El “sancionador en jefe” Bob Menéndez, acusado de corrupción

El “sancionador en jefe” Bob Menéndez, acusado de corrupción

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El miércoles 27 de septiembre, el senador demócrata estadounidense Bob Menéndez se declaró inocente ante los cargos de soborno, fraude y extorsión en el tribunal federal de Manhattan. No es el primer juicio contra Menéndez, pero ahora, Menéndez se enfrenta a rotundos llamados de los principales demócratas para que dimita y no ponga en peligro su mayoría en el Senado en las elecciones de 2024.

 

Foto: Tomada de peoplesdispatch.org

Además de enfrentarse a críticas generalizadas por las acusaciones de corrupción, Menéndez ha sido criticado durante mucho tiempo por activistas por la paz y los derechos humanos en EE.UU. debido a sus posiciones mientras ocupaba la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado (SFRC por sus siglas en inglés). Con respecto a la política estadounidense hacia Cuba, a pesar de una apertura para mejorar las relaciones cuando Donald Trump dejó el cargo, Menéndez utilizó su posición como presidente de dicho comité para mantener la política hacia Cuba de Biden como rehén de la extrema derecha anti-Cuba.

Con Menéndez deslegitimado, destronado como presidente del SFRC, y su futuro en el Senado incierto, los partidarios de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos instan a Biden a aprovechar el cambio en el liderazgo del Senado para poner fin al bloqueo estadounidense contra Cuba, condenado internacionalmente.

 

¡Con las manos en la masa!

La acusación de Menéndez se produjo exactamente tres meses después de que el 22 de junio el “sancionador en jefe” hiciera detener en su despacho a tres activistas, entre los que me encontraba, por intentar reunirnos con él para hablar de la política estadounidense hacia Cuba y, en concreto, de su celoso apoyo a las sanciones, reconocidas internacionalmente como perjudiciales para 11 millones de cubanos. En lugar de entablar una conversación, su oficina llamó a 25 policías del Capitolio para que nos detuvieran. (Nuestros cargos fueron retirados en julio).

Menéndez y su esposa son ahora acusados de aceptar cientos de miles de dólares en sobornos -en efectivo, lingotes de oro, muebles y coches de lujo- para aprobar acuerdos que beneficiaban al régimen egipcio y a empresarios de su estado natal de Nueva Jersey. Una orden de registro de junio de 2022 descubrió los sobornos, incluidos 550.000 dólares en efectivo metidos en armarios, cofres y cajas fuertes, incluso dentro de chaquetas del Senado con el nombre de Menéndez. Menéndez ya ha sido objeto de varias investigaciones, pero salió de su acusación de 2015 sin ninguna condena y mantuvo su poderosa posición en el Senado.

Esta vez, los indicios de su acusación de 39 páginas son demasiado grandes para que los colegas de Menéndez, incluso sus aliados más cercanos, los ignoren, por no hablar de los electores de Menéndez en el estado de Nueva Jersey. El presidente del sindicato Amazon Labor Union y residente en Nueva Jersey, Chris Smalls, dijo que la gente del estado “merece un representante libre de corrupción, que no contribuya a la violación de los derechos humanos”.

A pesar de haber evitado condenas anteriores, esta acusación podría ser el golpe definitivo para Menéndez, con pruebas físicas condenatorias y rotundas peticiones de dimisión del Partido Demócrata. A las puertas de un año electoral, “probablemente sea una gran carga para demasiada gente al mismo tiempo”, me dice el ex diplomático cubano Dr. José Ramón Cabañas Rodríguez.

Cabañas fue el primer embajador cubano en Estados Unidos en 50 años y, tras 37 años en el servicio diplomático cubano, dirige ahora el Centro de Investigaciones de Política Internacional de Cuba. Participó por años en negociaciones para restablecer las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba. Menéndez, por supuesto, fue uno de los principales obstáculos de Obama contra estas negociaciones.

Tras la acusación de Menéndez, diferentes medios de comunicación han informado de que el FBI está investigando la posible implicación de los servicios de inteligencia de Egipto en la presunta trama de sobornos.

