Un equipo que no es de jugar

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Martillo sobre el me­tal, tornos en constan­te girar para llevar las piezas a milimétrica perfección, chispa y calor en cada corte y soldadura, una y otra vez arranque de motores… he ahí la rutina diaria en la Empresa Filial de Servicios Automotores Cecilio Sánchez Valiente (Eisa) Santiago de Cuba.

 

Genry Mariano Castañeda Rodríguez, innovador destacado y uno de los 11 trabajadores aprobados para el pago por alto desempeño, lamenta que tal beneficio solo llegó una vez en el 2022 debido a trabas que aún existen a nivel nacional. Foto: Betty Beatón Ruiz
Genry Mariano Castañeda Rodríguez, innovador destacado y uno de los 11 trabajadores aprobados para el pago por alto desempeño, lamenta que tal beneficio solo llegó una vez en el 2022 debido a trabas que aún existen a nivel nacional. Foto: Betty Beatón Ruiz

Ese ciclo es parte de la vida de los 192 trabajadores de dicha in­dustria, uno de los centros en los que resulta palpable lo que debía ser regla y no excepción en el ám­bito empresarial de la nación: la eficiencia.

Lo concretan, no sin vaivenes, pero con rumbo seguro porque existe, aunque no sea cosa de jue­gos, un equipo.

Cuentan con un líder con es­puelas largas nucleado de otros tantos “peleoneros” con respon­sabilidades de dirección, y para completar la partida, técnicos y obreros duchos, que saben lo que les toca, lo hacen a gusto y con mo­tivación.

Entonces, ¿quién contra ellos?

 

Numeritos hablan

Del reordenamiento monetario a la fecha los planes de Eisa Santia­go crecen y se cumplen.

En el año 2021 materializaron 39 millones 979 mil pesos, y en el 2022, de algo más de 42 millones previstos, alcanzaron 44 millones 246 mil pesos, con utilidades mate­rializadas al 104 por ciento.

Lo que al vuelo se escribe y se lee tiene como trasfondo 12 meses de una resistencia creativa digna de reconocer en medio de una rea­lidad inimaginable, en la cual las mayores abundancias fueron de carencias de recursos materiales y de financiamiento.

Ante tan desafiante panorama los de la empresa Cecilio Sánchez Valiente afilaron espuelas, salie­ron al ruedo y ganaron en buena lid.

Para ellos era cuestión de ho­nor producir y defender el empleo —aún cuando la remotorización de vehículos, su esencia como entidad, fuera casi nula— y en tal misión pusieron talento y corazón con dos cartillas bien leídas: las 43 medi­das aprobadas para dinamizar la empresa estatal socialista, y las facultades asignadas a la empresa filial (en la que se transformaron en agosto luego de un período como unidad empresarial de base).

“Para sustentar los planes di­versificamos los servicios tratando de abarcar la mayor cantidad de necesidades del mercado”, narra con tono de persona apasionada por lo que hace el joven director Emilio Nápoles Soto.

“Para tal cuestión consoli­damos los procesos de pailería y soldadura, fabricamos cercado pe­rimetral, estructuras para naves, calzos de gomas, reparamos piezas colectoras de basura para Comu­nales, maquinamos partes, piezas y muchísimo más”.

Dentro de ese más va incluido el aporte a la sustitución de impor­taciones con la chapeadora, ciento por ciento hecha en Eisa Santiago, utilizada hoy en diversos sitios, entre estos el Aeropuerto Interna­cional Antonio Maceo y varias en­tidades de la agricultura.

A sabiendas de que en bue­na compañía es mejor, y se avan­za con mayor solidez, la empresa se encadenó productivamente con otros centros de la provincia (Re­tomed, Empresa Militar Industrial, Conformadora 30 de Noviembre-Marcel Bravo Escambray, Dived, Acinox), y logró asegurar materias primas y complementar los servi­cios prestados.

A lo dicho súmese el uso ati­nado de los créditos bancarios y como resultado tendrá a una em­presa filial con estabilidad finan­ciera, económica y generadora de utilidades.

