todavía con esa endemoniada fuerza de piernas; y Serguei todavía suda encima del bote empujado por miles de corazones.
¡Qué inmensos! ¡Qué grandes! ¡Qué tiempos! ¡Qué campeones!
Acerca del autor
Máster en Ciencias de la Comunicación. Subdirector Editorial del Periódico Trabajadores desde el 2019. Editor-jefe de la Redacción Deportiva desde 2007. Ha participado en coberturas periodísticas de Juegos Centroamericanos y del Caribe, Juegos Panamericanos, Juegos Olímpicos, Copa Intercontinental de Béisbol, Clásico Mundial de Béisbol, Campeonatos Mundiales de Judo, entre otras. Profesor del Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, Cuba.