Un informe de The Intercept sugiere que no se trataba simplemente de tratos de corrupción financiera, sino que es posible que Menendez estuviera intercambiando información sensible de EE.UU. con Egipto y siendo reclutado potencialmente para los servicios de inteligencia. “Leyendo la acusación”, dijo un ex analista de la CIA a The Intercept, “ciertamente parece que el gobierno egipcio estaba utilizando un patrón clásico de reclutamiento de fuentes para conseguir que Menéndez y su esposa espiaran para ellos.”

Imaginen cómo reaccionaría Menéndez si otro senador estadounidense fuera pillado, por ejemplo, espiando para Cuba.

 

“Sancionador en Jefe”

“Nadie en el Congreso tiene un historial más largo e inquebrantable que yo en lo que respecta a la condena del régimen cubano”, proclamó Menéndez en el pleno del Senado en agosto de 2021. En sus 30 años en el Congreso, Menéndez ha sido el arquitecto de los regímenes de sanciones estadounidenses contra Cuba, Venezuela, Nicaragua, Irak, Irán, China, Zimbabue y otros países, que cortaron medicinas vitales, alimentos y otros bienes, causando cientos de miles de muertes prematuras. Menéndez también ha defendido ferozmente el financiamiento militar estadounidense de la ocupación israelí en Palestina y la intervención estadounidense en Irak, Libia, Siria y ahora Ucrania. Impulsa una línea de política exterior neoconservadora en el partido demócrata, se opone al acuerdo nuclear con Irán y a la normalización de las relaciones con Cuba.

Menéndez influyó mucho en la política hacia Cuba de Biden como presidente del SFRC, según funcionarios anónimos de la administración Biden. El ex embajador cubano, Cabañas, dice que Menéndez socavó los esfuerzos de EE.UU. para cambiar la política hacia Cuba, y los demócratas de alto rango se quejaron de Menéndez “por no seguir las líneas del partido durante los años de Obama, en particular en lo que respecta a las cuestiones cubanas”.

Mientras que Biden prometió volver a la política de la era Obama durante su campaña, ha mantenido la mayoría de las 243 medidas coercitivas adicionales de Trump que mantuvieron a Cuba en la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo” (SSOT por sus siglas en inglés).

En mayo de 2022, Menéndez criticó a Biden por suavizar las restricciones a los viajes y al envío de remesas a Cuba. Cuando un grupo de legisladores demócratas instó a Biden a levantar un pequeño número de sanciones de la era Trump para frenar el aumento de la migración en la frontera entre Estados Unidos y México, Menéndez arremetió contra ellos.

Menéndez nunca ha puesto un pie en Cuba, pero constantemente se arma de su identidad cubano-americana para justificar esta política mortal. Ahora la utiliza para defender sus caricaturescos niveles de corrupción. Menéndez afirma que sus enemigos políticos “simplemente no pueden aceptar que un latinoamericano de primera generación de humildes orígenes pueda llegar a ser senador de EE.UU. y servir con honor y distinción”, y dice que tuvo que guardar cantidades tan grandes de dinero en efectivo debido al trauma de su familia de “enfrentarse a la confiscación en Cuba”.

Parte del (hasta ahora) éxito político de Menéndez  “ha sido su ‘conocimiento’ sobre Cuba y su historia familiar, ya que sus padres supuestamente abandonaron la Cuba revolucionaria”, explica Cabañas. En realidad, nació en Nueva York después de que sus padres huyeran “en 1953 bajo la dictadura de Fulgencio Batista”, respaldada por Estados Unidos. Al igual que su colega, el senador republicano por Florida Marco Rubio, Menéndez miente constantemente al afirmar que sus padres huyeron bajo el comunismo.

Irónicamente, mientras los demócratas exigen la dimisión de Menéndez, Rubio, republicano, ha defendido a Menéndez, diciendo que primero debería tener un juicio justo. Rubio y Menéndez han sido coautores de proyectos de ley para sancionar a China, Haití, Cuba, Venezuela y Nicaragua.

