Destrabar el paraguas

Destrabar el paraguas

1 Estrella2 Estrellas3 Estrellas4 Estrellas5 Estrellas (Sin valoración)
Cargando...

Pocas veces uno participa de análisis tan críticos frente a problemas múltiples y monumentales que podrían parecer insalvables, y percibe a la vez una tan clara determinación de vencerlos, como acabamos de presenciar en la Segunda Sesión Extraordinaria de la recién estrenada Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

 

Foto: Heriberto González Brito
Foto: Heriberto González Brito

 

El horno no está para pastelitos, dirían nuestras abuelas, al escuchar la acumulación de dificultades e incumplimientos que caracterizan hoy a la economía cubana, y su impacto negativo en todas las esferas de nuestro desarrollo social.

Conducir un proceso de ordenamiento económico en medio de circunstancias externas excepcionales, bajo un recrudecimiento sin precedentes del bloqueo y con deficiencias estructurales internas nunca resueltas, tiene su saldo en las señales tan contradictorias que ofrece en la actualidad el panorama nacional, con el fardo pesado de una galopante inflación que afecta las condiciones de vida de nuestros trabajadores y sus familias.

En ese duro escenario, el Primer Secretario del Comité Central del Partido Miguel Díaz-Canel planteó para el país cinco direcciones fundamentales de trabajo: el desarrollo económico, la atención a problemas sociales, el fortalecimiento institucional, el trabajo con los cuadros y el fortalecimiento ideológico.

En todas esas dimensiones resulta decisivo el aporte que pueden hacer los colectivos laborales y el movimiento sindical para –como decimos en buen cubano– destrabar el paraguas.

Las 285 empresas que tuvieron pérdidas al cierre de abril son parte de esa responsabilidad, por poner un ejemplo. La creación de condiciones y propuestas para que las micro, pequeñas y medianas empresas se inserten mejor en el sistema productivo y no sean solamente simples importadoras de mercancías terminadas para la reventa a altos precios, corresponde también a directivos y trabajadores, estatales y privados.

Todo lo que puede y casi es desesperado acometer en materia de producción de alimentos, tanto en el ámbito local, como en los programas nacionales e incluso a escala familiar, depende de personas y entidades concretas, tarea que nadie va a venir a hacer en su lugar.

También pasa por la subjetividad humana que se consiga abolir la pasividad, la demora e indiferencia de instituciones y organismos ante el interés manifiesto de cooperar e invertir en nuestro país, tal y como dijera el Presidente cubano ante el plenario.

Fomentar esa disposición al trabajo depende además de medidas correctivas en el ámbito financiero y fiscal. Habrá que traducirle muy bien a la ciudadanía, digamos, en qué consiste el tan mencionado programa de estabilización macroeconómica que buscará meter en cintura los indicadores globales para coadyuvar a ese propósito de saneado monetario.

Es preciso que comprendamos que un reajuste de esa naturaleza también supone tocar a entidades e individuos, ya sea con más tributos o con reducciones de gastos presupuestarios, entre otros posibles mecanismos para redistribuir mejor la riqueza social, que requerirán de consenso y respaldo de los trabajadores.

Porque cada cambio, cada traba y cada corrección, hay que explicarlos para implicar al pueblo en su ejecución. No por gusto en medio de todas estas tensiones económicas acabamos de llegar al final —o más bien al comienzo— del resultado histórico que constituye la promulgación de nuestra primera Ley de Comunicación Social.

“El fin no es el mensaje que traslade, sino la utilidad imprescindible de la gestión comunicacional en función de los objetivos estratégicos de la entidad”, sintetizó Díaz-Canel, al apuntar a cómo lo que se dice también puede decidir en lo que se hace mal o bien para mejorar la economía y la sociedad.

Al respecto, me quedo finalmente con una idea del Presidente que esculpiría en mármol a la entrada de cada institución: “Ante una situación determinada que esté impactando negativamente en la población, los servidores públicos responsables están obligados a informar de inmediato desde todos los espacios posibles”.

Compartir...

Un comentario en Destrabar el paraguas

  1. Nos quedamos con las ganas de oír las propuestas del gobierno y el debate de los diputados.

    El vice premier y ministro de economía, responsable de conducir la economía cubana y por tanto de sus fracasos,, se limitó a exponer el desastre, sin asumir ante la asamblea su responsabilidad personal en decisiones que han enredado extraordinariamente la salida de la crisis. En su intervención reconoció, sin ninguna explicación los errores cometidos, pero no asumió la autocrítica que le correspondía como principal responsable de conducir la economía cubana. Terminó su exposición de los problemas, y dejo a todo el pueblo de Cuba sin escuchar sus propuestas a la Asamblea Nacional de cómo enfrentar el problema, que no solo el sino todo el Pueblo de Cuba tendrá que asumir.

Escribir comentario

© 2018 Trabajadores. Órgano de la Central de Trabajadores de Cuba
Director: Alberto Núñez Betancourt
Subdirectores Editoriales: Alina Martínez Triay y Joel García León
Territorial y General Suárez. Plaza de la Revolución. La Habana, Cuba. CP: 10698
Fax: 053 (7) 555927 E-mail: digital@trabajadores.cu