Cargando...Por: Yaidel Miguel Rodríguez Castro
La provincia de Las Tunas obtuvo el primer lugar en la emulación de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) y este 17 de Mayo, sus campesinos celebrarán, desde el municipio de Jobabo, las actividades centrales por su Día.
A la fecha, que recuerda el asesinato de Niceto Pérez en 1946 y la firma de la Primera Ley de Reforma Agraria por Fidel Castro en 1959, llegan cuando en nuestros campos faltan combustibles, insumos… y hasta fuerza de trabajo; y, también con ejemplos que afirman el agradecimiento de la tierra al sudor humano.
Así lo demuestra, una familia en la finca Los Pascual, en San José de la Plata, al norte de ese sureño territorio tunero, que a fuerza de vergüenza ha construido un baluarte productivo.
Es cierto, “las condiciones son difíciles dondequiera. No hay fertilizantes, no hay plaguicidas; y, entonces un campo que te podía dar dos toneladas, digamos de maíz, te da una o media, pero así mismo nosotros cumplimos los planes”, remarca Roberto Pascual, el líder del grupo.
Finca adentro
“Sí, ese es mi papá. Es la raíz de todo esto. Él tiene 81 años y todavía está ahí, pega´o”, reconoce Roberto, de quien heredó su nombre, y el amor al trabajo y a la tierra.
“A fuerza de sacrificio y a golpe de corazón hemos logrado esto. Desde que nos unimos en este empeño somos una mejor familia”, dice Adrián Coello Pascual, el sobrino que aceptó el reto.
“Somos tres y trabajamos en cerca de ocho hectáreas con cultivos de maíz, yuca, boniato, y algún poquito de hortalizas. Llegamos hasta donde nos permiten las condiciones que tenemos.”
La ANAP, los campesinos, la comunidad
A pesar de los inconvenientes, los más de 20 mil asociados de Las Tunas obtienen cerca del 90 por ciento de las producciones agropecuarias y poseen similar porcentaje de las tierras cultivadas en la provincia.
Y ellos tienen en la ANAP la organización de masa que los representa, “es como como la CTC, pero del sector cooperativo y campesino”, sentencia Michel Peña Infante, miembro del Buró Provincial de la ANAP en Las Tunas.
Peña Infante explica que su objeto social tiene, entre otros propósitos, estimular la producción de alimentos y el mejoramiento de las condiciones de vida en las zonas rurales, “en el radio de acción de sus cooperativas nada le es ajeno a la ANAP”, remarca y exalta cómo sus asociados intervienen en el desarrollo sociocultural de las comunidades.
“Siguiendo ese principio, argumenta, es común el apoyo que brindan en la rehabilitación de escuelas, y consultorios del Médicos, que en esos lugares suman 245; y, la atención que brindan a los profesionales de la Salud y de Educación.”
No obstante, “en ese accionar es necesario articular mucho más la participación de las instituciones con ese encargo estatal y social del mejoramiento continuo del entorno en esas apartadas zonas para detener el éxodo hacia las ciudades”, sostiene Odalis Cutiño Batista, funcionaria de la dirección provincial.
Para Michel y Odalis también fue decisivo en el lugar alcanzado la labor de las brigadas FMC-ANAP que contribuyen al empoderamiento de la mujer rural capacitándolas en temas de igualdad de género y productivos.
Los desafíos
Juan Carlos Pérez Vargas, miembro del Buró provincial a cargo de la esfera Agroalimentaria, enumera como uno de los principales desafíos “seguir fortaleciendo los destacamentos de vigilancia campesina, conjuntamente con la PNR, para combatir el hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor, y el robo contra el patrimonio de nuestros asociados”.
Urge liberar de tanta burocracia la atención a quienes solicitan tierras ociosas que colindan con sus propiedades, pero pertenecen a otras formas productivas, y erradicar los impagos, fundamentalmente a ganaderos por sus ventas de carne y leche, y de otros productos.
