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Un guajiro campechano, candidato a diputado

Cuando alguien le pregunta por su actual responsabilidad, Reinier Guillén Otero gusta decir, con su estirpe de guajiro campechano: “…y un buen día vine a parar aquí”. Una especie de resumen de vida tras la cual no da relevancia a años de trabajo y entregas cotidianas.

 

Reinier Guillén Otero, orgulloso de la gigantesca inversión que se ha llevado a cabo en la Empresa Siderúrgica José Martí, Antillana de Acero. Foto: Alejandro Acosta Hechavarría

 

El director de la Empresa Siderúrgica José Martí, Antillana de Acero (ingeniero metalúrgico, hoy candidato a diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular en su X Legislatura) comenzó su vida laboral en septiembre del año 2006 en la Empresa de Conductores Eléctricos Conrado Benítez, en San José de las Lajas, provincia de Mayabeque.

Allí ocupó diferentes puestos, desde operario metalúrgico, “embarrado de tizne y grasa, con un overol y un casco puestos” (algo que a él le encanta); y jefe de varias unidades empresariales de base (cables telefónicos, servicios técnicos, energía, entre otros), hasta desempeñarse como director general por más de cinco años.

“Antillana de Acero ha sido significativo en mi vida —expresó— por el sacrificio y lo fuerte de la tarea, y sobre todas las cosas por lo encantador que ha sido formar parte de un colectivo que ya considero mi familia. Aquí me he formado como ingeniero, dirigente y mejor ser humano”.

Comentó que al año y unos meses de llegar a la empresa empezó la COVID-19, pero no se dejó de trabajar en la gran obra que allí se ejecuta, “una inversión gigantesca” que permitirá contar con una acería y un laminador nuevos, donde se fabrican palanquillas y cabillas.

“No solo hicimos la inversión, sino mantuvimos la fuerza laboral colaborando, apoyando en la protección y cuidado de los medios y el mantenimiento al resto de la fábrica”.

Mientras recorremos la empresa (que tendrá una capacidad productiva anual de 250 mil toneladas de acero), Reinier se detiene para explicar uno y otro objetos de obra.

“Usted verá lo grandiosa y hermosa que quedó. Hoy ya estamos en el proceso de puesta en marcha, realizando las pruebas finales para arrancar en abril. Me ha tocado la etapa de rejuvenecer esta industria, pero no es un resultado individual, sino fruto de muchas personas, del consejo de dirección y de los factores de la empresa”.

Acerca de su elección como candidato a diputado confesó sentirse sorprendido cuando le dieron la noticia y ahora agradece la oportunidad por la confianza depositada.

Aunque estudió la carrera en una filial de la Facultad de Mecánica perteneciente a la Cujae, aledaña a Antillana, agregó que no conocía el Cotorro. “Vengo para acá muy temprano y no hay tiempo para otras tareas.

“Ahora en los recorridos con los candidatos hemos tenido la posibilidad de visitar los barrios y saber de los problemas de los pobladores. Ahora ya sé dónde queda La Magdalena, Cruz Verde, Alberro. Hemos ido a todas las escuelas y demás centros de trabajo.

“¡Déjeme decirle que eso me ha gustado!, pues verdaderamente en estos lugares uno tropieza y se sensibiliza con los problemas del pueblo. Ya nosotros no solo miramos la fábrica de la cerca para dentro, sino que nuestra gente arregla las calles, vamos a trabajar en el embellecimiento del entorno.

“¿Los retos? Echar a andar la fábrica, la acería. Lograr estabilizar la producción, terminar la inversión del laminador 250, lo cual está previsto para finales del año próximo. Llevar esta industria a lo más alto, a lo que se merecen los trabajadores, y así satisfacer sus necesidades económicas.

“El desarrollo del país depende de la infraestructura que seamos capaces de crear. ¡Y de aquí tiene que salir el acero! Esa será nuestra contribución a la construcción del socialismo que nos hemos propuesto alcanzar”.

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