Cuba necesita equilibrar la pirámide del empleo. Los pronósticos a corto plazo no son alentadores. Se prevé que dentro de dos o tres años, la mayor fuerza ocupada en el país sean adultos mayores. ¿Qué hacer, paliativos o soluciones duraderas, trabajar desde la ciencia?
Trabajadores remueve el tema. “Con la situación económica actual, varios factores inciden en el empleo, como las migraciones; se ha ido mucha fuerza calificada, jóvenes en edad fértil, que inciden en la natalidad, en el reemplazo e influyen en el futuro mediato.
Virginia Marlen García Reyes, directora general del Instituto Nacional de Seguridad Social (Inass) suma optimismo a sus razonamientos, pero confirma que la “jugada está apretada”. Esa pirámide hay que invertirla, cambiarla”.
Vislumbra una luz en las medidas a favor de la maternidad, que son a largo plazo: el decreto ley 57 de la maternidad de la trabajadora, da posibilidades para compartirla en la familia. “Hoy la parte más gruesa de la pirámide está en el centro, con edades que oscilan entre 45 y 60 años (fuerza ocupada), en detrimento de la esperanza de vida al nacer: más de 78 años, y está en contra de la natalidad.
“El Estado tiene que potenciar la natalidad y en función de ello han dictado medidas. Hay que garantizar estabilidad en el empleo, que esa fuerza ocupada se mantenga, pero sobre todo, que el jubilado que se reincorpore garantice estabilidad en la productividad y los servicios, y prepare al relevo capaz de ocupar su plaza. Es lo único que va a garantizar un desarrollo estable a corto y mediano plazo.
“Buena parte de quienes se jubilan se dedican al cuidado de familiares, porque el país no está preparado, desde el punto de vista de la infraestructura, para garantizar la seguridad de esa cantidad de adultos mayores con necesidad de cuidados.
“Se han potenciado las madres cuidadoras y se les paga salario; al igual que los cuidadores a domicilio, que también se les bonifica por la vía de las dirección de Trabajo.
La directora de Empleo Estatal, del MTSS Ingrid Travieso, agrega que se está estudiando, a partir de su incidencia, el empleo no remunerado. El sector presupuestado es el que más ha sufrido, porque el trabajo se ha diversificado y los salarios son superiores, mientras, el empresarial se ha beneficiado y hay más estabilidad.
“Hay una apertura del trabajo no estatal, que era imprescindible. La Resolución 53, da posibilidades de pagar según las producciones, lo mismo ocurre en las Mipymes, cooperativas, los trabajadores por cuenta propia, aunque es necesario mantener la fuerza calificada en los presupuestados para darle continuidad a los procesos.
“Se deben hacer estudios de plantilla, organización del trabajo y los salarios, de la necesidad real de cada entidad, porque en muchos centros la gente se daba cabezazos, y valorar si una persona puede hacer dos funciones en ocho horas.
“Se ha potenciado el trabajo a distancia, pero las empresas deben prepararse; en tiempo de Covid fue rápido, pero en la normalidad hay que estudiarlo. Algunas entidades han dado datos móviles, conexión a esos trabajadores, porque les conviene que produzcan, esté activo, aunque esté en casa.
“Sus términos hay que llevarlos al convenio colectivo, registrar los cargos, dárselos a conocer a los trabajadores. Tenemos que usar el convenio, y estamos trabajando en eso con los sindicatos”, concluyó la directora de Empleo Estatal.
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