 

Es hora de cambiar

La posición extrema de personas como Menéndez y Rubio contra Cuba sólo es representativa de una minoría ruidosa y bien financiada. “El dinero invertido contra la Revolución Cubana es suficiente para alimentar y proporcionar salud a miles de estadounidenses pobres cada año”, dice Cabañas, refiriéndose a las decenas de millones asignados por el Congreso para el cambio de régimen en Cuba. “El día que [el gobierno de EE.UU.] busque el verdadero interés nacional del país, entonces se desarrollará otro tipo de política hacia Cuba”. Cada vez más, los cubanoamericanos, y las masas del pueblo estadounidense, se están organizando para poner sobre la mesa una política diferente.

La mayor organización de solidaridad cubano-estadounidense es Puentes de Amor, que organiza caravanas en coche y en bicicleta por todo Estados Unidos para conseguir apoyo para poner fin al bloqueo y enviar medicamentos a Cuba. Roberto Yis, organizador de Puentes de Amor en Miami, alega que Menéndez recibió dinero de la extrema derecha de Miami y pudo “chantajear a Biden porque su voto en el Senado fue decisivo”.

Yis señala la designación de Cuba como SSOT, “que es injustamente otro instrumento de coerción y manipulación para dañar la economía del pueblo cubano”, como las peores políticas que Menéndez apoya contra Cuba.

En junio, tanto Yis como Chris Smalls participaron en una concentración de 500 personas frente a la Casa Blanca para exigir a Biden que retirara a Cuba de la Lista. En la concentración, Smalls le dijo a Biden que no le volviera a invitar a la Casa Blanca hasta que levantara el bloqueo. Tras la noticia de la acusación de Menéndez  Smalls dice: “El embargo debe levantarse el primer día de quien ocupe el escaño de Bob [en el Senado]”. Yis dice que si Biden “realmente tiene amor en su corazón”, debería aprovechar este momento para “eliminar a Cuba de esa injusta lista”.

 

Menéndez y el futuro de las sanciones

Cuando Menéndez fue acusado por última vez con cargos federales por corrupción, dejó la presidencia del SRFC el 1 de abril de 2015. Dos semanas después, Obama levantó la designación de SSOT de Cuba, un paso importante en la normalización de las relaciones. En aquel momento, los principales opositores a esta medida fueron, una vez más, Menéndez y Rubio, quienes, según el Washington Post, “argumentaron que la negativa de Cuba a extraditar a fugitivos estadounidenses que han residido allí, en la mayoría de los casos durante décadas, constituye un apoyo al terrorismo internacional.”

Con Menéndez fuera del liderazgo, y la dimisión o condena probablemente en algún lugar de su futuro, surge la pregunta, ¿habrá una apertura política para que Biden saque a Cuba de la lista o levante alguna sanción?

Esto no sólo sería bien recibido por los activistas por la paz y los derechos humanos, sino que estaría en consonancia con la razón y las posiciones de la mayoría de los líderes mundiales. Esto es evidente en las declaraciones de más de 50 países en la Asamblea General de las Naciones Unidas y en el G77+China que Cuba presidió en La Habana inmediatamente antes, el gobierno de EE.UU. se enfrenta a una creciente presión internacional para poner fin al bloqueo y sacar a Cuba de la lista SSoT.

Cada año, por los últimos 30 años, el 96% de los miembros de las Naciones Unidas han votado a favor de condenar el bloqueo, y se espera que vuelvan a hacer lo mismo en noviembre.

“Esta política ha aislado a Estados Unidos frente a la comunidad internacional”, afirma Cabañas. “En otras palabras, Menéndez y sus compinches son responsables probablemente del mayor fiasco de la política exterior estadounidense del último siglo”, añade.

Puede que Menéndez acabe en la cárcel, pero será por sus delitos de guante blanco, no por apuntalar y promover sanciones que han acabado con la vida y atrofiado las posibilidades de desarrollo de cubanos, venezolanos, nicaragüenses, iraníes e iraquíes, o por su apoyo a las intervenciones militares de EEUU en Irak, Libia, Siria y ahora Ucrania. (Tomado de peoplesdispatch.org)

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