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Andar La Habana a través de los sentidos

Por Leydis Luisa Hernández Mitjans y Yimel Díaz Malmierca

La Habana huele a mar. Y a café, y a basura, y a polvo, y a sudor, y a perfume foráneo, a veces, a petricor. Los olores de la ciudad son -sobre todo- los olores de la gente: de la que permanece, de la que va y de la que vuelve. Son, en definitiva, otra manera de reconocer la urbe, porque los aromas no solo “descubren” una zona geográfica, también revelan privilegios y miserias, tanto de quien emana el olor, como de quien lo percibe.

Algunas personas, privadas de la vista o el oído, han convertido el sentido del olfato, el tacto o el paladar, en herramientas para decodificar su entorno e interactuar con él. En esas personas singulares piensa la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana (OHCH) cuando aspira a convertirse en un espacio accesible para todos, iniciativa para la que han contado con el apoyo de muchos, entre ellos la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), que se asoció en el contexto del proyecto «La Habana Inclusiva: fortalecimiento de la accesibilidad en el Centro Histórico de la ciudad en su 500 aniversario».

 

La Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana trabaja para que la urbe sea accesible e inclusiva. Foto tomada del sitio Enjoy Cuba Travel

 

Como parte de esa acción, la OHCH ha impulsado la elaboración e implementación de un Plan Integral de Accesibilidad para garantizar el acceso universal a la ciudad. Bajo esta premisa se ha desarrollado el Programa Rutas y Andares 2023 con propuestas que pretenden ampliar el espectro de públicos que disfrutan del Centro Histórico.

Los tres primeros viernes de agosto, por ejemplo, tendrá lugar el Andar y sentir La Habana. La accesibilidad cultural en el Centro Histórico, idea diseñada para socializar espacios de la Oficina, guiados por los sentidos del olor y el tacto. El primer recorrido será La Habana y sus olores, saldrá el próximo 4 de agosto, a las 10 de la mañana, de la Plaza de Armas. Completan la propuesta Una Habana para tocar (11 de agosto, 10:00 am, con salida desde la Calle de Madera, en la Plaza de Armas) y Mi Habana, tu Habana (18 de agosto, 10:00 am, en la sede de Cultura entre las manos: Calle Narciso López, núm. 4-14 e/ Enna y Ave. del Puerto).

El recorrido Una Habana para tocar, potenciará el sentido del tacto; mientras que Mi Habana, tu Habana, tomará en cuenta la perspectiva visual de las personas sordas para vincularlos a expresiones artísticas como la danza, la pintura y la fotografía.

 

 Nada para nosotros sin nosotros

Como paso previo a esta experiencia, el equipo de trabajo de la Asociación Nacional del Ciego (ANCI) organizó un taller de preparación para especialistas de gestión cultural de los centros y museos de la OHCH que trabajarán como guías de esos recorridos. Allí dialogaron sobre las características de las personas ciegas y el trato que se les debe ofrecer, “libre de lástima, infantilización y con naturalidad”, aseguró Karina González, miembro del secretariado Nacional de la ANCI.

 

Tomada de la ACN

 

La organización que agrupa a personas invidentes o con baja visión surgió en julio de 1975, promueve la inclusión de sus más de 30 mil afiliados desde la perspectiva “nada para nosotros sin nosotros”, toda vez que, con la mejor de las intenciones, han surgido proyectos que desconocen las características y necesidades de aquellos a quienes pretenden ayudar.

Durante la capacitación, celebrada en el teatro del Centro Cultura entre las manos, el secretario de Relaciones Públicas de la dirección nacional de la ANCI, Jorge Luis Cabrera, explicó los modos de uso del bastón y comentó acerca de esa relación espacial y física que se establece entre la persona ciega y su guía.

Tradición de sumar

El proyecto Somos Uno es otro de los ejemplos de esa filosofía inclusiva y de accesibilidad que define la esencia de la Oficina del Historiador. Fue creado por la dirección de Gestión Cultural de la OHCH para infantes con discapacidad visual, auditiva, físico-motora, intelectual, con trastorno del espectro autista y de la conducta, con necesidades especiales de fotoprotección, así como para residentes en Hogares de Asistencia Social y centros de atención pediátrica.

