Cargando...Tomando en cuenta la generalidad de que en cada hogar hay trabajadores activos o jubilados, en el enfrentamiento al bloqueo interno el movimiento sindical tiene una participación protagónica cuya magnitud debe crecer para poder controlar la situación.
Existen industrias catalogadas como grandes consumidoras de electricidad, pero ninguna iguala la suma de todas las viviendas, por lo cual se requiere la contribución de cada uno de sus integrantes en el uso racional de la energía.
Sin desconocer la importancia de ninguna organización, sino que buscando unidad entre todas, las sindicales pueden tener un peso fundamental dentro de los hogares a través de sus afiliados que no dejan de serlo ni fuera de su centro laboral.
Los trabajadores del sector eléctrico se afanan en recuperar capacidades instaladas en las termoeléctricas, garantizar el correcto funcionamiento de las plantas generadoras de todo tipo y lograr que las inversiones rindan fruto cuanto antes.
Aunque alguien no pertenezca a esa rama, con su acción individual en cualquier actividad, puede obrar el milagro de que en conjunto usen adecuadamente la energía de modo tal que lo dejado de usar equivalga a alguna de las unidades generadoras.
Por supuesto que no se trata de incumplir actividades de bienes y servicio, o dañar calidad, sino ejecutarlas sin derrochar, lo cual sería el respaldo más contundente a los colegas eléctricos que han conseguido cambiar la situación del déficit de generación en el escenario del sistema electronergético.
Una precisión antes de continuar: han ido reduciendo cada vez más el déficit de en la generación, no han eliminado los apagones que pueden ocurrir por averías no relacionadas con las plantas generadoras, sino roturas localizadas desde el metro contador de la vivienda hasta las líneas de transmisión, pasando por los bancos de transformadores del barrio.
Retomamos el tema:
Los déficits desde el inicio de este año no son como los del 2022, cuando era frecuente que la generación estuviera 10 ó 12 horas al día provocando los molestos apagones, ni aunque como el viernes 24 de marzo, estuvieran rotas las unidades 1 y 2 de la CTE Felton y por mantenimiento la Guiteras.
No olvidemos que el año pasado entraba uno de esos colosos de Felton o Guiteras y colapsaba el sistema si además salía una sola de las averiadas el 24 de marzo (unidad 5 Mariel, 2 Santa Cruz, 3 CTE Renté)
Pero ese mismo 24 de marzo, no solo están descompuestas las mencionadas, sino que están en mantenimiento la unidad 4 de Cienfuegos y las 4 y 6 de la CTE Renté.
Tenemos los malos recuerdos de que, por menos que lo expuesto hipotéticamente en los párrafos anteriores, las afectaciones podían estar entre 800 y más MW, pero el día tomado como muestra para este comentario, no supera los 65.
En calidad de lector, aunque es un colega, Ramón Brizuela se preguntó cómo con tres unidades (1 y 2 de Felton y Guiteras) paradas, la afectación sea de solamente 65 MW.
Los especialistas podrán ofrecer más información y de manera más detallada, pero una simple mirada rebela que se ha recuperado capacidad de generación que fue mermando por roturas y falta de mantenimiento oportuno, se han incorporado las popularmente llamadas patanas, además de otras inversiones.
Puede que algún día haya una explicación de cómo en estos momentos se está burlando el bloqueo económico, comercial y financiero que con ensañamiento trata de que Cuba no pueda acceder a recursos para restaurar el sistema eléctrico.
A la vista está la abnegación de los afiliados eléctricos en un contexto de inflación y desajustes en el sistema salarial, rompiendo ese bloqueo externo, cuyo levantamiento podemos denunciar, pero no levantar, y que lleva a los hombres y mujeres de ese sector a sacrificios que incluyen hasta sus vidas personales y familiares.
Queda pendiente el bloqueo interno, el autobloqueo que los trabajadores de otros sectores no relacionados con la electricidad pueden hacer eliminar porque despedazarlo no depende del gobierno de los Estados Unidos, sino de los afiliados a los sindicatos con medidas de uso racional de la energía en los hogares.
Sin dudas, los trabajadores también pueden influir en que sus centros hagan acomodo de carga y ahorren, pero la influencia sindical también puede llegar a los hogares, a la familia donde todos resultamos dañados por déficit de generación.
Donde quiera que esté un miembro de algún sindicato, hasta en su casa, puede participar en romper el bloque interno al sector energético.
