Maceo, el hombre que hizo Cuba

Maceo, el hombre que hizo Cuba

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A 178 años del natalicio de Antonio Maceo Grajales queda mucho por aprender de quien, a no dudarlo, fue un hombre de excepción

 

“Cuando se estudian las guerras por la independencia, todo el proceso de preparación y la lucha por crear conciencia, te topas con un personaje extraordinario: Antonio Maceo Grajales”.

 

El periodista e investigador histórico Joel Mourlos Mercaderes, autor del texto El hombre de excepción, reconoce que queda aún queda mucho por conocer y honrar a Antonio Maceo Grajales. Foto: Betty Beatón

 

Decir tal nombre ante Joel Morulot Mercaderes es detenerse ante un surtidor de anécdotas con un verbo de pasión, con base en la vastedad de lo que este periodista e investigador histórico santiaguero ha hurgado, y sacado a luz en torno a la familia Maceo Grajales, muy especialmente del Titán de Bronce.

Hablar de él lo hace feliz y apasiona, reconociendo lo mucho que en el día a día queda por conocer y honrar al El hombre de excepción, tal cual tituló Mourlot Mercaderes uno de sus libros.

“La historiografía tradicional siempre nos puso algunos nombres y nos vetó otros, pero cuando estudias bien las contiendas libertarias, todo ese proceso, uno se pregunta, ¿y por qué no este? ¿Y por qué no aquel? ¿Y por qué no, en fin, Antonio Maceo?

 

P: ¿Pero el General Antonio está entre los más renombrados patriotas cubanos?

“Está cuando se habla de combate, de un soldado, de la acción, pero apenas se habla del estratega, del pensador. Nos lo limitaron a lo valiente, a lo corajudo. A él nadie tuvo que convencerlo para participar en las luchas por la independencia, nadie lo convenció de tal, de que se integrara, más bien fue un integrador, siempre fue líder”.

 

P: Todo eso, incluso, a sabiendas de las palabras de José Martí: “y hay que ponerle caso a lo que dice, porque tiene tanta fuerza en la mente como en el brazo”.

“Aún así. Sólo algunos pocos personajes del período republicano, de 1902 a 1958,  se ocuparon de justamente buscar por qué Martí había dicho eso, entre ellos Emeterio Santovenia, Emilio Roig de Leuchsenring, José Luciano Franco, que empezaron a tratar de establecer la profundidad del pensamiento de Maceo. Después de eso resalta lo que aconteció por la década del 90 del pasado siglo, a partir de 1995 con una mayor profusión de investigaciones al respecto.

“Lo que todavía queda por realzar es que Maceo no sólo fue un hombre extraordinariamente  corajudo  sino que fue capaz de convertirse en un verdadero estadista. Cuando se estudia todo el proceso generador de la revolución en 1878 y ves toda la acción que protagonizó te das cuenta, por ejemplo, que la Protesta de Baraguá no fue un acto simbólico, ni suicida, sino todo un proceso muy bien pensado, muy bien estructurado, muy bien proyectado, muy bien calculado y hago hincapié en eso, muy bien calculado.

“Entonces te das cuenta de que tienes delante a un verdadero estadista, con un pensamiento profundísimo, que quería ya darnos un país, un tipo de país, no estaba luchando por era sólo conquistar la independencia y abolir la esclavitud sino que quería construir una república, un tipo de república, democrática, que respondiera a los intereses de todo el pueblo.

 

 

 

P: ¿Entonces hay que ver a Maceo como un hombre que también nos dio a Cuba?

“Hacer a Cuba, esa una frase de él que nosotros suscribimos en el libro El hombre de excepción. No sólo era la libertad, era fabricar una república con determinadas características que eran esenciales para dar un país acorde con los tiempos, con el progreso que había alcanzado la humanidad.

“Eso también distingue en su pensamiento, el humanismo en el más profundo sentido de la palabra, en la lucha por la dignidad del hombre, por sus derechos. En una frase dice que quisiera estampar en la bandera tres nombres: Dios, derecho y razón. Primero el poder que rige los destinos de este mundo, a decir de los que creen en Dios, y derecho y razón son principios básicos para el desarrollo de la convivencia humana, ahí radica todo el fondo moral de su pensamiento humanista.

“Cuando se lee su vastísima correspondencia te das cuenta que Maceo está convencido del daño antropológico que ha causado el régimen colonial en Cuba y el esclavismo, y muestra una proyección de pensamiento para restaurar al hombre, su dignidad, su decoro.

“El concepto más acabado que tú puedas buscar en él está siempre ligado a la perspectiva de una Cuba independiente, libre pero a la vez con ciudadanos que alcancen el máximo de potencialidad en cuanto a derecho y dignidad.

“Maceo fue además clave en la organización del pueblo cubano para las nuevas guerras, no pudo participar en la Guerra Chiquita, pero fue el movimiento de Maceo en Oriente quien le dio fuerza a esa contienda, y no en vano fue dos veces Calixto García a reunirse con él en Jamaica.

“Cuando la preparación de la Guerra del 95 fue determinante la posición de Maceo, algo que se ha opacado un poco. Hay que recordar, incluso,  que Maceo pensó en un partido para dirigir la guerra, y el 1 de noviembre de 1886 le escribe una carta a José A. Rodríguez, director del periódico El Imparcial, en Nueva York, con todos los detalles de le expresa con toda claridad y detalle cómo tenía que estar constituido, cómo debía de funcionar, y tanto más.

“En el alzamiento, aún sin estar en Cuba, su papel de líder resultó importante, y después, cuando desembarca, comienza a concentrar las partidas dispersas y junta a 5 mil hombre, ya es un ejército, algo que salva a la revolución, y la desarrolla con su Campaña de Oriente, infinidad de combates importantísimos: El Cristo, Jobito, Camarones, Peralejo, Santa Lucía…

“Protagonizó innumerables victorias, que sirvieron para rearmar las fuerzas a su mando, y organizó la administración revolucionaria en Oriente, pudiendo además recaudar los fondos para sustentar todo el proyecto de expediciones y de armas hacia Cuba.

“Y como si fuera poco todo, expandió la revolución hacia Occidente junto con Gómez, y con sus campañas de Pinar del Río, que fueron dos, y La Habana, la hizo imbatible.

 

P: Sin dudas un hombre imprescindible de Cuba del que todavía queda mucho por saber.

“Una manera de hacerlo es escribir libros que cuenten más todo eso, que reflejen muchas cosas que aún las personas no saben de la historia de Cuba, y reflejarla lo más apegado a la que ocurrió, con sus contradicciones incluidas, aunque buen, ahora está muy complejo el proceso editorial, en mi caso, por ejemplo, tengo nueve libros terminados a la espera de ser publicados.

“Pero hay que mostrar profundamente el papel que desempeñó cada uno de los que hicieron nuestras guerras de independencia, y dentro de ellos  Maceo, un hombre de excepción, y hacerlo cada 14 de junio, sea o no aniversario cerrado, y hacerlo también el resto de los días del año, por lo que fue, por lo que es Antonio Maceo Grajales para Cuba”.

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