“Por eso pudimos aplicar la Re­solución 53, pago por resultados y distribución de utilidades, desen­cadenantes de un crecimiento del salario medio por trabajador de un 40 %, dice enfático Nápoles Soto, pero insuficiente, a partir de limi­taciones que existen en la distribu­ción de las utilidades formadas”.

 

Pido la palabra

Los de la Eisa Santiago son de ar­mas tomar, más por experiencia y por su quehacer que por aque­llo que puedan decir; no obstante, cuando se trata de defender el tra­bajo, de buscar justeza en la corre­lación del esfuerzo y la entrega con los ingresos monetarios, no hay quien acalle la voz de los afiliados.

Alto y claro reclaman que cambie lo que consideran un des­atino. Con el sindicato al frente, encabezado por Giraldo Badell Ti­sertt, aquellos que predican con el ejemplo cotidiano alzan sus voces.

“Hay cosas que no entende­mos”, asevera Rafael Paulí Nápo­les, tornero con 40 años de labor en la empresa Cecilio Sánchez Va­liente.

“¿Por qué si somos nosotros quienes creamos las riquezas, si con nuestro sudor, viniendo sá­bados y domingos, formamos X monto de dinero, la mayor parte va para la empresa en La Habana, y aquí solo se queda un 10 % de lo que ingresamos?”.

Similares interrogantes in­quietan al ajustador herramentista Pedro Miguel Archibal, al mecáni­co Omar Legrá, con 42 y 44 años de trabajo allí, respectivamente, y a tantísimos otros como Genry Ma­riano Castañeda Rodríguez, inno­vador con creaciones relevantes, y uno de los 11 trabajadores apro­bados para recibir pago por alto desempeño, quienes en el año 2022 vieron materializado tal beneficio solamente una vez.

“Aun cuando la Resolución 34 es muy clara a la hora de crear las empresas filiales definiendo una serie de facultades, hoy en la prác­tica dichas facultades están limi­tadas por escrito, indicaciones o algún que otro documento jurídico que nos quita el poder de hacer uso de todo lo que se encuentre legis­lado”, comenta el director de Eisa Santiago.

 

De las inquietudes e insatisfacciones de los trabajadores bien conoce Blas Suárez, secretario general del Sindicato de Industrias en la provincia (primero a la derecha), quien junto a la dirección sindical y administrativa del centro pelea a todos los niveles por enmendar entuertos. Foto: Betty Beatón Ruiz
De las inquietudes e insatisfacciones de los trabajadores bien conoce Blas Suárez, secretario general del Sindicato de Industrias en la provincia (primero a la derecha), quien junto a la dirección sindical y administrativa del centro pelea a todos los niveles por enmendar entuertos. Foto: Betty Beatón Ruiz

“Un ejemplo es la distribución de utilidades y el pago por alto desempeño, en tanto ambos siguen regidos por una autorización na­cional.

“Se habla de flexibilización y descentralización, pero no se ate­rriza con eso, hay restricciones, barreras, una de estas es que a ni­vel de provincia no existe autorizo para operar cuentas en moneda li­bremente convertible, solo en mo­neda nacional, eso limita la gestión y el desarrollo empresarial.

“La creación de empresas filia­les no ha podido dar los dividendos que se esperaban porque se forman montos de dinero que no se auto­rizan a distribuir en su totalidad, situación que deberá cambiar a partir de reiterados análisis en los que el sindicato ha estado en pri­mera línea”.

 

Año nuevo…

En la Empresa Filial de Servicios Automotores Cecilio Sánchez Va­liente (Eisa) Santiago de Cuba, lo que abundan son mujeres y hom­bres corajudos y comprometidos.

“Presentamos un plan, asegura el director, en el que están acordes los crecimientos de las utilidades, con los del fondo de salario, con los de los aportes para poder seguir pagando la Resolución 53, redis­tribuyendo el pago trimestral de utilidades y aplicar pagos por re­sultados según la eficiencia que se pueda lograr”.

Para que así sea desde el pri­mer día del año 2023 le ponen el pecho a lo previsto: alcanzar 48 millones 292 mil pesos, con metas a corto, mediano y largo plazos.

Confían en que este tiempo por venir, aunque difícil, ha de ser me­jor en todos los órdenes.

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