Andar Somos Uno en el Castillo de la Real Fuerza. Foto: Néstor Martí

Somos Uno integra el Programa Social de la Oficina y cuenta con el apoyo de Unicef- Cuba y el proyecto de cooperación Fortalecimiento de los programas de atención a personas con discapacidad, que desarrolla la OHCH en el Centro Histórico con financiamiento de Euskal Fondoa.

 

Andar Somos Uno en el Castillo de la Real Fuerza. Foto: Néstor Martí

 

Como parte del proyecto Rutas y Andares de este año, el pasado 11 de julio realizaron el Andar Somos Uno con estudiantes de la escuela especial Solidaridad con Panamá. Recorrieron varios sitios del Centro Histórico, entre ellos el Museo del Chocolate, el Centro para la interpretación de las relaciones culturales Cuba-Europa (Palacio del Segundo Cabo) y el Castillo de la Real Fuerza, donde conocieron detalles del devenir histórico de la fortaleza, de los objetos museables que atesora, así como de las maquetas de navíos que allí exhiben.

 

Andar Somos Uno en la Línea del Tiempo en el Centro para la interpretación de la relaciones culturales Cuba-Europa. Foto: Néstor Martí

 

Durante el recorrido por el Segundo Cabo, los adolescentes se sorprendieron por la experiencia sensorial de algunas de las propuestas, especialmente la escotilla de barco, en la sala de Llegadas y migraciones; y por la Línea de Tiempo, donde reconocieron rostros como los de Cristóbal Colón, Napoleón Bonaparte, Carlos Manuel de Céspedes, el compositor Richard Strauss, la poeta Gertrudis Gómez de Avellaneda, la científica Marie Curie (algunos del grupo ya sabían que había ganado dos premios Nobel) y, por supuesto, los líderes revolucionarios de Cuba Fidel Casto Ruz, Camilo Cienfuegos y Ernesto Guevara de la Serna.

 

Andar Somos Uno en el Castillo de la Real Fuerza. Foto: Néstor Martí

 

La experiencia incluyó intercambios con tatuadores del Estudio-galería de arte corporal del artista Leo Canosa y la presentación especial de la agrupación Danza Teatro Retazos, ambos centros radicados en los predios de la OHCH.

“Mientras hagamos estas cosas grandes, siempre tendrá sentido cualquier sacrificio. En tiempos tan duros para todos, que un equipo se mueva para hacer el bien a los demás, es para sentir orgullo y satisfacción con nuestro trabajo”, aseguró Katia Cárdenas, directora de Gestión Cultural de la Dirección de Patrimonio Cultural de la Oficina del Historiador de la capital al conocer el extraordinario impacto que tuvo el Andar Somos Uno.

“Esta ha sido de las experiencias más hermosas e impactantes que he vivido en el trabajo de promoción cultural. Solo por ver la alegría en los rostros de esos niños vale la pena cualquier desvelo. A veces nos quejamos por carencias en nuestras vidas, que son una simpleza cuando vemos las limitaciones a la que estos chicos se enfrentan cada día, con tanta valentía, ganas de vivir, con alegría y gratitud por cada gesto de amor que reciben. He aprendido y recibido más de ellos que lo que le he podido ofrecer. Y he constatado que para obras de amor como esta se pueden juntar noblemente las voluntades más diversas”, destacó la poeta y ensayista Yanelys Encinosa, al concluir el recorrido.

Las iniciativas de este verano por una Habana inclusiva y accesible desde lo cultural son el resultado de un largo trabajo de sensibilización que ahora rinde frutos, aunque está lejos de ser materia vencida.

En diciembre del 2021 la Oficina del Historiador organizó el evento internacional Ciudad Patrimonial accesible para todos, organizado con el apoyo de los proyectos Habana-Extremadura: Hacia un modelo de la Ciudad patrimonial accesible para todos, financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), y Habana inclusiva, financiado por la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID).

En ese contexto, Patricia Alomá, directora del Plan Maestro, una de la instituciones rectoras del presente y futuro de la OHCH, precisó que “debemos trabajar la accesibilidad desde el punto de vista físico-espacial con la eliminación de barreras arquitectónicas, pero también debemos ver cómo dialoga ese edificio patrimonial, por ejemplo, con esas barreras, por lo que la accesibilidad debe resolverse en los ámbitos patrimoniales. Y esta experiencia que hemos aplicado aquí debe trasladarse a otras ciudades patrimoniales no solo de la Isla sino del mundo”.

 

 

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