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Fulgueiras: Siempre corresponsal

El primer corresponsal que tuvo el periódico Trabaja­dores en Villa Clara: José Antonio Fulgueiras Do­mínguez es un hombre co­nocido en esta provincia y en Cuba. Le dicen el Ful­gue, Machete, el Muerto… el sagüero de Macú quien constantemente recuerda que es de allí, cerquitica de los mogotes de Jumagua, esas elevaciones que hacen único el lugar donde nació, y que inspiran, quizás in­conscientemente esa sabi­duría, el refranero y humor campesino muy singular que queda como sustrato en lo que escribe.

Es un fervoroso martia­no, un fidelista convencido, un cubano de estirpe y es­píritu, decimista ocurrente e imaginativo…

Hoy no esconde el re­gocijo ni la emoción. Con el reconocimiento se premia su voluntad. Fulgueiras para llegar a ser periodista terminó la Facultad Obre­ro Campesina, después en moto, acampando en termi­nales y con pasajes de cual­quier tipo culminó la licen­ciatura en la Universidad de La Habana.

Con la sinceridad que le caracteriza y el humor que siempre lo acompaña que lo saca de apuros inusitados, aclara: “Todos los propues­tos son estrellas, monstros del periodismo reporteril, creí no tendría chance; por eso me emocioné mucho cuando dieron el veredicto”, puedo asegurar que aún se conmueve.

Le llegó el reconoci­miento a la hora exacta; casi a punto de anunciar un re­tiro pospuesto año tras año. Y, aunque lo haga algún día, sé que jamás dejará de escribir y menos de ser co­rresponsal. Para él es impo­sible dejar de narrar, lo hace desde que fue corresponsal obrero voluntario del perió­dico provincial Vanguardia cuando era trabajador de la empresa telefónica en Sagua la Grande; después trabajó como reportero de cróni­cas agudas con una imagi­nación sorprendente en ese medio de prensa y uno de sus más conmovedores co­rresponsales de guerra en Angola, luego asumió las co­rresponsalías de los periódi­cos Trabajadores y Granma en Villa Clara, y más tarde, delegado y corresponsal de Prensa Latina. Por 22 años, fue presidente de la Unión de Periodistas de Cuba en Villa Clara. Siempre ha sido corresponsal, y en una ver­sión fascinante; la de perio­dista de provincia.

“La crónica es mi fuer­te; mi primer trabajo fue una entrevista a Wifredo Lam siendo corresponsal voluntario. Cuando se la pedí, Lam me dijo usted es cronista local. Luego escri­bí una sobre una niña que estaba a punto de ahogarse en medio de un ciclón y que fue salvada por los agen­tes del orden”, dice. Mien­tras, en su mirada y gestos, vuelven las imágenes de la inundación de hace casi cuatro décadas, también el arrojo de los jóvenes que vio combatir en África entre morteros y bombazos o el homenaje al colega caído en aquella gesta.

Perseverante escritor con alrededor de 28 títulos, varios acerca del Che y sus hombres de la Columna 8 y de la guerrilla boliviana, otros sobre las hazañas de las misiones médicas y de­portivas cubanas en Boli­via, Venezuela y Gambia, también de aquellos aconte­cimientos insólitos que nos suceden a los periodistas de provincia, otro sobre los testimonios de los árbitros cubanos, compilador de los recuerdos de quienes tuvie­ron contacto con Fidel en Villa Clara y biógrafo de Víctor Mesa y Víctor Bor­dón.

 

Foto: Lourdes Rey

“Cada libro es como un hijo, lo quieres desde la pri­mera palabra, desde la pri­mera idea”, afirmó.

“Se me recuerda como cronista deportivo y por las polémicas entorno a ello, también he escrito de macheteros, constructo­res, científicos, artistas, de cuanto ha sucedido en Villa Clara”, precisa.

Trabajadores es para mí uno de esos intentos que te engrandecen y enorgu­llecen, conocí a obreros con historias increíbles, en me­dio de un ciclón narré la labor de una brigada mé­dica que salvó la vida a una persona en medio de la montaña porque hubo que operarla de urgencia, fue una enseñanza tremenda”, reconoció.

Fulgueiras es Fulguei­ras, o quizás pueda decir que Machete es Machete; unas veces un erudito di­sertando sobre Martí o Cé­sar Vallejo, otras el guapo sagüero que nunca esconde, con asere incluido. Él siem­pre es el Fulgue.

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